Tras varios retrasos, después de que cierta cadena de hamburgueserías sacara los muñequitos correspondientes con varios meses de adelanto y con cierta dosis de polémica que, sin llegar al límite de la generada por Disney, ha conseguido soliviantar al equipo de Dune, por fin llega a la pantalla grande la nueva entrega de las aventuras de la amazona, con permiso de Hipólita y su cinturón, por excelencia: Wonder woman 1984.
Dando gracias que por fin los cines pueden exhibir un producto de los que atraen a las masas tras meses de sequía conviene acercarse a esta película con cautela. Continuación estricta de la original, conservando la misma directora y protagonistas, pero moviendo el cocktail a la década de los 80 (algo que ya hizo con éxito el díptico It y que aquí conecta muy bien con un arco final que coquetea con la guerra de las galaxias de la era Reagan) la película arranca presentando con espectacularidad una escena del pasado de la heroína para después reconducirnos a su madurez y revelarnos como esta, una recién llegada a la civilización occidental en la primera parte, ha conseguido integrarse perfectamente en ella. Hasta aquí todo correcto, casi podríamos decir convencional. Solo a partir de aquí la película se mete en harina presentando a dos nuevos secundarios, la científica Bárbara Minerva y el aspirante a gran magnate de los negocios Maxwell Lord. Como ya sabrán los amantes de los cómics ( y los que hayan visto el tráiler) ambos están destinados a convertirse en los villanos de la función. Y aquí aparecen algunos de los aciertos de la cinta, como hacer tanto que los personajes evolucionen poco a poco como que tengan unos talones de Aquiles bastante humanos. Lo que no quita una tendencia al histrionismo en ellos a la que tampoco es ajeno un Chris Pine con una peligrosa inclinación al levantamiento de ceja que se gana más las lentejas como sidekick en toda regla que como interés romántico de Wonder woman, por muchos ojitos que se pongan.
Wonder woman 1984 es una película destinada a entretener, sin esconder sus propias referencias (el relato La pata de mono, que aunque sea merced a los Simpsons de Halloween le suena hasta el más pintado) . Es cierto que pierde algo de ritmo en su parte central ( y es que la criatura ronda las dos horas y media) y que nos regala algún momento que, pretendiendo aspirar a la epicidad se aproxima más al kistch (esa escena de gran pero profundidad a nivel emocional para la protagonista que le recordará a más de uno a cierto anuncio de coches de hace unos añitos...y puede que a una de compresas. O esa pelea final que es puro crossover Cats-Caballeros del zodiaco). Incluso hay momentos que usa recursos más teatrales que cinematográficos, como ese final en que se han gastado medio presupuesto en ventiladores y uno de los actores hace un mutis por el foro en toda regla. Pero también reafirma la buena elección de su elenco de actores, en especial una Gal Gadot que parece haber nacido para encarnar al personaje y algún jugoso cameo. Cine palomitera, sin más, con eficaces escenas de acción y personajes con carisma. Y sobre todo el placer de ver una película de este tipo en la pantalla grande...es algo que realmente se agradece. Wonder woman puede que no sea la gran película del año, pero merece disfrutarse en el cine. No dejéis las salas atrás en pro de las plataformas: queremos más.
Wonder woman (1984) ya está en los cines de toda España.
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