Para muchos los pitufos son parte de nuestra infancia y aunque en el cine no han gozado de una relativa continuidad como Asterix nunca han estado muy lejos de la gran pantalla en los últimos años. Aunque pasando por el 3D, la combinación con el live action, la suma de nuevos personajes (incluyendo un buen puñado de pitufas) y mucho más. De los pitufos maquineros mejor hablamos otro día.
Esta nuevo acercamiento a los pitufos apuesta, aún con algún elemento de imagen real en momentos puntuales, por un diseño clásico, pero sobre todo por una historia en la que no falta la magia ni la épica, revelando una nueva faceta de estos héroes azules que va a hacer primero que pierdan a su líder, Papá Pitufo, para embarcarse en toda una road movie que les va a llevar por distintos países y dimensiones no sólo en su búsqueda, sino en el caso del pitufo sin nombre (no lo he bautizado yo) de aquello que lo hace único.
Con un protagonismo que va del coral al dúo Pitufina- sin nombre "Los pitufos" sabe amoldarse a los clichés del cine infantil como la inclusión de canciones o el humor blanco pero también se reserva perlas como el cambio de estilo de las distintas dimensiones, de la plastilina a los 8 bits, o la autocensura pitido mediante. Por no hablar de mas de una sorpresa en su doblaje original o, aunque aporta un nuevo villano, un Gargamel y Azrael que son unos auténticos robaescenas. Sin ser un film homogéneo sí sabe aportar un buen sentido del ritmo y aunque no puede evitar su orientación casi total a los más pequeños de la casa, resulta tan intrascendente, por mística que se quiera poner en más de un momento, como entretenida.
Dejando la puerta muy abierta a una secuela esta es una película que se estrena en el mejor momento posible, pleno verano, y si bien no dejará huella (bueno quizás alguno de sus gags) cumple de sobras sus objetivos, como buen cimiento para crear toda una nueva generación de fans. No dudo hay pitufos por aquí...si la taquilla lo permite no faltarán pitufos por acá.