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lunes, 1 de noviembre de 2021

LA MANO QUE CALIENTA LA PIZZA

 

A no ser que seas del estilo decimonónico, de esas que cantan canciones sin parar, haces magia con o sin ayuda de animalillos antropomorfos o sea un padre hipermaquillado que solo busca más tiempo con sus hijos que tu personaje sea niñera en una película es una garantía de que vas a pasar un mal rato que probablemente te ponga con un pie en la tumba si no directamente con los dos...a no ser que hayas tenido mala suerte en el amor y/o te dé por hacer punto entre horas. Advertida quedas.

Pero la protagonista de "The nanny's night", el debut de Ignacio L. Vacas en esto del largo, es cualquier cosa menos eso. Simplemente una canguro que tras una bonita fachada de esas que hacen que al padre de los niños a cuidar le pasen muchas cosas por la cabeza y unos buenos modales esconde más de una sorpresa. 

Esta no es la típica película de terror en la que la niñera del título se limita a correr escaleras arriba con sangriento desenlace. Es, simplemente, tal y como describen sus productores, una gamberrada. Pero en el buen sentido, con un puñado de giros que dan la vuelta a lo que dábamos por sentado apenas minutos antes y que se permite coquetear con un puñado de subgéneros, del home invader al giallo, sin perder de vista esas leyendas urbanas que tanto juego dan siempre...y no siempre terroríficas, como la de cierto animal de compañía y su merienda favorita. Y siempre con un sentido del humor a prueba de bomba que no vacila en romper levemente la cuarta pared letrero mediante para darnos unas explicaciones que dan más sal al producto.

"The nanny's night" es el bebé de un puñado de amantes del terror. Faltan dedos de la mano para contar las referencias, no solo de género, abarcando tintes tarantinianos, que arrancan desde un póster que hace de un adosado su particular amityville a cameos tan jugosos como esa Diana Peñalver en el papel de la sufridora en casa (o mejor dicho en fiesta) Paquita o la sorpresa doble (que aquí no revelaremos) que hará las delicias del fan del fantaterror. 

Pura diversión, puede que la cinta pierda en algún momento algo de ritmo, pero no vacila en recuperarlo para que la fiesta continúe. Una película de y para fans. Recemos (aunque no insistiremos a quien) para que llegue pronto a su hábitat natural, la sesión golfa se esos festivales de cine que nos alegran la existencia con menos frecuencia de la que quisiéramos. Seguiremos acechando y esperando la prometida secuela.





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