Ahora, bajo otra batuta, llega su segunda parte: Pacific Rim insurrección (o en su versión original Pacific Rim Uprising: la magia de la traducción).
Continuación estricta de la original la cinta nos presenta las consecuencias del épico final de su predecesora. Un mundo en el que si bien ha estallado la paz los Jaeger siguen teniendo una importancia capital, y cuyos protagonistas, aunque nos topemos algún viejo conocido, son nuevos personajes, entre los que destaca un John Boyega, actor y productor de la cinta, en un rol chulesco (del tipo "soy guapo y lo sé") pero con corazoncito.
Continuación estricta de la original la cinta nos presenta las consecuencias del épico final de su predecesora. Un mundo en el que si bien ha estallado la paz los Jaeger siguen teniendo una importancia capital, y cuyos protagonistas, aunque nos topemos algún viejo conocido, son nuevos personajes, entre los que destaca un John Boyega, actor y productor de la cinta, en un rol chulesco (del tipo "soy guapo y lo sé") pero con corazoncito.
Nos encontramos, como en el caso de su predecesora, ante una película sin pretensiones, y esta es probablemente la mejor de sus características, pero con un pequeño problema a la hora de atravesar la delicada frontera entre el homenaje y lo ridículo. Sí, es imposible escapar de la sombra del Godzilla clásico...pero resulta más fácil ver cómo referente de esta cinta a los Power Rangers, con su cohorte de robots en plan posturita y un objetivo por parte de los villanos de la función (que aqui no desvelaremos, pero en plan " se dirige a...") que probablemente sonrojará a mas de un amante del fantástico.
Pacific Rim Insurrección es una película que no se puede negar da lo que promete (léase robots gigantes arreando hostias como panes a un puñado de seres aberrantes), aunque a más de un espectador le quedará una ligera sensación de quedarse "a medias", como si a esta ración de gigantescos herederos de Evangelion y compañía les faltase ese gran enfrentamiento final (y que promete en futuras entregas si la taquilla lo permite) que toda buena cinta de acción nos augura casi a modo de contrato no vinculante.
No se puede negar que hay escenas bien resueltas (la persecución del minijaeger) pero elementos como un villano humano más irritante de lo normal (de esos a los que les da por reirse haciendo gestitos y chascarrillos...como una versión desfasada del Cómodo de Gladiator) y algún deus ex machina más risible de lo habitual mellan el conjunto final de una película que prometía mucho y que, de seguir por este camino, tal vez acabe lindando con otras sagas que digamos no han conseguido evolucionar con elegancia como Transformers. Habrá que esperar.
Pacific Rim: Insurrección está en cines desde el 23 de marzo.
Pacific Rim Insurrección es una película que no se puede negar da lo que promete (léase robots gigantes arreando hostias como panes a un puñado de seres aberrantes), aunque a más de un espectador le quedará una ligera sensación de quedarse "a medias", como si a esta ración de gigantescos herederos de Evangelion y compañía les faltase ese gran enfrentamiento final (y que promete en futuras entregas si la taquilla lo permite) que toda buena cinta de acción nos augura casi a modo de contrato no vinculante.
No se puede negar que hay escenas bien resueltas (la persecución del minijaeger) pero elementos como un villano humano más irritante de lo normal (de esos a los que les da por reirse haciendo gestitos y chascarrillos...como una versión desfasada del Cómodo de Gladiator) y algún deus ex machina más risible de lo habitual mellan el conjunto final de una película que prometía mucho y que, de seguir por este camino, tal vez acabe lindando con otras sagas que digamos no han conseguido evolucionar con elegancia como Transformers. Habrá que esperar.
Pacific Rim: Insurrección está en cines desde el 23 de marzo.