Gente que corre, qente que se encierra...gente que acude a centros comerciales, que se oculta en búnkers, que hace bizarros experimentos buscando soluciones que nunca llegan o que directamente pilla el coche y se echa a la carretera a riesgo de quedarse sin gasolina en un lugar todavía más peligroso. Gente, siempre gente, o mejor deberíamos decir supervivientes la sal de las películas de zombis (o infectados, no nos pongamos picajosso...si tienen en común un aspecto más o menos deplorable, pésimo gusto con una moda que podríamos calificar de "grunge" salvaje y una dieta excesivamente carnívora y antropófaga), esos grupos que suelen partir de la docena para empezar a menguar poco a poco o bien ese lobo solitario que recorre lz ciudad desierta haciendo lo que le viene en gana. Pero el término medio es infinitamente más raro, porque ¿qué pasa cuando nuestros héroes son solo tres y para colmo dos de ellos se odian a muerte?. La respuesta llega en la cinta que tratamos hoy, hoy hablamos de Extinction.
Un puñado de supervivientees escapan en un autocar de una horrible infección que convierte a los seres humanos en devoradores de carne. Tras un ataque sólo quedan dos hombres, Jack y Patrick, y un bebé. Lu Nueve años después la nieve ha cubierto el pueblo de Harmony y la amenaza parece haber remitido y aunque todos siguen vivos algo ha pasado entre ellos, de modo que Lu y Jack viven en una casa y Patrick en la de enfrente con su perro, sin mantener contacto, odiandose en silencio. Sin embargo el regreso de los monstruos, como Lu los llama, hará que se replanteen sus relaciones.
Extinction es una pesadilla apocalíptica con fuerta carga dramática, que partiendo de la ya familiar escena de la evacuación ante la amanaza de un grupo de infectados que acaba fracasando (la escena que pudo verse en exclusiva en el pasado Nocturna y que dejó muy buen sabor de boca) nos conduce a un terreno más ignoto dentro de este subgénero, el de las relaciones entre dos adultos que se odian en un momento en que las relaciones humanas con más importantes que nunca.
Si bien es una cinta que no puede renunciar a muchos de los tópicos que ya se han hecho casi indispensables (incursiones en almacenes abandonados, fieles perros, ataques a casas sitiadas y un lógico final que aquí no desvelaremos pero que cuestiona el anterior status quo de los protagonistas) la parte central de la misma resulta un original acercamiento a las relaciones humanas (que permite la ausencia de amenaza, tras el espectacular arranque, en los primeros momentos de la cinta), profundizando en unos persoanajes herederos de un mundo que ya no existe y otro, el de la niña, que intenta saber más sobre un mundo que no ha conocido (y que nos puede recordar remotamente a esa obra maestra del videojuego que es The last of us), y sobre todo planteando esa incógnita que planeará durante buena parte de la película de la causa de las desavenencias feroces entre ambos adultos.
Será esta lo mejor de una película eficazmente rodada, que sabe crear una serie de hermosas imágenes casi monocromáticas, en su mayoría siniestras postales heladas que acentúan la soledad de sus personajes, a lo que contribuye un bello empleo de una iluminación que sabe pasar de la albura casi total del paisaje a las escenas iluminadas apenas por un candil o una bengala que teñirá el escenario de rojo.
Nos encontramos ante una película visulamente implecable, que ha sabido introducir entre escenas de acción frenética (el ataque inicial, en el que se permite enfoques tan originales como a través de un agujero en un cristal, u otros en el previo al desenlace en el que podemos ver casi simultáneamente la acción en los tres pisos de la casa en que tiene lugar) una inquietante y emotiva historia de personajes, salpimentada por una serie de flashbacks que poco a poco revelarán el mosaico de las relaciones de ambos hombres entre sí y con la madre fallecida de la niña, toda una historia que parece identificarse simbólicamente con el entorno en que se mueven (un mundo frío, otro de los clásicos del cine apocalíptico, tan helado como unas relaciones que, a medida mejoran dejan paso a esporádicas apariciones de un sol casi de postal).
Extinction es una película con una base original, si bien en su desenlace se deja llevar casi obligatoriamente por la lógica a la que ya nos ha acostumbrado este subgénero terrorífico, una película que se nos antojaría más clásica que si nos moviésemos en otro terreno, y sabe hacerlo con un delicado acabado visual, y un gusto por los detalles que humaniza profundamente a los personajes, una película bien hecha que satisfará a fans y no fans del género.
Para fans de The walking dead y esas películas con bicho en las que lo impostante no son los peligros, sino las personas que sobreviven a ellas.
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