Aunque no se tengan niños en casa seguro que a más de uno le suena películas como Hop, Alvin y las ardillas o Garfield (2). Películas con un alegre animalillo animado que interactúa con humanos reales y que además tienen algo en común: la dirección de Tim Hill.
Sin embargo en este año atípico Hill cambia nuestros amigos de dibujos por un Robert de Niro que, reconozcamoslo, no volvió a ser el mismo desde Los padres de ella.
Él, uno de los grandes, es el mayor reclamo de En guerra con mi abuelo, una película que también trae agradables sorpresas en su reparto como Una Thurman, Christopher Walken o Jane Seymour. Buenos actores que se dejan llevar por su lado más histriónico a la hora de encarar una historia que es pura comedia de manual. Una trama que no deja de recordarnos a las sitcon de los 90, presentando a un tándem de abuelo y nieto que lidia por el disfrute del mismo dormitorio, ocupado repentinamente por el anciano cuando su hija, tras un desafortunado incidente, le convence seque se instale en la casa familiar.
Predominando el gag físico sin que llegue la sangre al río, aunque sufran golpes que a cualquier persona normal la enviarían como mínimo a urgencias, y dejándose llevar un par de veces por centrar el chiste en la exhibición genital del señor de Niro, En guerra con mi abuelo pretende ser una comedia familiar, con personajes que abarcan una gran variedad de edades. Un objetivo que consigue sin arrebatos de originalidad (aunque si la hay en el de aportar el matiz navideño al hacer que esta sea la temática elegida para el cumpleaños de la pequeña de la casa, un torbellino pascual que resulta lo más natural del conjunto) y un relativo buen sentido del ritmo, añadiendo tópicos del reciente cine familiar como las competiciones absurdas (balón prisionero en cama elástica...no pregunten más) y otros más atemporales como una moraleja que, hay que reconocer, es hasta bonita.
En guerra con mi abuelo no es probablemente la mejor de las comedias, pero resulta una elección adecuada para el ocio en familia en una época del año que lo pide, y en un 2020 en el que los cines necesitan que los espectadores vuelvan. Y reír es una de las mejores excusas.
En guerra con mi abuelo llega a los cines españoles el 4 de diciembre.