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martes, 29 de diciembre de 2020

SAYONARA 2020


 Fíjate que el número era bonito, pero es como esos de lotería que tienen buena pinta y luego nada, ni la pedrea. Bueno, peor que nada: encima lo has pagado.

2020 queda como un año aciago en todos los campos (salvo si tienes una fábrica de gel hidroalcoholico o de mascarillas). Me cuesta pensar en todas las vidas humanas que se han llevado y en todo aquellos cuya existencia ha dado un giro de 180°. Y encima la cosa va para largo. Ello me lleva a intentar evitarlo acudiendo al refugio de la inconsciencia, del pensar en otra cosa. Y a muchos nos ha salvado y nos salvará el cine el día haciendo honor a uno de sus nombres: la fábrica de sueños.

Ha sido un año con poco cine en la pantalla grande, con pocos blockbusters (en fin, Tenet...pero eso sí, gracias a los que tomaron la decisión de estrenarla en cines. Los cines necesitan películas que atraigan al público. De la calidad hablamos otro dia). Pero eso sí, hemos podido disfrutar de cintas tan grandes como Mank ( por poco tiempo. Ahora puede disfrutarse en Netflix), El faro (por el director de La bruja y con un duelo actoral de altura) o la todavía fresquita Saint Maud que, sin ser estrictamente terror, si es una pesadilla inolvidable.

También la animación nos ha dejado buen sabor de boca. Además del restreno de un Akira con la cara lavada cintas tan recomendables como Promare, El amor está en el agua o La famosa invasión de los osos en Sicilia. El cine español nos ha hecho disfrutar con obras como La boda de Rosa, Akelarre o Voces. Y en el terreno del fantástico caramelitos como la inclasificable La chaqueta de piel de ciervo, Little monsters, El hombre invisible o ese placer culpable que es La caza.

Muchas han quedado en el tintero, otras relegadas a la pequeña pantalla. Durante meses echamos los cines de menos y la vuelta poquito a poco se ha hecho larga, casi a modo de ensayo y error (la primera película que pude ver tras el confinamiento, La posesión de Mary, digamos que no animaba mucho a volver...).

2020 ha sido un año difícil. Un año que se ha llevado a James Bond, Darth Vader y Pantera Negra. Y no es metáfora. Un año fantasma para los cines, y 2021 se presenta difícil. Pero las películas en pantalla grande siguen siendo uno de los grandes placeres de la vida. ¡Volved! Los cines nos necesitan...



sábado, 26 de diciembre de 2020

EL PISO DE LOS ESPIRITUS

 

Mucho ha llovido ya desde que una niña con el pelo largo saliera de un televisor dispuesta a llevarse a más de uno al otro barrio, sin necesidad de 4K ni nada. Súmale los avances en las comunicaciones, un toque de Paranormal Activity y un terror tan real como la pandemia que todavía nos asola y ¡tachán! obtendremos un divertido cocktail: ese es Host.

Con menos de una hora de duración y rodada en pleno confinamiento Host es una cinta sin pretensiones, con una trama que nos resultará tan familiar como una sesión de espiritismo que sale rana. ¿La particularidad?los participantes están cada uno en su casa, a través de una videollamada, una opción que parece más que recomendable en unos tiempos en los que se desaconseja el contacto físico, pero que hará que en vez de a un terror tan tangible como es la enfermedad se enfrenten a un terror más sobrenatural.

Lo mejor de esta película es su ritmo. Pasando con facilidad de la risa a la sonrisa nerviosa y de allí al grito de terror en esta historia no faltan las situaciones cotidianas (desde el juego de beber cada vez que se dice "plano astral" a un saludo con el codo en uno de los momentos de mayor tensión) ni los clichés. Los personajes apenas están esbozados, el aspecto formal no está excesivamente cuidado (no deja de ser  una cinta en primera persona a través de la pantalla se un ordenador y por supuesto hay planos confusos. Aunque la verdad siempre me preguntaré como la gente corre tanto con un ordenador abierto) e incluso hay momentos de auténtico sonrojo (ese ¿Habéis visto algo? cuando se ha visto más que de sobra) pero la historia engancha. Resulta fácil identificarse con sus protagonistas, un grupo de inconscientes amigos, aburridos de estar encerrados, que creen haber encontrado en el espiritismo una nueva vía de entretenimiento y también comprender las medidas que adoptan al enfrentarse a la amenaza  (el uso de la harina), consiguiendo meternos de lleno en una odisea doméstica en tiempo real que, una vez mostradas sus cartas, no nos suelta hasta el final.

Jugando en la liga se Searching y Eliminado, Host es una refrescante apuesta. Un auténtico tren de la bruja rico en efectismos que consigue que el espectador ría y grite. Toda una experiencia catárquico ¿Que más podemos pedir?.



domingo, 20 de diciembre de 2020

EL PUÑETAZO DE LA MUJER PANTERA

 


Tras varios retrasos, después de que cierta cadena de hamburgueserías sacara los muñequitos correspondientes con varios meses de adelanto y con cierta dosis de polémica que, sin llegar al límite de la generada por Disney, ha conseguido soliviantar al equipo de Dune, por fin llega a la pantalla grande la nueva entrega de las aventuras de la amazona, con permiso de Hipólita y su cinturón, por excelencia: Wonder woman 1984.

Dando gracias que por fin los cines pueden exhibir un producto de los que atraen a las masas tras meses de sequía conviene acercarse a esta película con cautela. Continuación estricta de la original, conservando  la misma directora y protagonistas, pero moviendo el cocktail a la década de los 80 (algo que ya hizo con éxito el díptico It y que aquí conecta muy bien con un arco final que coquetea con la guerra de las galaxias de la era Reagan) la película arranca presentando con espectacularidad una escena del pasado de la heroína para después reconducirnos a su madurez y revelarnos como esta, una recién llegada a la civilización occidental en la primera parte, ha conseguido integrarse perfectamente en ella. Hasta aquí todo correcto, casi podríamos decir convencional. Solo a partir de aquí la película se mete en harina presentando a dos nuevos secundarios, la científica Bárbara Minerva y el aspirante a gran magnate de los negocios Maxwell Lord. Como ya sabrán los amantes de los cómics ( y los que hayan visto el tráiler) ambos están destinados a convertirse en los villanos de la función. Y aquí aparecen algunos de los aciertos de la cinta, como hacer tanto que los personajes evolucionen poco a poco como que tengan unos talones de Aquiles bastante humanos. Lo que no quita una tendencia al histrionismo en ellos a la que tampoco es ajeno un Chris Pine con una peligrosa inclinación al levantamiento de ceja que se gana más las lentejas como sidekick en toda regla que como interés romántico de Wonder woman, por muchos ojitos que se pongan.

Wonder woman 1984 es una película destinada a entretener, sin esconder sus propias referencias (el relato La pata de mono, que aunque sea merced a los Simpsons  de Halloween le suena hasta el más pintado) . Es cierto que pierde algo de ritmo en su parte central ( y es que la criatura ronda las dos horas y media) y que nos regala algún momento que, pretendiendo aspirar a la epicidad se aproxima más al kistch (esa escena de gran pero profundidad a nivel emocional para la protagonista que le recordará a más de uno a cierto anuncio de coches de hace unos añitos...y puede que a una de compresas. O esa pelea final que es puro crossover Cats-Caballeros del zodiaco). Incluso hay momentos que usa recursos más teatrales que cinematográficos, como ese final en que se han gastado medio presupuesto en ventiladores y uno de los actores hace un mutis por el foro en toda regla. Pero también reafirma la buena elección de su elenco de actores, en especial una Gal Gadot que parece haber nacido para encarnar al personaje y algún jugoso cameo. Cine palomitera, sin más, con eficaces escenas de acción y personajes con carisma. Y sobre todo el placer de ver una película de este tipo en la pantalla grande...es algo que realmente se agradece. Wonder woman puede que no sea la gran película del año, pero merece disfrutarse en el cine. No dejéis las salas atrás en pro de las plataformas: queremos más.


Wonder woman (1984) ya está en los cines de toda España.


domingo, 13 de diciembre de 2020

ATRAPADO EN EL NACIMIENTO

 

Aunque nos lleguen con cuentagotas la gran pantalla nos ha traído en los últimos años unas cuantas comedias italianas de éxito en su país de origen que, francamente, han conseguido dejarnos grandes momentos, con cintas tan recomendables como La hora del cambio o un Italiano en Noruega. Con cierta tendencia al humor "chusco" pero sin renunciar a la crítica social a ellas se une estas fiestas La primera navidad, protagonizada por un dúo de cómicos italianos, Ficarra y Picone, que llevan casi dos décadas trabajando tanto en cine como en televisión y que, aunque aquí nos suenen más bien nada consiguieron arrastrar a unos dos millones de compatriotas a los cines durante las fiestas previas a la pandemia de la que todavía no nos hemos librado.

La premisa tan sencilla como navideña. Un párroco, obsesionado con el Belén viviente que está montando, descubre que su San José, en realidad un ladronzuelo de arte sacro, está robándole una valiosa figura del niño Jesús. En plena persecución y por arte de magia ambos acabarán en los alrededores de Belén justo en el momento del nacimiento de Cristo...y por supuesto volver a cada no será sencillo. Por supuesto estamos ante una de esas cintas que presenta una pareja desparejada, de pícaro y hombre recto, que aún chocando desde el principio acabarán llegando a una suerte de identificación él uno con el otro. 

Y en medio toda suerte gags físicos, anacronias varias (los cannoli), equivocos y, a pesar del punto de partida religioso, pocos sacrilegios. Chistes algunos traidos por los pelos ( especialmente en esos deus ex machina que son el láser en la ejecución o el rescate en barco...y no diré más). La primera Navidad ni es La vida de Brian ni pretende serlo, aspirando a ser un entretenimiento familiar (ahí están los personajes infantiles, para que todo quisque se sienta identificado) con su puntito moralista y todo. Y lo consigue.

Aún teniendo una buena dirección y vestuario así como un villano, Herodes, que saben mantener buen nivel y barajando temas tan espinosos como la matanza de los inocentes o la rebelión ante los abusos de la ocupación romana la sensación que deja está comedia es ligera. La de un producto correcto que resulta perfecto para la época en la que se estrena, el tipo de film que apetece ver en la sobremesa con toda la familia. Una buena elección para una digestión entretenida, con una fuerte carga dulce y una gotita de vinagre.

La primera Navidad puede disfrutarse ya en los cines españoles.


sábado, 12 de diciembre de 2020

...Y VERÁS QUE CONTENTO

 

El tópico de la dulce abuelita leyendo fábulas a sus nietos ha muerto. Viva el monstruo o caballero trajeado que nos narra un cuento de terror.

Vampus, al que dan ganas de llamar tío Vampus, pariente lejano de Rod Serling y el guardián de la cripta, nos trae cuatro historias terroríficas que se pasean por algunos de los tópicos del género como las atracciones, la mansión apartada (que no encantada, pero sigue dando mucho juego) o el universo zombie. Cuatro historias ( cinco si contamos la del propio narrador) que no compartesin director, reparto o  guionista, sin más nexo común que el propio Vampus y la mención en todos ellos a unos perritos calientes que se reservan un rinconcito especial en el desenlace.

Nacido hace un par de años en el corto Llámame Vampus, dirigido por Victor Matellano, este enterrador de lengua y motosierra afiladas pasa al largo en Vampus: Horror tales,, aportando humor negro y un puntito de crítica social. El personaje, encarnado por Saturnino García, es sin duda lo mejor de una cinta en la que, como todas las de episodios, encontramos con mayor o menos fortuna, un poco de todo. Desde propuestas más ochenteras, como la de la pareja dispuesta a realizar un divertido viaje en el tren del terror, a otras más poéticas como la que cierra la película, sin dejar de lado el gore o las historias de fantasmas. Tengamos más preferencia por un corte u otro es innegable que Vampus: horror tales destila cariño por el género con guiños a películas como Creepshow o La noche de los muertos vivientes y algún cameo como los de Antonio Mayans o Lone Fleming que consiguen pillarnos por sorpresa.

Una propuesta que, al igual que otras cintas de episodios como VHS puede dar para más de una secuela. No importa que en su conjunto pueda parecernos irregular, o que en algún momento no se conecte con su particular sentido del humor. Se trata de una película sin pretensiones que intenta entreteternos acercándonos a un subgenero que a la mayoría nos enamoró en la pequeña pantalla pero siempre ha intentado reivindicar su papel en la grande. Y Vampus tiene la suficiente presencia para arrastrarnos a los cines



martes, 8 de diciembre de 2020

EL RAVAL DE LOS MONSTRUOS

 


Digan lo que digan pocos productos han hecho más por la divulgación histórica en este país como la serie El ministerio del tiempo. La historia no son solo las vidas de grandes reyes o las batallas de renombre, también hay episodios pequeños en apariencia que han dejado huella y el show televisivo lo ha mostrado bien haciendo que muchos conocieran por primera vez la historia de Enriqueta Martí, una asesina y secuestradora de niños de principios del siglo XX que dejó huella.

En esta controvertida figura se basa La vampira de Barcelona, película que ganó en el pasado Festival de Sitges el premio del público. Rodada en un impecable blanco y negro con contadas escenas de color y alguna pincelada rojo sangre la película toma como punto de partida la investigación por parte de un periodista local de una serie de truculentos asesinatos y desapariciones de niños, cuya autora acabarán identificando como Enriqueta Martí, una curandera de los bajos fondos.

Con un fuerte punto crítico y un ligero aroma de fábula que coquetea  con el universo Tod Browning La vampira de Barcelona Lidia entre la ambigüedad y la locura. Hija de un universo Caligari de toque teatral es una película ambiciosa, de aspiraciones tal vez más altas que las que alcanza, pero que logra mantener el tipo con su cuidada dirección artística y, especialmente gracias a su elenco de actores que, amén de regalarnos sorpresas como la presencia de Sergi López, nos presenta una Nora Navas que consigue arrancarle todos los matices posibles a su personaje, de la ferocidad a la fragilidad.

La vampira de Barcelona, sin llegar a las cotas de popularidad de otros asesinos célebres como Jack el destripador, se gana poco a poco su lugar en el imaginario colectivo con novelas, cómic o película como esta. Una película que, a pesar de perder pronto su ambigüedad en la lectura del personaje, supone una buena muestra que sumar a las contadas películas sobre crímenes reales de la España negra como El huerto del francés o Mi hija Hildegard. Ojalá abra paso a un universo que, tal y como se vió en la serie La huella del crimen da mucho juego...¿Han oído hablar de la asesina de la plancha?


La vampira de Barcelona puede disfrutarse ya en cines.



domingo, 6 de diciembre de 2020

MAS ALLÁ DEL HUERTO

En el año en que Sitges ha recuperado un par de clásico con ocasión de sus respectivos aniversarios, El gabinete del Doctor Caligari y El imperio contrataca, el festival de apuntó un nuevo tanto trayendo un clásico patrio que no cumplía años, pero que volvía a la gran pantalla con un impecable lavado de cara en alta definición 4K.

Se trata de El huerto del francés (, escrita, dirigida y protagonizada por Jacinto Molina, el incombustible Paul Naschy. En un año en el que una plaga casi bíblica nos ha impedido hacer muchas cosas, y para todos aquellos que nos quedamos con ganas de haber estado allí (o que se quedaron con ganas de más) la película acaba de ser editada por Divisa en una lujosa edición de Blu-ray más libro, con textos de Sergio Molina, Victor Matellano y Enrique Pérez Font, supervisor de la restauración, incluyendo como remate una entrevista con el mismo Paul Naschy.

Recreación de unos turbios crímenes que tuvieron lugar en Peñaflor, un pueblo cercano a Sevilla, en los primeros años del siglo XX El huerto del francés es un siniestro fresco de la España profunda que huye del fantástico para regalarnos uno de los mejores trabajos de su autor. Secundado por dos nombres tan populares del momento como son María José Cantudo o Ágata Lys, pero sin descuidar un elenco de secundarios en el que podemos encontrar actores como Luis Vives ejerciendo de verdugo, Naschy crea un personaje cruel pero magnético que huye de todo tipo de tabúes morales, sin esquivar elementos que hoy no dudaríamos de calificar de políticamente incorrectos.

Está edición de El huerto del francés es una adquisición imprescindible para los amantes del cine patrio y para todos los amantes de la obra de Paul Naschy. Y en las fechas en las que estamos una magnífica oportunidad para hacer un regalo inolvidable...o para ir incorporarlo a nuestra carta a los Reyes Magos. 

viernes, 4 de diciembre de 2020

EL ESPANTO Y EL EXTASIS

 

¿Podéis imaginar una versión de Misery desde el punto de vista de Annie Wilkes? Con muchos matices y más de un pero grande, pero Saint Maud, la historia de una cuidadora particular de exacerbada espiritualidad que empieza a trabajar para una enferma terminal de cáncer cuya alma cree poder salvar antes de que esta fallezca, podría verse como algo así.

Tras una de las muchas escenas inquietantes de esta perturbadora cinta, que prefiero no desvelar, pero que sienta un tono claustrofóbico que saca el mejor partido de los primerísimos planos, Saint Maud arranca como un cuento gótico, con una primera parte luminosa que parece presentar una misión de redención para su protagonista. Pero como cualquier amante del género, y más en una película de corte tan ambiguo cómo esta, supondrá la paz no es duradera.

Una actriz en estado de gracia lleva el peso de toda la trama. Morfydd Clark nos regala un trabajo físico impresionante que nos remite a los de otras obras de terror religioso como El último exorcismo. Su interpretación, entre la dulzura y la paranoia, consigue arrastrarnos a su terreno en una historia en la que la suspensión de incredulidad es clave, tanto si pensamos que todo está en su mente como si llegamos a asumir que vive una auténtica experiencia extracorporal, con unos éxtasis que no tienen nada que envidiar a las a de la mística de Ávila.

Saint Maud es una película que nos lleva del cielo al infierno en un plano. El drama de una pecadora arrepentida rico en simbolismos cristianos y paganos (las referencias a la menstruación, la medalla de María Magdalena, el nombre de una de las secundarias, Joy, y por supuesto esa obra de Blake que tanto juego ha dado en el séptimo arte en películas como El dragón rojo) que consigue nos replanteemos nuestra visión a cada escena, envolviéndonos con su cuidada estética, hasta un desenlace tan esperado como inevitable.

Lejos de ser una película cómoda Saint Maud renuncia a las leyes divinas y humanas. Consigue hacernos empatizar con una heroína más que cuestionable y, sin ser una película de terror al uso, pillarnos con la guardia baja en las contadas veces que recurre al gore. Una obra que da pie para el debate, y que consigue introducirse bajo nuestra piel, convirtiéndose en una de las mejores apuestas por el horror en un año de auténtica pesadilla.

Saint Maud llega a las pantallas españolas en la muy adecuada fecha del 25 de diciembre.

martes, 1 de diciembre de 2020

NO SIN MI RADIO

 

No importab los años que pasen ni la reivindicación de la novela polaca como mujer y científica. Siempre empezaremos hablando de ella como Madame Curie, obviando su nombre de soltera. Claro que en cuestión de pronunciación sale ganando por sencillez el apellido de su marido. Igual no es machismo, sino vagancia.

Pero entremos en harina. La brillante carrera de Maria Sklodowska es buen caldo de cultivo de biopic y Madame Curie, dirigida por Marjane Satrapi se centra en los años más gloriosos y turbulentos de su carrera, desde que conoce a su futuro marido, Pierre Curie, hasta los albores de la I Guerra Mundial, en los que dedicará su ciencia a salvar a miles de soldados.

Satrapi es una autora que viene del mundo del noveno arte, autora de ese clásico moderno que es Persepolis, que daría pie a la que sería su primera y muy recomendable pelicula. Dos obras brillantes que hicieron que su prestigio como un cohete. Sin embargo su obra posterior no está a esa altura. 

Madame Curie no es una excepción. Una biografía convencional con un más que correcto elenco de actores y una cuidadas dirección artistica y fotografía que brillan en lo instantes más sobrios. En ella encontramos elecciones de iconos interesantes, como la de esa danza del fuego inspirada en una de las primeras grabaciones del cine mudo pero también otras más cuestionables como ese luminoso tubito de radio que la protagonista se lleva hasta a la cama ( y no es metáfora).

Pero si hay algo chocante en esta cinta es la alternancia continúa de los episodios de la vida de Curie y los de algunos de los frutos más importantes de su descubrimiento de la radioactividad, tanto positivos como negativos, como son la bomba de Hiroshima, el tratamiento de pacientes con cáncer,  las pruebas en el desierto de Nevada o la tragedia de Chernobyl (si soy sincera esperaba que se rematase con los efectos del tsunami en la central de Fukushima). Momentos más cercanos al lenguaje del cómic que al cinematográfico, al igual que aquel en el que Pierre Curie presenta algunos de los productos fruto de la popularidad de los elementos radioactivos, y que no acaban de funcionar, resultando en exceso forzados, en especial en un desenlace que resulta como poco chocante. Tal vez en forma de viñetas, primer medio de expresión de la cineasta habrían funcionado mejor.

Una biografía al uso que intenta aportar un elemento original con poca fortuna, incidiendo más en las sombras que en las luces de una protagonista que a veces parece confundir la fuerza de carácter con la renuncia a la negociación. Una historia fascinante que prometia más, pero que complacerá a los amantes del género de la biografía reivindicativa.

Madame Curie llega a los cines el 4 de diciembre.

lunes, 30 de noviembre de 2020

YAYO SALVAJE

 

Aunque no se tengan niños en casa seguro que a más de uno le suena películas como Hop, Alvin y las ardillas o Garfield (2). Películas con un alegre animalillo animado que interactúa con humanos reales y que además tienen algo en común: la dirección de Tim Hill.

Sin embargo en este año atípico Hill cambia nuestros amigos de dibujos por un Robert de Niro que, reconozcamoslo, no volvió a ser el mismo desde Los padres de ella.

Él, uno de los grandes, es el mayor reclamo de En guerra con mi abuelo, una película que también trae agradables sorpresas en su reparto como Una Thurman, Christopher Walken o Jane Seymour. Buenos actores que se dejan llevar por su lado más histriónico a la hora de encarar una historia que es pura comedia de manual. Una trama que no deja de recordarnos a las sitcon de los 90,  presentando a un tándem de abuelo y nieto que lidia por el disfrute del mismo dormitorio, ocupado repentinamente por el anciano cuando su hija, tras un desafortunado incidente, le convence seque se instale en la casa familiar.

Predominando el gag físico sin que llegue la sangre al río, aunque sufran golpes que a cualquier persona normal la enviarían como mínimo a urgencias, y dejándose llevar un par de veces por centrar el chiste en la exhibición genital del señor de Niro, En guerra con mi abuelo pretende ser una comedia familiar, con personajes que abarcan una gran variedad de edades. Un objetivo que consigue sin arrebatos de originalidad (aunque si la hay en el de aportar el matiz navideño al hacer que esta sea la temática elegida para el cumpleaños de la pequeña de la casa, un torbellino pascual que resulta lo más natural del conjunto) y un relativo buen sentido del ritmo, añadiendo tópicos del reciente cine familiar como las competiciones absurdas (balón prisionero en cama elástica...no pregunten más) y otros más atemporales como una moraleja que, hay que reconocer, es hasta bonita.

En guerra con mi abuelo no es probablemente la mejor de las comedias, pero resulta una elección adecuada para el ocio en familia en una época del año que lo pide, y en un 2020 en el que los cines  necesitan que los espectadores vuelvan. Y reír es una de las mejores excusas.

En guerra con mi abuelo llega a los cines españoles el 4 de diciembre.




domingo, 22 de noviembre de 2020

CIUDADANO HERMAN

 

Ver una película, sobre todo si podemos disfrutarla en una sala de cine, es todo un viaje. Aunque por supuesto hay viajes y viajes, no es lo mismo ir al trabajo en metro que una vuelta al globo, y en el caso del cine hay cintas que consiguen transportarnos en más de un nivel. 

Mank es una de ellas. David Fincher, su director, es un autor que en anteriores ha sabido llevarnos de expedición a través de la locura o la ambición humana, incluso a través del tiempo en un sentido inverso al común de los normales, como en El curioso caso de Benjamin Button. Pero en esta ocasión Fincher, tomando como base un guión de su difunto padre, nos transporta al filo de los años 30 para contarnos la gestación de la película que cambiaría la historia del cine, Ciudadano Kane, pero no va bajo el prisma de Orson Welles, sino el de su menos conocido guionista (y según más de uno único responsable de la historia) Hermano Mankiewicz.

Ambientada en una meca del cine entre el esplendor y la decadencia, sin renunciar a un ácido sentido del humor la odisea de un escritor que debido a su carácter y su continuo romance con el alcohol parece condenado a convertirse en sombra, Mank podría ser perfectamente una película rodada en la misma película en la que se desarrolla. El mimo con el que está concebida cada imagen , llegando a su cumbre en la escena de la noche de las elecciones y su espectacular montaje, con un detallismo tan enfermizo que hasta podemos encontrar las marcas de cambio de rollo, hacen de esta obra un auténtico deleite visual que se disfruta aún más conociendo sus referentes, con una hermosa fotografía en blanco y negro que consigue sumergirnos por completo en otra época.

Pero este es solo el envoltorio de un guión tan controvertido como clásico que sabe hacer de la réplica rica en bilis todo un arte. Y que mejor que ponerlo en boca de ese camaleón que es Gary Oldman, que consigue crear un personaje que sabe hacerse tanto amar como odiar, y en torno al cual pivotan una amalgama de secundarios capaces de robar más de una escena a pesar del magnetismo del protagonista, sin renunciar a pequeños guiños a los personajes reales en que se basan (como esa primera imagen de Welles que nos remite a las últimas películas del director).

Mank es una película que enamora a los amantes del cine y conquista a los que simplemente buscan una buena historia de personajes, en la línea de otras cintas de Fincher como La red social. Una excusa perfecta para volver a esas salas que nos están esperando para emocionarnos en pantalla grande. Pero para aquellos que no puedan a principios de diciembre llegara a la pequeña pantalla como una de las grandes apuestas de Netflix.

Mank ya está en cines y en Netflix desde el 4 de diciembre.



martes, 17 de noviembre de 2020

LA GRAN FAMILIA FRANCESA

 

Si nombramos el apellido De Gaulle solo un nombre acude a nuestra mente: Charles. Sin embargo el título de De Gaulle, la película, no hace referencia solo al célebre estadista francés sino a toda su familia.

No nos encontramos ante un mero film de guerra. Ambientada en 1940 el film arranca de la figura de un De Gaulle que se enfrenta al avance de la contienda por vía diplomática. Presentado en una tradición casi hagiográfica, devoto, recto y hombre de familia, la historia del militar se alterna durante todo el metraje con la de su mujer e hijos, atrapados en la Francia invadida por los nazis e inmersos en un tortuoso éxodo en su huida de una muerte casi segura. Dos historias de corte convencional pero entre las que resulta ganadora por comparación la protagonizada por Yvonne De Gaulle, con un mayor componente emocional y que, quizás por ser menos conocido el referente real,  consigue arrastrar al espectador. Una trama que refleja ese horror que su marido, sufridor fuera de casa, apenas alcanza a intuir desde un Londres desde el que intenta avivar el espíritu de la resistencia francesa. 

De Gaulle es una película que mima el apartado visual. Unos buenos vestuario y dirección artística ayudan a introducirnos en una cinta que quizás deje con hambre a aquellos que acudan al cine a profundizar en la figura histórica. Sin embargo también se encontrará con una subtrama tan interesante y emotiva como es la relativa a su relación con su hija Anne, nacida con síndrome de down, y que aporta una nueva dimensión a un personaje que parece de sobras conocido.

Drama con ligero regusto de déjà vu sin embargo nos encontramos ante una cinta lejos de lo que podríamos esperar de su mero título. Una película que no sabe renunciar a metáforas y símbolos poco sutiles ( el pájaro enjaulado, la pesadilla de Yvonne...) ni a una estructura quizás demasiado clásica, pero que complacerá a aquellos a los que prefieren las historias de personajes y diálogos frente a aquellas que se pierden en el fragor de la batalla.

De Gaulle llega a las pantallas españolas el 20 de noviembre.


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martes, 10 de noviembre de 2020

ANNA RABBIT

 

"Solo un juguete". Que una frase en apariencia tan banal pueda marcar en inicio una experiencia angustiosa para cualquiera como es el exilio, y más en el caso de una niña de apenas nueve años, es cuanto menos llamativa. Así arranca El año que dejamos de jugar, basada en la novela de corte autobiográfico Cuando Hitler robó el conejo rosa (título que conserva el film en su versión original) de Judith Kerr, la historia del ascenso del nazismo desde la perspectiva de una familia judía que opta por abandonar su casa en Berlín ante la amenaza de un régimen que tiene al padre, escritor de profesión, en su lista negra. 

Con más de un punto en común con el anterior trabajo de su directora, Este niño necesita aire fresco, la nueva película de Caroline Link tiene su mejor baza en unos personajes entrañables. Lejos de los dramas fílmicos de otros niños víctimas del nazismo, como los pequeños protagonistas de La vida es bella o la lista de Schindler, e incluso del indescriptible Jojo rabbit, la Anna de El año que dejamos de jugar puede parecer estar sufriendo la cara más suave de la tragedia, lejos de bombardeos y campos de concentración en su periplo por Suiza y París. Sin embargo las noticias que llegan de la Alemania bajo el poder de Hitler, años antes del estallido de la II Guerra Mundial (hablamos de los primeros años treinta), el desarraigo, la profunda añoranza de su hogar y la progresiva caída en la pobreza irán haciendo mella en su espíritu, aún dejando relativamente intacta su inocencia. 

El año que dejamos de jugar tiene un ligero aroma de cuento, con unos entornos de postal que da el do de pecho con las impresionantes cumbres suizas (incluso podríamos plantearnos que su protagonista empieza a sufrir el síndrome de Heidi corriendo descalza por la hierba) y un París en el que se puede ver la Torre Eiffel desde cualquier ángulo, captados con una hermosa fotografía, un sentido del humor blanco y unos personajes amantes de las moralejas. Una historia que, en principio, puede parecer más enfocada a un público juvenil (al igual que la novela) que sin duda la disfrutará pero que alcanza toda su dimensión ante los ojos de unos adultos que sintonizan mejor todos los matices de la historia. 

Más para amantes de las historias de personajes que para aquellos que busquen un fidedigno fresco histórico la película nos muestra un nuevo ángulo de un periodo del que el espectador parece no cansarse. De un drama que no debemos olvidar para no condenarnos a repetirlo, y los ojos de la pequeña Anna son un buen filtro para hacerlo.

El año que dejamos de jugar llega a las pantallas el 13 de noviembre.


viernes, 6 de noviembre de 2020

CARNÍVOROS E INTEGRADOS

 

No es lo habitual por estos lares (no se puede negar que apostamos más por el cine) , pero el terror, como la sangre, llama y una de las historias más potentes que ha llegado a mis manos últimamente lo ha hecho en forma de un volumen que apenas llega a las 250 páginas. Su carta de presentación el premio Clarín de 2017, y su título Cadáver exquisito.

En un periodo histórico en la que la distopía apocalíptica está a la orden del libro es fácil hablar de obras sobre virus que asolan la humanidad como La peste escarlata de Jack London o El último hombre de Mary Shelley. Pero la escritora argentina Agustina Bazterrica apuesta por un matiz distinto, presentando un virus que ataca a todo tipo de animales esquivando a los humanos. El resultado un planeta que encuentra la alternativa para el consumo alimentario y textil en su propio genoma. Un mundo sin zoos, sin mascotas, sin abrigos de pieles ni carne de res en los platos, pero en los que una industria cárnica perfectamente normalizada y legal satisface la gula de una humanidad que se ha convertido en caníbal.

Una propuesta ingeniosa y sorprendente que da una nueva lectura a ese hombre que es un lobo para el hombre. Revulsiva e hipnótica la trama se mueve con inteligencia entre las distintas vertientes de este mundo feliz. Sin eludir tópicos propios del fantástico como el científico loco o los gemelos inquietantes ni referencias a clásicos como El malvado Zaroff o Hasta que el destino nos alcance este libro sabe mantener sus raíces en un crudo realismo, pero sin dejar de coquetear con el mundo de la novela gótica.

Relato de hombres y monstruos, que nos muerde en su primer capítulo y no nos suelta hasta un final que es un auténtico puñetazo en el estómago. Para paladares fuertes y estómagos todavía más fuertes Cadáver exquisito presenta un estilo sencillo, pero exige tanto a su lector como le regala a cambio. De esos libros que pueden leerse en una tarde pero que no está dispuesto a abandonarnos en mucho, mucho tiempo.

Cadáver exquisito está editado en España por Alfaguara y sus derechos se han vendido a varios idiomas. En inglés se ha publicado recientemente como Tender is the flesh.


 

miércoles, 4 de noviembre de 2020

THE FAST AND THE ZOMBIE



Tras años y años disfrutando de él el cine zombie sigue entreteniendo...que logre divertir además es un plus que pocos consiguen, algo que parece ser patrimonio casi de las cinematografías orientales, con propuestas tan divertidas y recomendables como Dead sushi o One cut of The dead. Tren a Busan es un film que lograba ambas cosas, con ritmo frenético que lograba arrastrar al espectador. Y poco después Seoul station, precuela animada que palidecía frente a su precedente, pero que dejaba buen sabor de boca con un final inesperado.

Como nunca hay dos sin tres la que ya es la saga zombie coreana pedía una tercera parte y esta llega bajo el título de Península, obra del mismo director y ambientada justo cuatro años después de la original, precisamente el periodo que la separs del estreno de esta. 

Si Tren a Busan era una auténtica locura, manteniendo prácticamente la unidad de tiempo (el día del estallido zombie) y lugar (un tren infectado) Península parte jugando a la maniobra del despiste, arrancando en un barco de refugiados que huyen de Corea en el que, como todos nos tenemos, habrá un violento rebrote. Pero este es solo un buen prólogo, con una impactante presentación del primer infectado y un pretendido elenco protagonista que en minutos se reduce a la mitad. Pronto cambiará de tercio para sumergirnos en una península apocalíptica, a la que volverán nuestros protagonistas para dar el gran golpe que solucionará el resto de una existencia que por el momento malviven en un Hong Kong que les desprecia por su origen.

Una historia en la que prima la acción, con persecuciones en automóvil que dan una nueva dimensión al concepto " atropello y fuga" y elementos que nos conducen a la larga tradición del cine distópico, con sus asentamientos amurallado de supervivientes y "deportes" extremos. Pero el conjunto no consigue el impacto de Tren a Busan. Personajes más desdibujados y menos carismáticos, abuso de manierismos como la ralentización del tiempo y en especial un desenlace tan alargado como forzado no benefician a una película que mejora cuando menos trascendente pretende ser. Podemos ver en ella destellos de la cinta que nos cautivó, como el trabajo físico de los actores que encarnan a los zombies o ese prólogo que consigue meternos rápido en harina, pero lejos queda de la que es una de las mejores cintas de género de los últimos años.


Península llega a las pantallas españolas el 18 de diciembre.


miércoles, 28 de octubre de 2020

INSTITUTO DE CARAMELO

 

Sin ser una cinta especialmente terrorífica Jóvenes y brujas, que parece mentira pero ya tiene casi un cuarto de siglo, se ha convertido con los años en una cinta de culto. Nunca es tarde para una secuela, o casi mejor diríamos un reboot, y así se presenta está nueva Jóvenes y brujas (con el título más explícito en su versión original de The craft.Legacy). De nuevo la historia de cuatro jóvenes brujas de instituto que descubren como, tras la incorporación de un nuevo miembro a su particular aquelarre, sus poderes crecen esponecialmente...aunque el resultado dista bastante de la película en la que se inspira.
Aunque encontramos algún homenaje puntual a la primera parte ( ese "ligera como una pluma, rígida como una tabla" reducida a escena de montaje) este film aligera morbo y oscuridad para convertirse en una oda a lo políticamente correcto, a la diversidad y el empoderamiento femenino con mayúscula, valores tan importantes como forzados en este caso. Un mensaje que conecta mejor con unas brujas más afines a la wicca ( término que no llega a usarse pero encontramos símbolos tan inconfundibles como el pentàculo o la triple luna) que a la brujería de toda la vida. Se trata de una historia menos siniestra, que reduce el terror prácticamente a un par de sobresaltos metidos con calzador y que queda como un drama adolescente en el que no faltan padrastros sospechosos , nuevos amores y abusones de clase. 
Pero si hay algo destacable en esta cinta, que complacerá más al espectador de la edad de sus protagonistas que al amante de las emociones fuertes ( hablamos de hechiceras que usan sus poderes para maquillarse y darse un baño con más brillos que un vampiro de Crepúsculo), es su elenco de actores. Un grupo de adolescentes que a pesar de su cuidado aunque chocante atuendo (cambien el look colegiala gótica del 96 por collares de perlas a lo Lisa Simpson y ropa talla XXL) saben transmitir naturalidad y vitalidad a sus interpretaciones y un recuperado David Duchovny que es sencillamente lo mejor del film, sabiendo aportar una contenida presencia perturbadora a un personaje que intuimos guarda más de un secreto.
Estás nuevas Jóvenes y brujas son muy distintas de las que conocimos. Adaptadas a unos nuevos tiempos que infantiliza y resta sombras a sus personajes, y aportando un moralismo excesivo que resta encanto a una historia que ya hemos oído en más de una ocasión, hechizo o no mediante. Al enfrentarme a esta película no he podido evitar sentirme vieja y muggle...y casi lo prefiero.

Jóvenes y brujas llega a los cines el 30 de octubre, lista para celebrar el Halloween.


martes, 27 de octubre de 2020

PASANDO OTRO TIPO DE MIEDO

 

En un año en el que el concepto terror ha adquirido una nueva dimensión parece que al cuerpo no le apetece pasar más miedo. Pero el Halloween, una festividad ya completamente arraigada, nos dice lo contrario. Es cierto que, al igual que muchas otras celebraciones, este año va a ser distinto pero aún con toque de queda hay mucho, mucho por hacer (¡y por ver!):

  • En la que se ha convertido más de un viernes en Sala Z, la Sala X de Madrid (C/ Duque de Alba 4), Cinecutre nos trae un Halloween madrugador (12:30h) y diferente con la proyección de Noche en el tren del terror, presentada por Carlos "Oso" Palencia. Una película que ya pudimos disfrutar hace unos añitos en la Cutrecon y que nos transporta a una nueva dimensión del terror, por llamarlo de alguna manera, números musicales ochenteros incluidos. Entradas a la venta en www.salaequis.es
  • Para una noche de difuntos más clásica la Sala Artistic Metropol ( C/ Cigarreras 6) proyectará durante este fin de semana una selección de películas de género mudas con acompañamiento musical en directo. Una oportunidad única de disfrutar de El gabinete del doctor Caligari (día 31 a las 20h) y Nosferatu (1 a las 18:15h). Todo en https://artisticmetropol.es/web/
  • Aunque si el término que viene a vuestra mente es leyenda urbana el céntrico Palacio de la Prensa les dedicará un homenaje en forma de sesión de cortometrajes el día 31 a las 18 y a las 20h. Más en https://www.palaciodelaprensa.com/
  • Y si no os basta con un solo día los cines Verdi de Madrid presenta su semana zombie, todas las noches del 30 de octubre al 5 de noviembre, con algunas de las mejores cintas del género como Train to Busan o Little monsters. ¡Y a precios populares!
  • Pero si queréis celebrar el Halloween en la intimidad de vuestros hogares a los kilos y kilos de chucherías que ofrecen casi todas las franquicias de supermercados podéis podéis añadir como estación de avituallamiento La mansión del terror (C/ Alondra 44). Entre sus siniestros pasillos encontraréis, haciendo honor a su nombre, cientos y cientos de peliculas, libros para niños y adultos y casi cualquier artículo dedicado a nuestros monstruos favoritos como cajas sorpresa con pequeñas figuras de nuestros tenebroso amigos de la Universal. Ahí es nada. Más información y venta en https://www.lamansiondelterror.es/
  • Tampoco hay que dejar de lado el Halloween más literario. Novedades recientes como Junji Otro. Estudio desde el abismo del terror, dedicado a los 30 años del famoso mangaka, o Vampiros en Japón. Sangre en occidente, editado por Sattori, son plenamente recomendables. También en estás fechas llega una nueva editorial,  la biblioteca de la abadía, que se inaugura con el flamante Más allá de Drácula: otros vampiros en la Hammer, obra de Carlos Díaz Maroto. Un libro para amantes del cine de terror en general y del vampírico en particular que es solo el primero de una de volúmenes que harán las delicias de los aficionados. ¡Edición limitada!. Más en https://cerebrin.wordpress.com/2020/10/26/a-la-venta-mas-alla-de-dracula-otros-vampiros-en-la-hammer-de-carlos-diaz-maroto-nuestro-primer-lanzamiento-editorial/?fbclid=IwAR2LWxpD629W_hZsQx2RtLplDq1PwxS7c9FqV0_3TYZ33_9s0dlfZZdYe_c
Pero estas propuestas son solo una gota en un océano. Halloween es una fiesta cuyo objetivo es la más pura y terrorífica diversión, llena de posibilidades. Dejad de lado el miedo que se asoma cada día en el telediario. Otro terror, divertido y catárquico, y siempre manteniendo las medidas de seguridad, es posible. Felices pesadillas...



lunes, 26 de octubre de 2020

ESTA CASA PROVOCA INQUINA

 

Olviden los niños terroríficos, de esos que recorren largos pasillos en triciclo o comparten miradas cómplice con un enorme rottweiler. La tercera edad ha llegado dispuesta a arrebatarles el puesto. Con honrosas excepciones como los vecinos de La semilla del diablo, la pareja de La llave del mal o los dulces abuelos de La visita los mayores siempre han sido más proclives a ser profetas del mal que los generadores de la alarma en el género del terror, pero Relic tiene la inteligencia de aunar un horror tan real como ver cómo una persona poco a poco deja de ser una misma fruto de los estragos de la edad con un miedo más sobrenatural.
Aunque su banda sonora, que genera en el espectador inquietud desde el primer fotograma, hace que esa ambigüedad que tan bien suele sentar a cualquier cinta del ramo Relic se gana a pulso el título de pesadilla. Por mucho que intuyamos un desenlace que da una nueva dimensión al término " piel atópica" (y no diré más) el buen hacer de tres actrices de generaciones distintas y la creación de un clima afixiante logran mantener la tensión durante la práctica totalidad de la trama. Es cierto que los sustos de sopetón merced a los efectos de sonido no faltan pero encontramos escenas tan interesantes y perturbadoras como aquella en la que uno de los personajes accede a la auténtica dimensión de la casa. Otras quizás nos parezcan más convencionales, pero logran añadir capas a unos personajes que, creyendo enfrentarse a un problema tan común como doloroso, se van a enfrentar a una amenaza menos terrenal, pero que parece conectar con su propia herencia familiar.
Una combinación inteligente de drama costumbrista y un terror que se introduce poco a poco en la psique del espectador hacen de esta una película una propuesta más que interesante para cualquier fan del género, con una cinta que aún tomando tópicos del género como la casa encantada intenta dar forma a una pesadilla original que regala más preguntas que respuestas. 

Relic, ganadora de una mención especial para su directora en el último Festival de Sitges, llega a las pantallas españolas el 6 de noviembre.


martes, 20 de octubre de 2020

ACCIÓN DE HIELO Y FUEGO

 

Si algo nos ha enseñado el anime japonés es que cualquier actividad, del fútbol a la cocina pasando por jugar a la peonza, puede convertirse en una épica odisea rica en ataques increíbles  y vitales personajes capaces de cualquier cosa con tal de hacerse con la victoria. Promare no es ajena a este espíritu, contando la historia de los bomberos de un mundo futurista que se enfrenta a unos mutantes capaces de canalizar su ira en una serie de virulentos incendios.

Aunque no sea un prodigio de la originalidad ni en lo relativo a sus personajes, con sus malos que no son tan malos y sus héroes con secreto, entre los que por no faltar ni falta un protagonista de gran corazón pero pocas luces, algo que no le resultará ajeno a ningún fan de la animación nipona, Promare destaca sobre todo por su apartado visual. Un auténtico delirio de bien armonizados colores y formas, que suponen un increíble envoltorio para una historia de ritmo vertiginoso, que no deja flaquear al espectador en ningún momento y que hace que sus casi dos horas de duración se pasen en un suspiro.

Cuajada de imágenes que son un auténtico estallido de imaginación, acompañada de una vibrante banda sonora y rica en soluciones visuales tan interesantes como el uso de formas geométricas como base para los distintos elementos ( triángulo para fuego y cuadrado y rectángulo para hielo) la película es un festival para los sentidos. Coqueteos con la ciencia ficción más distópica, apocalipsis inminente incluído, y el universo hentai añaden sal a una historia que resulta rabiosamente entretenida.

Promare es una película que se disfruta más sin prejuicios, con espíritu de festival y, si no no fuese por esta anómala nueva normalidad que vivimos, con amigos. Pura diversión palomitera con una animación hipnótica, de esas que ganan en la gran pantalla.

Promare llega a las pantallas españolas el 23 de octubre.


domingo, 18 de octubre de 2020

TODO EN UNA NOCHE

 

Películas que se desarrollan en un lapso  de pocas horas nos dan para escribir un libro directamente. De ellas, con honrosas excepciones se nutren especialmente comedia, terror y thriller. No matarás puede contarse dentro de estas últimas, con la historia de un chico que, dedicado durante años al cuidado de su padre enfermo,parece recuperar su libertad al fallecimiento de este, para descubrir como una única noche de locura puede dar la vuelta a su vida por completo.
Aunque su premisa, dejando de lado el puñado de sorpresas que se van desgranando a lo largo de la mañana trama, es bastante simple, arrancando del típico chico conoce chica, la película gana enteros por su componente emocional. Una nueva vuelta a ese "falso culpable" con muchos matices (si nos ponemos hitchcockianos, más en la línea de Crimen perfecto que de Con la muerte en los talones) que consigue arrastrarnos con la pesadilla de un hombre que poco a poco se va sumergiendo en un turbio asunto. Un Mario Casas que nos regala uno de sus mejores papeles con su rol de hombre sacrificado pero de pocas luces (todo hay que decirlo) que descubre una parte de si que no conocía haciéndole conocer su propio infierno personal y un manejo de la cámara frenético y afixiante, que le sigue a través de sórdidos ambientes bañados en luces irreales, consiguen dar entidad a una historia de personajes tan tóxicos como apasionados.  
No matarás no carece de elementos superfluos (ese billete de avión que no tiene tanto peso como esperábamos en un principio) ni de otros que pueden aumentar una ligera sensación de incredulidad (la infiltración en la UCI) pero su buen sentido del ritmo y la empatía que genera su protagonista en el espectador consiguen que hasta se lo perdonemos. Tal vez la sensación de dejá vù no nos abandoné durante toda la proyección pero su pulso narrativo logra atraparnos lo bastante para que nos demos cuenta hasta que empiecen los títulos de crédito.


No matarás puede disfrutarse ya en cines.

domingo, 11 de octubre de 2020

EN TU VELATORIO ME COLE



Resulta fácil pensar en el imaginario cristiano- católico al hablar del cine de terror. De El exorcista a La monja, pasando por La profecía y un largo etcétera. Pero a la hora de ponerlo en sintonía con otras religiones la tarea no resulta ya sencilla.

En el caso del judaísmo en concreto, sin excavar demasiado, pocas cintas vienen a mi mente con la excepción de la curiosa The possession (si, la de la caja Dybbuk). Pero The vigil llega dispuesta a presentar batalla con una historia protagonizada por un hombre que en medio de una fuerte crisis personal se enfrenta a una pesadilla irreal. 

The vigil es una de esas películas de planteamiento sencillo: un cadáver que debe ser velado por un profesional ya que ningún pariente cercano parece prestarse a ello. Un punto de partida que ya capta el interés del espectador, y que nos hace pensar en otras con difunto inquietante como la autopsia de Jane Doe, de esas en la que intuimos que el finado, presente casi desde el principio bajo una sábana bajo la que adivinamos su silueta, se levante y nos alegre la noche. Pero esto se hace esperar, y durante su primera parte The vigil logrará sembrar en el espectador la inquietud con un pequeño toque de ambigüedad, un cuidado contraste entre luz y oscuridad y un buen uso del espacio único (la casa del muerto). 
Sin embargo, como sucede con otras obras del ramo, una vez la amenaza se retire la máscara y nos muestre todas sus cartas la trama pierde parte de su encanto y empieza a caer en tópicos (incluso por duplicado, como esa llamada y videollamada cuyos interlocutores no son quienes esperábamos en un principio...), así como nos regala alguna escena tan recurrente a nivel algumental como incoherente (la oportuna filmación que explica tanto que mal acosa a nuestro protagonista como el modo de acabar con él). La historia empieza a perder así parte de su fuerza, aunque logra mantener su oscuro clima durante todo su desarrollo y logra salir relativamente airosa con un terror que nunca pierde de vista su carácter religioso, con ecos a clásicos como El exorcista.
Contando entre sus puntos fuertes una base original y una primera parte que se toma su tiempo antes de meterse en harina con los recurrentes sustos de sopetón The vigil resulta una entretenida fábula de terror, con su puntito moralizante (y casi podríamos decir redentor) y algún buen susto. Una buena oportunidad para reconciliarnos con el cine de terror en la pantalla grande, con un género que sabe ser agradecido con unos fans hambrientos de escalofríos.


The vigil ya puede disfrutarse en cines de toda España

lunes, 5 de octubre de 2020

LAS MIL Y UNA BRUJAS

 


La intolerancia y el fanatismo siempre han supuesto una terrible lacra en la historia de la humanidad pero un excelente caldo de cultivo para contar historias.  De este humeante caldero emerge Akelarre, la historia de un grupo de jóvenes de un pequeño pueblo de pescadores vasco acusadas de brujería y sometidas a un cruel interrogatorio.

Contando una historia que hemos oído mil veces pero que no por ello es menos terrorífica Akelarre no se escuda en la ambigüedad: ningún elemento sobrenatural ha tenido que ver en la acusación ni ningún deus ex Machina satánico va a salvar a las jóvenes protagonistas de esta cinta. Esta película no es como la muy recomendable La bruja, con la que sin embargo guarda más de un punto en común, sino que asistimos a un puro drama de personajes.

De fuerte aroma teatral Akelarre tiene su mejor baza en su elenco protagonista. Unas jóvenes que consiguen transmitir fuerza a sus personajes, en una inteligente combinación de inocencia y picardía que logra rápidamente establecer complicidad con el espectador.  No es necesario aludir al empoderamiento femenino ( algo que se hace particularmente fuerte en los últimos minutos con ese gesto tan sencillo como potente como es el de la anciana al quitarse la cofia) para conseguir conectar con la naturalidad de unas chicas que se enfrentan cara a la muerte por una acción tan inocua como puede ser cantar y bailar en el bosque, el único lugar en que evadirse en una aldea pesquera en la que todos los hombres se han hecho a la mar.

Una historia que sabe mantener el ritmo, rodada con mimo y unos buenos dirección artistica y vestuario, pero que sin embargo flaquea en sus últimos estertores. A pesar de haber sabido introducir con inteligencia un tema musical con variaciones a la hora de dar el do de pecho una historia que ha sabido mantener la naturalidad hasta el momento hace que la suspensión de incredulidad salte directamente por la ventana, con una escena tan hipnótica y vibrante visualmente como incoherente con el contexto en el que se ha movido hasta el momento.

Estas vírgenes no suicidas, hijas y víctimas de su tiempo nos regalan una historia de ingenio ante la adversidad, la de unas Scherezades occidentales que consiguen envolvernos en su historia igual que logran hacerlo con sus verdugos. Akelarre es una película que logra en más de un momento hipnotizarnos, de personajes atemporales en un marcado periodo histórico que desearíamos borrar de nuestra memoria colectiva.

Akelarre ya puede disfrutarse en cines de toda España.


lunes, 28 de septiembre de 2020

AL RICO METEORO

 

Con la que está cayendo una echa de menos cuando las desgracias solo llegaban a pares en el cine, desde invasiones extraterrestres a erupciones volcánicas pasando por supuesto por meteoritos ( y asteroides y otras hierbas) prestos a aniquilar nuestro pequeño planeta.
Muchos años después de Deep impact y ese gran placer culpable que es Armageddon nuestros rocosos amigos del espacio vuelven en Greenland. El último refugio para dar pie a una cinta que, sin renunciar a la acción, se inclina más por el lado del drama familiar con matrimonio en crisis y niño enfermo incluidos.
Bajo la batuta de Ric Roman Waugh, un viejo conocido del cine de acción que ya había trabajado con anterioridad con Gerard Butler, Greenland renuncia al clásico reparto coral tan habitual en el género de catástrofes para centrarse en la odisea de una familia seleccionada por el gobierno estadounidense para sobrevivir a la tragedia en un refugio secreto. Por supuesto, como teme el espectador más avezado, su lucha por la supervivencia no será fácil convirtiéndose en una auténtica carrera contra el tiempo.
Mucho de fábula moral tiene está película, con élites (y no tan élites) que rechazan a enfermos y extranjeros, hombres que son lobos el hombre y un Canadá que se volverá clave para el desenlace. Las escenas de acción llegan con cuentagotas en una película trufada de pretensiones que recurre a una amenaza cósmica como excusa para contar una historia de personajes con menos profundidad de la que pretenden, haciendo del film un producto correcto en los distintos géneros a los que se adscribe pero que ni llega a despuntar ni alcanzar la tensión emocional a las que aspira.
Greenland. El último refugio es una rara avis en el cine catastrófico reciente, renunciando al humor y a centrar su atención en otros personajes más allá de sus protagonistas. Pero también nos hace añorar propuestas más radicales como la muy recomendable Melancolía. Aún asi, una buena opción para desconectar. Y es que el ser humano sigue siendo un animal que lo pasa bien viendo otros lo pasan mal.


Greenland  El último refugio ya está en cines.

jueves, 3 de septiembre de 2020

ANTES QUE AMANEZCA

 


En un tiempo en el que, al margen de la omnipresente pandemia, el racismo está enseñando su peor cara (como si eso fuese posible) uno de los géneros más catárquicos, el terror, no vacila en incorporarlo a su plantilla con espíritu de denuncia. Aunque la diversidad racial siempre ha estado presente en subgéneros como el slasher, en el que el único color que importa al asesino de turno es el rojo de la sangre (y ahí tenemos ejemplos como los primeros minutos de Scream 2) y la blaxplotation también tuvo su desvío al género con filmes como Blackula o Blackenstein, el grueso de los personajes protagonistas del género siempre han estado más cerca del espectro caucásico con honrosísimas excepciones como el Halloran de El resplandor o el Candyman de la película homónima (que por cierto este año vuelve en forma de reboot), cuyo protagonista, Tony Todd, se permite de vez en cuando un cameo por alguna cinta del ramo. Y eso por no hablar de el crudo desenlace de La noche de los muertos vivientes que todavía hoy sigue sembrando controversia.

Pero hace relativamente poco Jordan Peele con su Déjame salir (¡Ojo! No confundir con Déjame entrar, también muy recomendable) y su Óscar al mejor guión abrió la caja de los truenos, con un impacto en la cultura popular que la ha hecho merecedora hasta de su propio muñeco Funko pop. A su sombra nos llega regularmente una serie de productos que tratan el tema del racismo con el lenguaje del cine de terror. Entre ellos nos ha llegado recientemente Antebellum, de los productores de Us y, por supuesto, Déjame salir.

A más de uno le sonará, aunque desconozca su origen, la fábula del sabio que soñaba ser mariposa y al despertar dudaba si realmente era una mariposa que soñaba ser humano. Antebellum parece anclarse en esta diatriba, permitiéndose además una serie de guiños no gratuitos al símbolo de la mariposa en varios momentos ( el fondo de pantalla, el tatuaje...) al contar la increíble historia de Verónica- Eden, una mujer de éxito, conferenciante y autora de libros sobre el empoderamiento de la mujer afroamericana que se enfrenta al cerrar los ojos a la pesadilla de ser una esclava en una gran plantación sureña en la que es vejada y explotada, por decirlo de una manera suave. Pero esto es algo que solo descubriremos bien avanzada la película, ya que en la primera (y extensa) parte solo conocemos esta realidad cuya crudeza hemos visto en cintas recientes como 12 años esclavitud y que puede llevar a más de uno a preguntarse si se ha equivocado de sala.

Pero por supuesto este no es el único giro sorprendente ( bueno, en realidad este no lo es tanto si se ha visto el tráiler y/o leído una reseña por breve que sea, por eso me permito el minispoiler) que nos depara esta cinta en tres actos. Lástima que el último, destinado a dar coherencia al conjunto sea el más débil de los tres, generando una sensación apresurada y desaprovechando una idea (que aquí por supuesto no revelaremos) que daría mucho más juego. Y eso a pesar de un potente arranque y un nudo, el ambientado en nuestros días, que a pesar de ser más insustancial (y regalarnos una serie de secundarios bastante gratuitos) consigue mantener nuestro interés aunque no logre ser tan inquietante como pretende (la escena del ascensor...que pierde bastante sentido una vez vista la película completa). Pero una vez revelada la clave la historia se acomoda y se deja llevar por los convencionalismos.

Antebellum sabe recrearse en sus planos, aunque en más de una ocasión se deje llevar por manierismos vía cámara lenta o plano secuencia, con una imagen cuidada y una correcta dirección artística. Un elenco de actores que consigue dotar a sus personajes de la crudeza necesaria también ayuda a dar entidad a una historia con fuerte crítica social y mejores mimbres que cesto.

Tal vez con un planteamiento distinto y algún toque de suspense en algunos momentos podríamos hablar como una de las grandes propuestas de este año parco en estrenos. Pero nos queda una cinta en inicio lejana al terror convencional con un mensaje bien claro: el racismo es una pesadilla de la que cuesta despertar.


Anabellum puede disfrutarse ya en cines de toda España.