Por suerte las cosas han cambiado mucho pero durante décadas lo más parecido que ha tenido más de un ama de casa a un lugar de esparcimiento ha sido la iglesia. Con su pequeño grupo de habituales, el confesor por placebo de psicólogo y todas las actividades adicionales, algunas incluso en forma de excursión, la casa parroquial, connotaciones religiosas aparte, se erigía como un refugio lejos del marido y los hijos donde no sólo ser esposa y madre a tiempo completo, con el plus de que encima no estaba mal visto sino más bien al contrario.
Así son las protagonistas de "El club de los milagros", cinta ambientada en la Irlanda de 1967 en la que cuatro mujeres, tres de ellas con un turbulento pasado en común, ven en un viaje a Lourdes organizado por la parroquia un clavo ardiendo al que aferrarse porque todas, aunque más de una en principio no lo sepa, necesita a su manera un milagro. En forma de drama pero con importantes dosis de comedia está fábula sobre la esperanza aporta muchos mecanismos del melodrama clásico, en una película coral de premisa sencilla, pero que intenta apelar al componente emocional gracias a unas actrices con carisma (especialmente en los casos de Bates y Smith, esta en uno de sus últimos papeles) y un guión con más pimienta de la esperada, como en esa escena en las que las protagonistas hablan sobre el aborto o aquella en la que una expresa sus dudas respecto al poder milagroso del lugar.
Aunque se intuye ante el resultado que, de no ser por sus experimentadas protagonistas capaces de emocionar en el drama y arrastrarlos con una bis cómica en más de un momento inesperada (por otro lado desaprovecha mucho a esos maridos sufridores en casa que prometian mucho juego), es de esas películas que se pasea peligrosamente por la línea entre el film de autor y la cinta de sobremesa, con sus bonitas panorámicas de Lourdes y el pueblo costero del que proceden las protagonistas y su niño que no habla, "El club de los milagros" no deja de ser una aspirante a feel-goood movie que deja un ligero gusto agridulce. Breve pero certera nunca llega , aunque lo plantee, a moverse por derroteros excesivamente sangrantes ni demasiado timoratos. Una película en la que lo divino es una mera excusa para hablar sobre lo humano, algo que no es nuevo pero que, en el fondo, jamás sobra.
"El club de los milagros" llega a las pantallas españolas el 18 de octubre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario