X. Amor de abuela

 

He de confesar que una de las pocas películas que han conseguido crearme sensación de angustia en un cine ha sido "The sacrament" de Ti West, un ejercicio de metacine, secta mediante, que consiguió provocar en mi una sensación de incomodidad como casi ninguna lo ha hecho. Y eso que he visto cosas que, como se suele decir, harían vomitar a una cabra. West vuelve al mundo del cine del cine, cambiando el género del (falso) documental por el porno  en "X", la historia de un grupo de soñadores que intentando hacerse un hueco en el cine para adultos se lo ganan en la sección de sucesos 

Nuestra historia arranca de un fuerte aroma al clásico de Tobe Hooper. Una granja en medio de la nada y dos agentes de la ley investigan lo que parece ser una auténtica masacre con una perturbadora sorpresa (que por el momento no descubriremos) en el sótano. Pero la trama nos lleva inmediatamente a 24 horas antes para que descubramos que ha desencadenado esta situación, mostrándonos como el sexteto protagonista deja Texas para rodar en la remota propiedad de una pareja de ancianos "Las hijas del granjero", un porno lleno de tópicos que su director pretende convertir en auténtico cine de autor. A partir de aquí nada será lo que parece. Aunque lejos de la ambigüedad que podría haber tenido si hubiéramos sospechado en algún momento que los propietarios fuesen una inocente pareja la película se irá convirtiendo en una auténtia locura con un buen puñado de homenajes a los clásicos del género. Ni "El resplandor", ni "La matanza de Texas", ni por supuesto "Psicosis", cuya nada gratuita mención en uno de los diálogos conseguiendo mantener un juego con el espectador durante el resto del metraje, faltarán a una fiesta del horror en la que hasta se permite alguna gota de humor grueso en el momento más inadecuado. 

"X" no rehuye ningún tópico del slasher, pero el buen uso de las referencias, unos personajes que se alejan ostensiblemente de los habituales del género, desde una aspirante a final girl actriz porno y cocainómana a una adorable ancianita que demuestra que el deseo no muere con la juventud (por favor, esperen a descubrir quién es la actriz que la encarna en los títulos de crédito), y un especial mimo en la puesta en escena hacen de esta una propuesta tan fresca como recomendable. Cierto que se toma su tiempo para presentar a unos protagonistas que no resultan especialmente simpáticos per se, que el maquillaje no es su punto fuerte y que hasta se permite alguna ligera incoherencia (gente que grita cuando ya le han destrozado la cabeza) pero "X" sale airosa con su punto de originalidad, sus buenas dosis de tensión y un remate que se mueve entre lo esperado y lo sorprendente. Así da gusto el cine...y si es en pantalla grande mejor.

"X" ya está en cines de toda España

EL HOMBRE DEL NORTE. Amleth príncipe de Islandia

 

Cuando ya hemos asumido que los vikingos no llevaban cascos con cuernos, cuando hasta tu tía sabe que es un drakkar gracias a la serie de marras y los aguerridos muchachotes nórdicos pasean su palmito por la consola más cercana llegó "El hombre del norte" para demostrar que no está todo dicho. 

La última cinta de Robert Eggers, un autor que con solo dos películas ha conseguido crear un imaginario propio en el que suma a la ambientación histórica un clima de pesadilla que introduce poco a poco hasta alcanzar altas cotas (léase "La bruja" y "El faro") nos lleva a todo un viaje por la cultura vikinga con la excusa de una historia de venganza, que por tópica en arranque no por ello pierde fuerza. Una odisea que no deja, literalmente, títere con cabeza, y a la que no faltan bersekers, siniestras valkirias o brujas capaces de ver el futuro, fijando una línea muy fina entre la realidad y lo sobrenatural y regalándonos unas poderosas imágenes que literalmente logran absorbernos. En la linea de cintas épicas como Excalibur la película apuesta por un punto de vista legendario, a veces pidiendo cierta suspensión de incredulidad por parte del espectador pero, si entramos en el juego, siempre consiguiendo llegar a buen puerto, incluso en un tramo final que en inicio puede parecer más deudor de la ciencia ficción que de una cinta de corte histórico.

 "El hombre del norte es un bello cuento de locura y muerte cantado por un escaldo ebrio de la épica hollywoodense. Merece la pena unirse a él, y mejor si lo hacemos arropados por la magia de la pantalla grande

"El hombre del norte" ya está en cines de toda España

ALCARRÁS. De repente la última cosecha

 

Aunque siempre habrá gente que cante las virtudes de la primavera y el invierno, y siempre emerja algún romántico enamorado del otoño, el verano es quizás la más evocadora de las estaciones del año. De un clima, una luz, de unos olores y sabores, y de unas relaciones que solo parecen posibles en esta época tan concreta que es solo hablar de él y más de una familiar sensación se apoderará de nosotros. Pero ello no hace que, necesariamente, el verano sea un momento feliz. "Alcarrás" es una película de verano, de estío agridulce: la historia de una familia para la que este puede ser el último tal y como lo conocían hasta ahora.

La película se abre con una escena que no puede ser más simbólica: un trío de niños juega en los restos de un coche abandonado, una chatarra que para su imaginación puede ser cualquier cosa, hasta una nave espacial. Pero una grúa llega para llevarse el objeto de su fantasía sin que sepan la razón. Este es solo el primer indicio de que algo va a cambiar, ya que la familia se enfrenta a la pérdida de unas tierras llenas de árboles frutales que llevan explotando décadas al tratarse de un contrato de palabra y no existir un contrato físico. A partir de aquí se irán desgranando las pequeñas historias de los miembros de la familia y de otros habitantes del pueblo catalán en el que viven, aunque quizás más que de historias propiamente dichas debiéramos hablar de sentimientos, nostalgias y emociones.

A pesar del protagonismo familiar y la presencia de una gran área de cultivo esta historia está lejos de las épicas sagas de terratenientes a las que nos han acostumbrado la pequeña y la gran pantalla. "Alcarrás" opta por el lado emocional de los pequeños detalles. Con una cuidada puesta en escena pero sin renunciar a la sencillez, recreándose en la combinación de colores y una elaborada fotografía, nos encontramos ante una cinta hermosa que no renuncia a la crítica social. Una España vaciada de gente pero llena de sensaciones, de la tristeza a la alegría festiva, pasando por la nostalgia madura y la rabia adolescente. 

"Alcarrás" ha conseguido ya fama antes de su estreno por su premio conseguido en el Festival de Berlin, y lo defiende con una historia humana y sencilla y unas imágenes que sacan la mejor cara de lo cotidiano. Puro drama de la puerta de al lado, que llega con suavidad pero arraiga con fuerza.

Alcarrás llega a los cines el 29 de abril.

LA CIUDAD PERDIDA. Soy tu fan número uno

 

Siento ser yo la que contradiga a la Sra. Bullock y parte de los secundarios de "La ciudad perdida" (o mejor dicho a sus guionistas) pero las momias no humanas sí existen, como demuestran los hallazgos de animales como ibis y gatos momificados en tumbas del antiguo Egipto. Pero eso no tiene relevancia en una película como la que nos ocupa ya que, pleonasmo o no, este chiste absurdo que oirán más de una vez a lo largo de la cinta, como casi todo en ella, funciona.

Apostando por una combinación que conocemos bien, la de comedia+aventura+romance, aunque decantándose sobre todo por la primera, "La ciudad perdida" arranca cuando la autora de una popular saga sobre dos arqueólogos enamorados, basada remotamente en su relación con su difunto marido, es secuestrada por un millonario que cree puede ayudarle a encontrar un tesoro fabuloso. Con un reparto encabezado por una Sandra Bullock que está en su salsa como escritora en horas bajas con un ligero toque neurótico y hasta torpe (pero a ver quién es el guapo que se interna en la selva con tacones), un perfil y un Channing Tatum que en el rol de modelo de portada con más voluntad que habilidades los personajes son prácticamente caricaturas del tipo de papeles que les hicieron famosos. A ellos se suma un histriónico Daniel Radcliffe en el papel de malo de la función y un Brad Pitt que se revela como un auténtico robaescenas en un rol tan tópico como impactante que consiguen sumergirnos en una trama completamente disparatada. 

Tras un primer acto que consigue realmente enganchar al espectador la película pierde algo de ritmo en su nudo hasta un desenlace que saca definitivamente la artillería. "La ciudad perdida" es una historia que se mueve continuamente por la línea de lo absurdo, consiguiendo salir airosa de algun chiste realmente inclasificable (para muestra la escena post créditos... realmente inenarrable). Un espíritu que hacen de este un film que podría haberse filmado fácilmente en los 80 (ahí está esa banda sonora que consigue sacar partido de un tema tan mítico como " The final countdown"), con ecos de cintas como "Tras el corazón verde", " La joya del Nilo" e incluso un ligero toque a los romances del arqueólogo más famoso de la historia del cine, Indiana Jones. 

"La ciudad perdida" es una de esas películas sin pretensiones que se disfrutan más si uno entra con ganas con cachondeo y un buen cubo de palomitas. Humor absurdo pasado por el tamiz de Hollywood con personajes tan estereotipados como carismáticos, de ese que consiguen arrancar carcajadas a base de diálogo y golpe de efecto. Autentico placer culpable "La ciudad perdida" no pasará a la historia del cine, pero con el buen rato que nos hace pasar ni falta que le hace.

"La ciudad perdida" llega a los cines el 13 de abril.

ALINE. Los divos también lloran.

 

Tengo que reconocerlo. Por mucho que haya disfrutado de algunas de sus interpretaciones la fascinación que muchos sienten por las carreras de las grandes divas de la canción no es algo que comparta particularmente. Pero igual que me sucede en otras materias en esto soy una rara avis, y aunque en inicio el asunto no me llame sí hay un buen puñado de cintas que han conseguido atraparme. "Aline" se presenta a jugar a este juego, basándose libremente (como reconoce al principio de la película) en la vida de Céline Dion o, como se le llama aquí, Aline Dieu.

"Aline" es un biopic de esos que arranca del noviazgo mismo de los progenitores de la artista. No entraré en cuestiones de cuanta fidelidad hay respecto a la vida de la cantante en su guión pero encontramos en él toda una serie de mimbres familiares como la familia numerosa con afinidad con la música, la hija menor e inesperada que resulta ser un talento natural o el ascenso en el mundo de la canción gracias a una familia unida y con ingenio. Todos tópicos que se unirán en el que es un auténtico melodrama de manual, aunque de esos en los que la sangre no llega al río. Amores prohibidos (bueno no del todo...solo que a los padres de la protagonista no les parece bien que se enamore de un hombre que le dobla la edad), dificultades para tener hijos, hijos que se sienten abandonados (porque los padres tienen que trabajar, vamos como todos), alguna muerte inesperada y por supuesto esa traumática pérdida de voz que no suele faltar en ninguna historia del ramo (y que en este caso demuestra que los ricos no usan papel para escribir: solo servilletas) no faltan a esta cita con todos los matices del culebrón de tarde, por solo mencionar los más evidentes. Ello sumado a una decisión tan cuestionable como que la misma actriz (que suma a este rol el de directora y guionista) encarne a la protagonista desde su más tierna infancia hasta el final de la historia, sin apenas efectos de maquillaje y unos efectos especiales que se limitan a reducir su tamaño (algo que sabemos puede hacerse bien, como en "El curioso caso de Benjamin Button"...aquí ni el caso, dando lugar a un efecto cuanto menos grotesco. Para muestra la escena de la pedida de mano) nos deja una película en la que se nota la inversión en vestuario y dirección artística, pero que en el resto del conjunto hace aguas casi como si del Titanic al que cantaba Céline se tratase.

Ignoro como será la reacción por parte de los fans de la artista canadiense ante una obra como esta. Puede que la presencia de canciones tan emblemáticas como All by myself genere el mismo efecto catárquico que las de Queen en " Bohemian rhapsody" (aunque suene casi tantas veces como ese Nature boy que no es tema de la cantante pero tiene gran peso simbólico). O simplemente que satisfaga ese "placer culpable" que es ir al cine a llorar. Pero aunque encontremos perlas como esa madre del artista encarnada por Danielle Fichaud "Aline" nos deja una sensación forzada continua, incluso cuando intenta introducir una pincelada de humor (la estrella se compra una casa tan grande que hasta se pierde). Una película que, si restamos el componente mítico de la vida en que se inspira, se queda en un mero drama de esos que no desentonan en una sesión de sobremesa...claro que ese es un género que tiene y siempre tendrá sus fans: si son sensibles lleven el pañuelo. Lo van a necesitar, aunque quizás no por las razones que pretende.

Aline llega a las pantallas españolas el 13 de abril.