Aunque pocas festividades tan enfocadas a los niños como las Navidades pero el cine de animación no ha hecho particular explotación de el en el terreno del largo. El corto y las series de dibujos animados con los especiales correspondientes son otro cantar, pero en el campo del largometraje ha parecido quedar condenado a adaptaciones de Cuento de Navidad y derivados Sin embargo Se armó el belén tira por otros derroteros, el del cine religioso, que nos ha dado cintas tan recomendables como El príncipe de Egipto.
Pero a diferencia de esta la película evita la carga del cine musical (apenas encontraremos animalitos cantarines con la salvedad del solo de la yegua del pesebre, aunque sí alguno bailarín, aunque a un nivel de vergüenza ajena. Eso sí la banda sonora con algún villancico incluído es inevitable) para contar la historia de la natividad bajo el prisma de una heterogénea manada encabezada por el borriquillo Bo y acompañado por casi cualquier animal imaginable, de la paloma a la oveja pasando por los previsibles camellos o incluso los diminutos jerbos del desierto (con los que precisamente se abre la película), animales parlantes pero cuyo lenguaje no es comprensible por los seres humanos, combinando así por una parte su odisea con la de los protagonistas bíblicos y generando una road movie cuyo desenlace ya conocemos.
La película tiene clarísima su orientación infantil, ayudada por un humor blanco que no renuncia a los tópicos locales (entre los camellos podemos escuchar acentos gallego y cubano) ni a los gags visuales, a pesar de algún elemento más oscuro como la del soldado que pretende dar caza a la sagrada familia ayudado por sus dos perros rastreadores (que responden al habitual dúo cómico tonto-listo) que en algunos momentos puede ser aterrador para los niños más pequeños, pero con un lenguaje que resultará ameno para aquellos padres que quieran acercan a sus hijos al episodio religioso (aun con más de una comprensible morcilla...pero no falta ni Herodes, si bien la matanza de los inocentes queda reducida a una amenaza casi de pasada).
Con un diseño de personajes agradable, aunque la animación quede lejos de los hitos a los que nos han acostumbrado Pixar y compañía, la película goza de un doblaje de lujo al servicio de una historia de esas que saben reconciliar a todos sus personajes (al final todos los animales son buenos... el tipo humano es otro asunto) con una historia de como pueden cambiar los sueños para finalmente cumplirse y que no desentona con el tono dado a la historia bíblica que trata (aunque el peso del protagonismo se lo llevan por supuesto los animales), dando a los niños una particular road movie con mucho humor y su pequeña dosis de acción y persecuciones, consiguiendo regalarles más de una hora de entretenimiento con un aire inconfundiblemente navideño.
Un regalo navideño adelantado para los más pequeños de la casa Se armó el belén llega a los cines españoles el 15 de diciembre
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