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martes, 29 de diciembre de 2020

SAYONARA 2020


 Fíjate que el número era bonito, pero es como esos de lotería que tienen buena pinta y luego nada, ni la pedrea. Bueno, peor que nada: encima lo has pagado.

2020 queda como un año aciago en todos los campos (salvo si tienes una fábrica de gel hidroalcoholico o de mascarillas). Me cuesta pensar en todas las vidas humanas que se han llevado y en todo aquellos cuya existencia ha dado un giro de 180°. Y encima la cosa va para largo. Ello me lleva a intentar evitarlo acudiendo al refugio de la inconsciencia, del pensar en otra cosa. Y a muchos nos ha salvado y nos salvará el cine el día haciendo honor a uno de sus nombres: la fábrica de sueños.

Ha sido un año con poco cine en la pantalla grande, con pocos blockbusters (en fin, Tenet...pero eso sí, gracias a los que tomaron la decisión de estrenarla en cines. Los cines necesitan películas que atraigan al público. De la calidad hablamos otro dia). Pero eso sí, hemos podido disfrutar de cintas tan grandes como Mank ( por poco tiempo. Ahora puede disfrutarse en Netflix), El faro (por el director de La bruja y con un duelo actoral de altura) o la todavía fresquita Saint Maud que, sin ser estrictamente terror, si es una pesadilla inolvidable.

También la animación nos ha dejado buen sabor de boca. Además del restreno de un Akira con la cara lavada cintas tan recomendables como Promare, El amor está en el agua o La famosa invasión de los osos en Sicilia. El cine español nos ha hecho disfrutar con obras como La boda de Rosa, Akelarre o Voces. Y en el terreno del fantástico caramelitos como la inclasificable La chaqueta de piel de ciervo, Little monsters, El hombre invisible o ese placer culpable que es La caza.

Muchas han quedado en el tintero, otras relegadas a la pequeña pantalla. Durante meses echamos los cines de menos y la vuelta poquito a poco se ha hecho larga, casi a modo de ensayo y error (la primera película que pude ver tras el confinamiento, La posesión de Mary, digamos que no animaba mucho a volver...).

2020 ha sido un año difícil. Un año que se ha llevado a James Bond, Darth Vader y Pantera Negra. Y no es metáfora. Un año fantasma para los cines, y 2021 se presenta difícil. Pero las películas en pantalla grande siguen siendo uno de los grandes placeres de la vida. ¡Volved! Los cines nos necesitan...



sábado, 26 de diciembre de 2020

EL PISO DE LOS ESPIRITUS

 

Mucho ha llovido ya desde que una niña con el pelo largo saliera de un televisor dispuesta a llevarse a más de uno al otro barrio, sin necesidad de 4K ni nada. Súmale los avances en las comunicaciones, un toque de Paranormal Activity y un terror tan real como la pandemia que todavía nos asola y ¡tachán! obtendremos un divertido cocktail: ese es Host.

Con menos de una hora de duración y rodada en pleno confinamiento Host es una cinta sin pretensiones, con una trama que nos resultará tan familiar como una sesión de espiritismo que sale rana. ¿La particularidad?los participantes están cada uno en su casa, a través de una videollamada, una opción que parece más que recomendable en unos tiempos en los que se desaconseja el contacto físico, pero que hará que en vez de a un terror tan tangible como es la enfermedad se enfrenten a un terror más sobrenatural.

Lo mejor de esta película es su ritmo. Pasando con facilidad de la risa a la sonrisa nerviosa y de allí al grito de terror en esta historia no faltan las situaciones cotidianas (desde el juego de beber cada vez que se dice "plano astral" a un saludo con el codo en uno de los momentos de mayor tensión) ni los clichés. Los personajes apenas están esbozados, el aspecto formal no está excesivamente cuidado (no deja de ser  una cinta en primera persona a través de la pantalla se un ordenador y por supuesto hay planos confusos. Aunque la verdad siempre me preguntaré como la gente corre tanto con un ordenador abierto) e incluso hay momentos de auténtico sonrojo (ese ¿Habéis visto algo? cuando se ha visto más que de sobra) pero la historia engancha. Resulta fácil identificarse con sus protagonistas, un grupo de inconscientes amigos, aburridos de estar encerrados, que creen haber encontrado en el espiritismo una nueva vía de entretenimiento y también comprender las medidas que adoptan al enfrentarse a la amenaza  (el uso de la harina), consiguiendo meternos de lleno en una odisea doméstica en tiempo real que, una vez mostradas sus cartas, no nos suelta hasta el final.

Jugando en la liga se Searching y Eliminado, Host es una refrescante apuesta. Un auténtico tren de la bruja rico en efectismos que consigue que el espectador ría y grite. Toda una experiencia catárquico ¿Que más podemos pedir?.



domingo, 20 de diciembre de 2020

EL PUÑETAZO DE LA MUJER PANTERA

 


Tras varios retrasos, después de que cierta cadena de hamburgueserías sacara los muñequitos correspondientes con varios meses de adelanto y con cierta dosis de polémica que, sin llegar al límite de la generada por Disney, ha conseguido soliviantar al equipo de Dune, por fin llega a la pantalla grande la nueva entrega de las aventuras de la amazona, con permiso de Hipólita y su cinturón, por excelencia: Wonder woman 1984.

Dando gracias que por fin los cines pueden exhibir un producto de los que atraen a las masas tras meses de sequía conviene acercarse a esta película con cautela. Continuación estricta de la original, conservando  la misma directora y protagonistas, pero moviendo el cocktail a la década de los 80 (algo que ya hizo con éxito el díptico It y que aquí conecta muy bien con un arco final que coquetea con la guerra de las galaxias de la era Reagan) la película arranca presentando con espectacularidad una escena del pasado de la heroína para después reconducirnos a su madurez y revelarnos como esta, una recién llegada a la civilización occidental en la primera parte, ha conseguido integrarse perfectamente en ella. Hasta aquí todo correcto, casi podríamos decir convencional. Solo a partir de aquí la película se mete en harina presentando a dos nuevos secundarios, la científica Bárbara Minerva y el aspirante a gran magnate de los negocios Maxwell Lord. Como ya sabrán los amantes de los cómics ( y los que hayan visto el tráiler) ambos están destinados a convertirse en los villanos de la función. Y aquí aparecen algunos de los aciertos de la cinta, como hacer tanto que los personajes evolucionen poco a poco como que tengan unos talones de Aquiles bastante humanos. Lo que no quita una tendencia al histrionismo en ellos a la que tampoco es ajeno un Chris Pine con una peligrosa inclinación al levantamiento de ceja que se gana más las lentejas como sidekick en toda regla que como interés romántico de Wonder woman, por muchos ojitos que se pongan.

Wonder woman 1984 es una película destinada a entretener, sin esconder sus propias referencias (el relato La pata de mono, que aunque sea merced a los Simpsons  de Halloween le suena hasta el más pintado) . Es cierto que pierde algo de ritmo en su parte central ( y es que la criatura ronda las dos horas y media) y que nos regala algún momento que, pretendiendo aspirar a la epicidad se aproxima más al kistch (esa escena de gran pero profundidad a nivel emocional para la protagonista que le recordará a más de uno a cierto anuncio de coches de hace unos añitos...y puede que a una de compresas. O esa pelea final que es puro crossover Cats-Caballeros del zodiaco). Incluso hay momentos que usa recursos más teatrales que cinematográficos, como ese final en que se han gastado medio presupuesto en ventiladores y uno de los actores hace un mutis por el foro en toda regla. Pero también reafirma la buena elección de su elenco de actores, en especial una Gal Gadot que parece haber nacido para encarnar al personaje y algún jugoso cameo. Cine palomitera, sin más, con eficaces escenas de acción y personajes con carisma. Y sobre todo el placer de ver una película de este tipo en la pantalla grande...es algo que realmente se agradece. Wonder woman puede que no sea la gran película del año, pero merece disfrutarse en el cine. No dejéis las salas atrás en pro de las plataformas: queremos más.


Wonder woman (1984) ya está en los cines de toda España.


domingo, 13 de diciembre de 2020

ATRAPADO EN EL NACIMIENTO

 

Aunque nos lleguen con cuentagotas la gran pantalla nos ha traído en los últimos años unas cuantas comedias italianas de éxito en su país de origen que, francamente, han conseguido dejarnos grandes momentos, con cintas tan recomendables como La hora del cambio o un Italiano en Noruega. Con cierta tendencia al humor "chusco" pero sin renunciar a la crítica social a ellas se une estas fiestas La primera navidad, protagonizada por un dúo de cómicos italianos, Ficarra y Picone, que llevan casi dos décadas trabajando tanto en cine como en televisión y que, aunque aquí nos suenen más bien nada consiguieron arrastrar a unos dos millones de compatriotas a los cines durante las fiestas previas a la pandemia de la que todavía no nos hemos librado.

La premisa tan sencilla como navideña. Un párroco, obsesionado con el Belén viviente que está montando, descubre que su San José, en realidad un ladronzuelo de arte sacro, está robándole una valiosa figura del niño Jesús. En plena persecución y por arte de magia ambos acabarán en los alrededores de Belén justo en el momento del nacimiento de Cristo...y por supuesto volver a cada no será sencillo. Por supuesto estamos ante una de esas cintas que presenta una pareja desparejada, de pícaro y hombre recto, que aún chocando desde el principio acabarán llegando a una suerte de identificación él uno con el otro. 

Y en medio toda suerte gags físicos, anacronias varias (los cannoli), equivocos y, a pesar del punto de partida religioso, pocos sacrilegios. Chistes algunos traidos por los pelos ( especialmente en esos deus ex machina que son el láser en la ejecución o el rescate en barco...y no diré más). La primera Navidad ni es La vida de Brian ni pretende serlo, aspirando a ser un entretenimiento familiar (ahí están los personajes infantiles, para que todo quisque se sienta identificado) con su puntito moralista y todo. Y lo consigue.

Aún teniendo una buena dirección y vestuario así como un villano, Herodes, que saben mantener buen nivel y barajando temas tan espinosos como la matanza de los inocentes o la rebelión ante los abusos de la ocupación romana la sensación que deja está comedia es ligera. La de un producto correcto que resulta perfecto para la época en la que se estrena, el tipo de film que apetece ver en la sobremesa con toda la familia. Una buena elección para una digestión entretenida, con una fuerte carga dulce y una gotita de vinagre.

La primera Navidad puede disfrutarse ya en los cines españoles.


sábado, 12 de diciembre de 2020

...Y VERÁS QUE CONTENTO

 

El tópico de la dulce abuelita leyendo fábulas a sus nietos ha muerto. Viva el monstruo o caballero trajeado que nos narra un cuento de terror.

Vampus, al que dan ganas de llamar tío Vampus, pariente lejano de Rod Serling y el guardián de la cripta, nos trae cuatro historias terroríficas que se pasean por algunos de los tópicos del género como las atracciones, la mansión apartada (que no encantada, pero sigue dando mucho juego) o el universo zombie. Cuatro historias ( cinco si contamos la del propio narrador) que no compartesin director, reparto o  guionista, sin más nexo común que el propio Vampus y la mención en todos ellos a unos perritos calientes que se reservan un rinconcito especial en el desenlace.

Nacido hace un par de años en el corto Llámame Vampus, dirigido por Victor Matellano, este enterrador de lengua y motosierra afiladas pasa al largo en Vampus: Horror tales,, aportando humor negro y un puntito de crítica social. El personaje, encarnado por Saturnino García, es sin duda lo mejor de una cinta en la que, como todas las de episodios, encontramos con mayor o menos fortuna, un poco de todo. Desde propuestas más ochenteras, como la de la pareja dispuesta a realizar un divertido viaje en el tren del terror, a otras más poéticas como la que cierra la película, sin dejar de lado el gore o las historias de fantasmas. Tengamos más preferencia por un corte u otro es innegable que Vampus: horror tales destila cariño por el género con guiños a películas como Creepshow o La noche de los muertos vivientes y algún cameo como los de Antonio Mayans o Lone Fleming que consiguen pillarnos por sorpresa.

Una propuesta que, al igual que otras cintas de episodios como VHS puede dar para más de una secuela. No importa que en su conjunto pueda parecernos irregular, o que en algún momento no se conecte con su particular sentido del humor. Se trata de una película sin pretensiones que intenta entreteternos acercándonos a un subgenero que a la mayoría nos enamoró en la pequeña pantalla pero siempre ha intentado reivindicar su papel en la grande. Y Vampus tiene la suficiente presencia para arrastrarnos a los cines



martes, 8 de diciembre de 2020

EL RAVAL DE LOS MONSTRUOS

 


Digan lo que digan pocos productos han hecho más por la divulgación histórica en este país como la serie El ministerio del tiempo. La historia no son solo las vidas de grandes reyes o las batallas de renombre, también hay episodios pequeños en apariencia que han dejado huella y el show televisivo lo ha mostrado bien haciendo que muchos conocieran por primera vez la historia de Enriqueta Martí, una asesina y secuestradora de niños de principios del siglo XX que dejó huella.

En esta controvertida figura se basa La vampira de Barcelona, película que ganó en el pasado Festival de Sitges el premio del público. Rodada en un impecable blanco y negro con contadas escenas de color y alguna pincelada rojo sangre la película toma como punto de partida la investigación por parte de un periodista local de una serie de truculentos asesinatos y desapariciones de niños, cuya autora acabarán identificando como Enriqueta Martí, una curandera de los bajos fondos.

Con un fuerte punto crítico y un ligero aroma de fábula que coquetea  con el universo Tod Browning La vampira de Barcelona Lidia entre la ambigüedad y la locura. Hija de un universo Caligari de toque teatral es una película ambiciosa, de aspiraciones tal vez más altas que las que alcanza, pero que logra mantener el tipo con su cuidada dirección artística y, especialmente gracias a su elenco de actores que, amén de regalarnos sorpresas como la presencia de Sergi López, nos presenta una Nora Navas que consigue arrancarle todos los matices posibles a su personaje, de la ferocidad a la fragilidad.

La vampira de Barcelona, sin llegar a las cotas de popularidad de otros asesinos célebres como Jack el destripador, se gana poco a poco su lugar en el imaginario colectivo con novelas, cómic o película como esta. Una película que, a pesar de perder pronto su ambigüedad en la lectura del personaje, supone una buena muestra que sumar a las contadas películas sobre crímenes reales de la España negra como El huerto del francés o Mi hija Hildegard. Ojalá abra paso a un universo que, tal y como se vió en la serie La huella del crimen da mucho juego...¿Han oído hablar de la asesina de la plancha?


La vampira de Barcelona puede disfrutarse ya en cines.



domingo, 6 de diciembre de 2020

MAS ALLÁ DEL HUERTO

En el año en que Sitges ha recuperado un par de clásico con ocasión de sus respectivos aniversarios, El gabinete del Doctor Caligari y El imperio contrataca, el festival de apuntó un nuevo tanto trayendo un clásico patrio que no cumplía años, pero que volvía a la gran pantalla con un impecable lavado de cara en alta definición 4K.

Se trata de El huerto del francés (, escrita, dirigida y protagonizada por Jacinto Molina, el incombustible Paul Naschy. En un año en el que una plaga casi bíblica nos ha impedido hacer muchas cosas, y para todos aquellos que nos quedamos con ganas de haber estado allí (o que se quedaron con ganas de más) la película acaba de ser editada por Divisa en una lujosa edición de Blu-ray más libro, con textos de Sergio Molina, Victor Matellano y Enrique Pérez Font, supervisor de la restauración, incluyendo como remate una entrevista con el mismo Paul Naschy.

Recreación de unos turbios crímenes que tuvieron lugar en Peñaflor, un pueblo cercano a Sevilla, en los primeros años del siglo XX El huerto del francés es un siniestro fresco de la España profunda que huye del fantástico para regalarnos uno de los mejores trabajos de su autor. Secundado por dos nombres tan populares del momento como son María José Cantudo o Ágata Lys, pero sin descuidar un elenco de secundarios en el que podemos encontrar actores como Luis Vives ejerciendo de verdugo, Naschy crea un personaje cruel pero magnético que huye de todo tipo de tabúes morales, sin esquivar elementos que hoy no dudaríamos de calificar de políticamente incorrectos.

Está edición de El huerto del francés es una adquisición imprescindible para los amantes del cine patrio y para todos los amantes de la obra de Paul Naschy. Y en las fechas en las que estamos una magnífica oportunidad para hacer un regalo inolvidable...o para ir incorporarlo a nuestra carta a los Reyes Magos. 

viernes, 4 de diciembre de 2020

EL ESPANTO Y EL EXTASIS

 

¿Podéis imaginar una versión de Misery desde el punto de vista de Annie Wilkes? Con muchos matices y más de un pero grande, pero Saint Maud, la historia de una cuidadora particular de exacerbada espiritualidad que empieza a trabajar para una enferma terminal de cáncer cuya alma cree poder salvar antes de que esta fallezca, podría verse como algo así.

Tras una de las muchas escenas inquietantes de esta perturbadora cinta, que prefiero no desvelar, pero que sienta un tono claustrofóbico que saca el mejor partido de los primerísimos planos, Saint Maud arranca como un cuento gótico, con una primera parte luminosa que parece presentar una misión de redención para su protagonista. Pero como cualquier amante del género, y más en una película de corte tan ambiguo cómo esta, supondrá la paz no es duradera.

Una actriz en estado de gracia lleva el peso de toda la trama. Morfydd Clark nos regala un trabajo físico impresionante que nos remite a los de otras obras de terror religioso como El último exorcismo. Su interpretación, entre la dulzura y la paranoia, consigue arrastrarnos a su terreno en una historia en la que la suspensión de incredulidad es clave, tanto si pensamos que todo está en su mente como si llegamos a asumir que vive una auténtica experiencia extracorporal, con unos éxtasis que no tienen nada que envidiar a las a de la mística de Ávila.

Saint Maud es una película que nos lleva del cielo al infierno en un plano. El drama de una pecadora arrepentida rico en simbolismos cristianos y paganos (las referencias a la menstruación, la medalla de María Magdalena, el nombre de una de las secundarias, Joy, y por supuesto esa obra de Blake que tanto juego ha dado en el séptimo arte en películas como El dragón rojo) que consigue nos replanteemos nuestra visión a cada escena, envolviéndonos con su cuidada estética, hasta un desenlace tan esperado como inevitable.

Lejos de ser una película cómoda Saint Maud renuncia a las leyes divinas y humanas. Consigue hacernos empatizar con una heroína más que cuestionable y, sin ser una película de terror al uso, pillarnos con la guardia baja en las contadas veces que recurre al gore. Una obra que da pie para el debate, y que consigue introducirse bajo nuestra piel, convirtiéndose en una de las mejores apuestas por el horror en un año de auténtica pesadilla.

Saint Maud llega a las pantallas españolas en la muy adecuada fecha del 25 de diciembre.

martes, 1 de diciembre de 2020

NO SIN MI RADIO

 

No importab los años que pasen ni la reivindicación de la novela polaca como mujer y científica. Siempre empezaremos hablando de ella como Madame Curie, obviando su nombre de soltera. Claro que en cuestión de pronunciación sale ganando por sencillez el apellido de su marido. Igual no es machismo, sino vagancia.

Pero entremos en harina. La brillante carrera de Maria Sklodowska es buen caldo de cultivo de biopic y Madame Curie, dirigida por Marjane Satrapi se centra en los años más gloriosos y turbulentos de su carrera, desde que conoce a su futuro marido, Pierre Curie, hasta los albores de la I Guerra Mundial, en los que dedicará su ciencia a salvar a miles de soldados.

Satrapi es una autora que viene del mundo del noveno arte, autora de ese clásico moderno que es Persepolis, que daría pie a la que sería su primera y muy recomendable pelicula. Dos obras brillantes que hicieron que su prestigio como un cohete. Sin embargo su obra posterior no está a esa altura. 

Madame Curie no es una excepción. Una biografía convencional con un más que correcto elenco de actores y una cuidadas dirección artistica y fotografía que brillan en lo instantes más sobrios. En ella encontramos elecciones de iconos interesantes, como la de esa danza del fuego inspirada en una de las primeras grabaciones del cine mudo pero también otras más cuestionables como ese luminoso tubito de radio que la protagonista se lleva hasta a la cama ( y no es metáfora).

Pero si hay algo chocante en esta cinta es la alternancia continúa de los episodios de la vida de Curie y los de algunos de los frutos más importantes de su descubrimiento de la radioactividad, tanto positivos como negativos, como son la bomba de Hiroshima, el tratamiento de pacientes con cáncer,  las pruebas en el desierto de Nevada o la tragedia de Chernobyl (si soy sincera esperaba que se rematase con los efectos del tsunami en la central de Fukushima). Momentos más cercanos al lenguaje del cómic que al cinematográfico, al igual que aquel en el que Pierre Curie presenta algunos de los productos fruto de la popularidad de los elementos radioactivos, y que no acaban de funcionar, resultando en exceso forzados, en especial en un desenlace que resulta como poco chocante. Tal vez en forma de viñetas, primer medio de expresión de la cineasta habrían funcionado mejor.

Una biografía al uso que intenta aportar un elemento original con poca fortuna, incidiendo más en las sombras que en las luces de una protagonista que a veces parece confundir la fuerza de carácter con la renuncia a la negociación. Una historia fascinante que prometia más, pero que complacerá a los amantes del género de la biografía reivindicativa.

Madame Curie llega a los cines el 4 de diciembre.