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miércoles, 24 de febrero de 2016

ROMANCE DE NAVIDAD

Los amores reñidos son los más queridos, y pocas frases se adaptan a esa realidad más o menos incómoda que es el cine romántico, un subgénero que parece pivotar únicamente entre la comedia y el dramón morrocotudo, y a lo que francamente ha contribuído un elemento sin el que el mismo parece no poder subsistir: el de las parejas desparejadas, tándems tan distintos que cuesta creer que no se vaya una rueda por cada lado nada más conocerso...el último nos llega con la nominada a los óscars Carol.
 Therese, una joven dependienta a punto de casarse que aspira a triunfar como fotógrafa, y Carol, una elegante y adinerada mujer madura en pleno proceso de divorcio, se conocen en unos grandes almacenes cuando la segunda busca un regalo para su hija. Poco a poco nacerá una amistad que irá convirtiéndose en algo más, pero las cosas se tuercen cuando el futuro exmarido de Carol empieza a plantearse solicitar la custodia única de la niña basándose en las relaciones de esta con otras mujeres.
Basada en el libro El precio de la sal de Patricia Highsmith la película nos cuenta la historia de dos mujeres que en un encuentro casual empiezan a sentirse fascinadas la una por la otra en un momento tan difícil para las mujeres en general ( tanto novio como esposo se comportan como auténticos controladores...es más en una determinada escena el segundo habla de Carol como "su responsabilidad")  como para el amor lésbico en particular como son los años 50.
Regalándonos durante la totalidad de la película una exquisita puesta en escena, con un cuidado vestuario y dirección artística, que nos sumergen inmediatamente en esos años, y que ayudan a convertir casi cada plano en una auténtica postal (en muchos momentos casi podríamos hablar de una felicitación de Navidad), y de las que las fotos de Therese, cuyo trabajo empezaremos a conocer poco a poco, son prácticamente una ampliación con su delicioso blanco y negro, Carol es una cinta elegante, con un romanticismo suave y emocionante, carente de las estridencias que podríamos haber previsto en una historia que cuenta con abundantes elementos de drama, sutil y delicado incluso en las escenas de sexo (y no estamos hablando precisamente de elipsis), y que desenadenará en un desenlace (que aquí no desvelaremos) que conectará con la primera escena de la película más ambiguo de lo que ha supuesto el resto del metraje.
Con una escelente pareja de actrices como cabeza de cartel, que saben expresar con gran naturalidad los sentimientos de sus personajes, con  unas dudas y conflictos que poco a poco las unirán más (la presión del novio de Therese para casarse, la del marido de Carol para que vuelva con él, usando como arma lo que esta más quiere en el mundo, una niña que apenas sabe comprender lo que está pasando), y que además saben crear una presencia de esas que hipnotizan a la cámara (especialmente una Cate Blanchett casi capaz de hipnotizar con la mirada a una Therese que jamá se ha planteado enamorarse de otra mujer), la trama es todo un bombón para un elenco de actores y actrices que saben revelarse tanto contenidos como desgarrados, y que saben dotar de realismo el que casi es un cuentro romántico de Navidad, con sus dolorosos fantasmas incluídos.
Hermosa historia de amor entre dos mujeres, Carol es de esas películas capaz tanto de satisfacer a los aficionados al género como a aquellos a los que simplemente nos gusta el buen cine.

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