Y llegó el momento. El premio Jess Franco es para...bueno, ya lo sabíamos todos, tal y como se venía anunciando. Sam Firstenberg, mítico director de Cannon Films y un hombre con un sano sentido del humor y envidiable amor por el cine, como nos venía demostrando desde su llegada a Madrid a principios de semana, recibió en el Palacio de la Prensa de manos del equipo de Applehead Tean (valga la redundancia), editor en España de dos impecables volúmenes sobre la historia de la Cannon, su flamante premio que, como reiteró en varias ocasiones para él era más que un Óscar.
Y con motivo de tan emocionante ocasión, mientras en la Casa del reloj tenía lugar la habitual sesión infantil (con el regreso de Golden bat y más sorpresas) pudimos disfrutar de dos películas cuya proyección el mismo sugirió: Ninja III la dominación y El guerrero americano II.
Poco se puede decir sobre esta entretenida cinta sobre una electricista profesora de aerobic en sus ratos libres qeu es poseída por un malvado ninja negro (así literal) y que nos deja asombrosas escenas de acción (rodadas al modo tradicional como comentó después el propio Sam) y momentos heredados descaradamente de Poltergeist (película que le impresionó como comentó posteriormente). Entretenida y con buen ritmo no la puntuaremos aquí como clásico de los 80 que ya es por derecho propio. Y para redondear un turno de preguntas con su director en el que nos habló ente otras de sus dificultades para rodar una historia sobre una ninja femenina, algo que por aquel entonces parecía carecer de tirón.
Y después llegaría El guerrero americano II.
Secuela del clásico esta historia lo tiene todo, desde ninjas a políticos malvados, y nos dejó un buen rato de peleas, héroes con pocas luces (de esos que entran en un sitio aunque haya una señal de cuidado trampa) y auténticas sentencias verbales, una de esas películas para disfrutar sin prejuicios y que, al igual que Ninja III, es casi imposible de ver en la gran pantalla.
Y tras otro interesante turno de preguntas cuajado de anécdotas (como el rodaje en Sudáfrica) a plana carrera volvimos a la Casa del reloj para dar inicio a la sesión de tarde con un viejo conocido, Psycho cop 2.
Alocada secuela de la original, nuestro asesino parlanchín vuelve a la vida para acabar con un grupo de preversos oficinistas que celebra una despedida de soltero en su despacho con bebidas espiritosas y mujeres de mal vivir. Mucho más divertida que su primera parte pudimos disfrutar de una versión que incluía las escenas censuradas, mientras deisfrutábamos de escenas tan siurrealistas como las de la fotocopiadora o un subtitulado con referencias hasta el Barça.
Y aunque por razones ajenas a mi voluntad no puede figurar aquí la crítica dedicada a Action Cop number 1 , la tarde continuó con el nuevo y esperado Videofobia, esta vez dedicado a un viejo conocido de la CutreCon, la cinta proyectada en la tercera edición Ben y Arthur, drama romántico sobre una pareja gay que desea casarse ante la oposicíon de familiares y conocidos con altas cotas de surrealismo y sinsentido, idecorados hechos con dos duros (y que encima se nota) e interpretaciones de infausto recuerdo, con un guión digno de ser considerado arma de destrucción masiva. Una película de esas que nadie debería ver sola a las que Paco Fox y Carlos "Oso" Palencia le sacan toda la punta posible doble sentido sobreentendido.
Pero todavía quedaba una película en esta sala, Hard ticket to Hawaii.con sus cops tropicales y más bien ligeritas de ropa.
Historia de secuestros y contrabandos con una serpiente suelta a la que le gusta posar en las fotos y
que da mucho juego y que contribuirá a crear una alucinante escena final (creo que ninguno habíamos visto un retrete con juego de luces incorporados) la película es todo un festín para los amantes de las damiselas ligeras de ropa con nunchankus opcionales, pero que a los demás nos dejará con la sessación de que alguien debería analizar seriamente el agua de la isla en la que se desarrolla la trema en cuestión, con momentos tan bizarros como aquel en el que un sicario es atacado con un frisbee con cuchillas de afeitar.
Y cansados pero contentos llegaba un nuevo cambio de sede y otro de los momentos más esperados del festival. Cargado de merchandising, anécdotas, tráilers y las armas origianles (elaboradas con cañerías, sartenes y balas talladas en madera llegaba la Wakaliwood experience, dedicada al cine de acción de Uganda, con la proyección por primera vez subtitulada al castellano ( y con los comentarios de un cómico local, al modo en que se proyectan las películas en la propia Uganda) de Who killed Captain Alex?...y con la presencia de Alan Ssali Hofmanis, el hombre que recibió la llamada y en vez de irse a predicar se fue a hacer prlículas al otro extremo del mundo
Cine de ínfimo presupuesto pero altísimo cariño y artesanía el cine que nos llega de Uganda es algo que realmente hay que ver para poder creerlo...hasta llorar de risa, y eso que se nota que los que lo han hecho se lo han pasado todavía mejor que los que lo están viendo. Puro cine del siglo XX hecho en el siglo XXI para deleite de fans y no fans. Muy, muy recomendable...y es que no todo es Hollywood. Y los tráilers dan ganas de más
Y con muchos aplausos, risas y una muerte en grupo (mientras Ébola hunter pululaba por allí...literal) se cerraba el tercer día...solo un día más nos separaba del final de la CutreCon y de él hablaremos mañana.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario