Hay dos maneras de hacer realidad la inquietante experiencia de vivir en una ciudad abandonada. La primera y más glamourosa es por supuesto ser un personaje de una película apocalíptica, con o sin Z. La segunda, más de andar por casa, es pasarse agosto en casita.
Sin casi vecinos, ni autobuses ni comida en los estantes del súper, con la mayoría de los comercios con la persiana echada y sólo algún vehículo cruzando la carretera a toda velocidad dispuesto a convertirte en tu versión 2D el peligro parece acechar detrás de cada esquina para convertirte en el último hombre (o mujer) vivo.
En un jueves 13 (o jueves 13+1 o viernes 14-1) como estamos este será posiblemente el fin de semana en que menos gente quede en las grandes ciudades fuera de las zonas turísticas, o al menos así sucede en Madrid, un fin de semana de pesadilla en el que sin embargo quedan un puñado de planes para disfrutar.
¿Que no puedes ir al pueblo? ¿o es que ni siquiera tienes (yo no tengo, no hay que avergonzarse)? El pueblo viene a ti en forma del remate de las fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y la Paloma, con sus churros, su limoná, rifas, conciertos y toda la pesca...si bueno, celebración religiosa también hay, pero para antes, después o en medio siempre nos quedará la verbena...si sobrevives al alcohol, las grasas, el calorazo y algún madurito con síndrome de Don Hilarión y manos largas puede ser un fin de semana inolvidable.
Y por supuesto siempre nos quedará el cine con estrenos tan esperados como Extinction (de la que se vió un adelanto en el pasado Nocturna) u Operación U.N.C.L.E (tras la T.I.A llega el tío...) y alguno del que ya hablamos en su día como Señor Manglehorn (http://monigotorium.blogspot.com.es/2015/07/buscando-la-llave.html)
Y si aun asi no os quedáis y pilláis la carretera os esperamos a la vuelta...Monigotorium se queda vigilando Madrid, aunque por diversas razones, alguna más divertida, alguna más deprimente estaremos ausentes unos días...hala, no queda nada ¡a disfrutar!
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