Jim Donovan es un abogado especializado en seguros al que se le encomienda un peliagudo caso: defender a un hombre acusado de espionaje. Criticado y amenazado por sus conciudadanos sin embargo acaba logrando que su defendido sea conenado a una larga condena pero no a pena de muerte, pero pronto Jim tendrá que enfrentarse a un objetivo todavía más peliagudo: negociar en plena Alemanina del este para lograr el intercambio de su antiguo cliente por un piloto estadounidense acusado también de espionaje. Será el comienzo de una dura cruzada y más cuando un joven estudiante de económicas sea también apresado en pleno levantamiento del muro de Berlín
Inspirada en hechos reales El puente de los espías es, a pesar de un título qeu invita a pensar en trepidantes persecuciones (si bien podemos disfrutar del amago de una casi al comienzo del metraje) y desasosegantes intrigas, la historia de un hombre corriente que se ve envuelto en una situación cuanto menos anómala. Sabiendo mutar elegantemente de subgénero la película, que se ha abierto con una escena que nos deja bastante claro el verdadero papel de un defendido (esta no es uua de esas películas que se pasan media cinta jugando con ambigüedades) cuya presentación es bastante simbólica (en un hermoso plano en el que vemos como pinta su autoretrato con la ayuda de un espejo y mirando al lado contrario de este) comienza como la típica historia de juicios protagonizada por un valiente y resuelto abogado capaz de todo por salvar a su cliente (de modo que hasta su vida y la de su familia llega a estar amenazada) pero en el momento en que otas películas darían el carpetazo, es decir, tras la conclusión del juicio se inicia otra película, una historia en la que también será relevante el coraje de su protagonista, un hombre que, enviado con un objetivo muy concreto a un territorio hostil (es más, enviado por un gobierno que se niega a reconocer su papel en la causa y le obliga a presentarse a título personal) no dudará en poner en prligro toda la intervención por salvar a más de un hombre, casi como una coda, menos desgarradora eso sí, de ese Schindler que se lamentaba de no haber vendido sus últimas joyas por salvar siquiera a otra persona más.El puente de los espías es una película que sabe atraparnos, con unos personajes carismáticos entre los que ni los buenos son tan buenos ni los malos lo son tanto (con la excepción si cabe del personaje de Hanks, y en algún momento hace ligera gala de una picaresca que nos puede recordar a otra elícula de su director y protagonista, Atrápame si puedes) y un ritmo que no decrece en ningún momento, sabiendo pasar de contadas escenas de acción (el derribo del avión) a otras cuajadas de chispeantes diálogos,(ese "¿serviría de algo?"), pasando por escenas tan desasosegantes como aquella en la que el protagonista y sus compañeros de vagón ven como un puñado de hombres intenta franquear el muro. Con una cuidada y gris atmósfera (con ese Berlín casi fantasmal a la cabeza) y un especial mimo por los detalles (la fotografía en el avión, las bombillas rotas en el juzgado...) El puete de los espías es una película que, sin la brutalidad de otras obras com La lista de Schindler o Munich, sabe contarnos una historia sobre seres humanos, y lo sabe hacer de una forma bella e incluso amena.
Sin ser la mejot de su director (y es que ha dejado el listón muy alto) nos encontramos ante una película humana y entretenida y eso es decir mucho.
Curioso híbrido entre géneros El puente de los espías nos regala una de esas historias disfrutables de principio a fin...si bien sus últimos minutos aunque necesarios podrían haber sido un poco menos edulcorados.
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