Personajes llenos de recursos pero que siempre ocultan más de un secreto son la clave de una historia con punto subjetivo a la que le gusta jugar con el espectador, revelando sus trampas a cada momento para volver a un terreno que raramente es seguro por mucho tiempo. Un auténtico juguete que tiene mucho de comedia negra con una violencia a veces más sugerida que explícita y que sabe conbinar lo clásico con lo moderno sin despeinarse, dando lugar a un entretenidísismo producto que es posible decepcione a aquellos que se acerquen a ella buscando un trabajo en la línea de productos gangsteriles tan populares como El irlandés pero no a aquellos aficionados que lo único que buscan una historia con garra y un pelín salvaje.
Aunando criminales de las más diversas procedencia, desde la mafia oriental y rusa a una grupo de youtubers con más habilidad que cerebro, un gran sentido de ritmo y unos diálogos ricos en autenticidad pero con un aroma delicado de cine negro The gentlemen: los señores de la mafia es una de esas películas ligeras en espíritu pero que consiguen mantener durante todo momento el interés del espectador, con unos personajes que consiguen conquistarnos (como el encarnado por Hugh Grant, una auténtica comadreja, o ese Colin Farrell que esconde toda la dureza de un matón clásico bajo su chándal a cuadros) y una trama cuya conclusión se nos escurre continuamente entre los dedos.
Una película hecha con mimo, con buena fotografía y dirección artística, pero que en ningún momento olvida en que liga juega dejándonos casi dos horas de locura gangsteril, sí, pero también de puro entretenimiento.
The gentlemen: los señores de la mafia llega a las pantallas españolas el 28 de febrero.
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