Hay peliculas que además de convertirse en clásicos se han convertido en auténtica linspiracion para otras obras, haciendo que en más de una ocasión al enfrentarnos a determinadas imágenes y argumentos sea imposible dejar de pensar en ellas. "¡Que bello es vivir" es sin duda una de esas que siempre quedará a la cabeza de la lista, no solo para el cine sino para esa televisión que, cuando se queda sin ideas, incorpora una trama similar al especial de turno. En el caso de "El primer día de mi vida" evitarlo es imposible, con la historia de cuatro suicidas que en el momento de su último hálito reciben una nueva oportunidad de la mano de un desconocido: una semana fuera del tiempo y el espacio para intentar convencerles de tomar un camino diferente.
Dirigida por Paolo Genovese, famoso por su "Perfectos desconocidos", comedia con mala leche y múltiples remates (incluido el español de la mano de Álex de la Iglesia), está cinta opta sin embargo por el drama con ligeros toques de humor negro. Las historias de sus cuatro protagonistas, que iremos conociendo poco a poco, durante los siete días en los que ese psicopompo de lujo interpetrado por Toni Servillo va a mostrarles facetas presentes y futuras que ellos apenas sí intuyen, van a articular un relato que sorprende. Sabiendo imprimir variedad a las motivaciones de sus personajes, aunque sin duda la que más brilla es ese drama sobre el bullying en el que los malos no son sólo los compañeros de clase y que pone el dedo en la llaga en cuanto al peligro de las redes sociales, "El primer día de mi vida" es una fábula de ritmo sosegado, pero que sabe mantener el interés del espectador sabiendo dosificar las revelaciones poco a poco. Pero sobre todo es puro realismo mágico, aunando con inteligencia escenas cotidianas con momentos que no desentonarian en un cuento como ese momento en el que el personaje sin nombre de Servillo les muestra cuantas personas felices hay en la ciudad.
"El primer día de mi vida" imprime un poso melancólico, con una historia que da para el debate filosófico pero que gana por ese reflejo de la angustia existencial de sus personajes que sabe presentar con naturalidad e incluso un toque de humor que no resulta forzoso. Una propuesta que sin ser el culmen de la originalidad se presenta con una delicadeza formal y argumental que consigue emocionar, aún perdiendo fuerza en un desenlace más convencional de lo esperado, pero que deja buen sabor de boca con la fuerza de unos personajes que se debaten, y nunca mejor dicho, entre la vida y la muerte.
"El primer día de mi vida" llega a los cine españoles el 6 de julio.
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