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viernes, 15 de marzo de 2019

LA CHICA SUECA

Si nos ponemos a pensar en frío en literatura sueca a más de uno le sonará a ídem pero sin duda el nombre Pippi Langstrum, o como se la conoce más popularmente por estos lares Pippi Calzaslargas, es uno de sus nombres inolvidables. Sobre su creadora, Astrid Lingren (1907-2002) que la inventó para reconfortar a su hija durante una enfermedad, versa Conociendo a Astrid.
Autora de numerosos cuentos para niños y un nombre imprescindible de la cultura sueca, lo que ha hecho que incluso exista un museo dedicado a ella en Estocolmo esta película sin embargo no aborda la vertiente como escritora de Lindgren, ni siquiera, como nos han acostumbrado otras obras dedicadas a literatos como la todavía reciente El hombre que inventó la Navidad, los avatares personales que le llevarían a crear sus obras más célebres. Esta película nos lleva a descubrir a Astrid antes de Astrid, cuando solo es Astrid Ericsson, una joven criada en una granja que casi por casualidad empieza a trabajar en un periódico local en el que conocerá al hombre que va a cambiar su vida por completo, un hombre mayor que ella y casado (aunque en trámites de divorcio) del que quedará embarazada con apenas 18 años.
Su odisea sentimental, huyendo del que dirán en unos tiempos difíciles para una madre soltera que debe además ocultar la identidad de un padre que puede acabar en la cárcel por adulterio es el eje de una película que aparca elementos literarios (aunque podamos ver como este mundo, amén de entusiasmar a la protagonista se le da particularmente bien) para contar un drama de peso, una historia de personajes heridos que se debate entre la mentira y sus sentimientos.
Entre ellos destaca una Astrid, interpetrada por Alba August, que sencillamente brilla con luz propia entre la vitalidad y la depresión, la inocencia y un mundo que le hace evolucionar de una sencilla chica de pueblo a una mujer moderna y a una madre que debe debatirse entre el hijo que ama y un hombre en el que ha puesto toda su confianza. Y a su alrededor un más que correcto plantel de secundarios entre los que sorprende el mimo al dirigir a los intérpretes más jóvenes, los que encarnan al hijo de Astrid, cuya actuación resulta sorprendente
Un drama que consigue cautivar, aunque apenas conozcamos de esta escritora el nombre de alguno de sus personajes, enfocado con un cariño al personaje (ese arranque en el que la Astrid, ya anciana, recibe las felicitaciones por su cumpleaños de numerosos niños, y cuyas cartas se van hilando con la historia de su yo joven) que consigue engancharnos casi desde su arranque. Y es que Conociendo a Astrid es de esas películas que invitan a redescubrir la obra de esta autora, amén de saber más sobre el personajes en el que se basa (en concreto recientemente se publicó una elegante reedición de las aventuras de Pippi por parte de la editorial Blackie books) para saber que pasó con esta mujer a la que apenas empezamos a conocer pero por la que no podemos evitar sentir simpatía.


 Conociendo a Astrid llega a las pantallas españolas el 29 de marzo.

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