Tipos duros. Miradas penetrantes, pasados oscuros y más parcos en palabras que en gestos. Tipos duros que viven con su madre. Ahorrense las coñas sobre Psicosis, que la cinta que nos ocupa ya trae alguna de fábrica, pero sin duda es otra liga. Y en ella juega En realidad nunca estuviste aquí .
Onírica fábula poblada de lobos y Caperucitas la película nos sumerge en un continuo estado de duermevela, no carente de un punto de surrealismo (la canción a dúo), y sobre todo cuajada de una violencia estéticamente fascinante. Una poesia de la imagen que constituye la mejor baza de una cinta pobre en diálogos y sencilla en su argumento, pero hermosa en su envoltorio, con imágenes tan poderosas como la del entierro acuático.
A ello suma unos personajes que, aunque nos dejan más preguntas que respuestas consiguen arrastrarnos en una espiral de amor y odio a partes iguales, casi eco de las de otros héroes con partenaire adolescentes como los de Taxi Driver o León el profesional que lograron dejar huella, aunque aquí deje más una perpetua sensación de deja vu de la que sólo nos aleja la fuerza del personaje de Joaquín Phoenix, un personaje que parece vivir solo en un presente que pretende borrar su pasado y quizás también su futuro..
En realidad nunca estuviste aquí es una película oscura y desasosegante aunque quizás más deigerible que otras propuestas por nuestro querido cine negro gracias a un antihéroe rico en grises pero cuya némesis es sustancialmente más plana a pesar de cierto poso político...una cinta con momentos impactantes, sabiendo lindar entre la ternura y la violencia, y aun estando lejos de los clásicos del género sabiendo dejar ese sabor áspero del buen cine, a pesar de un ritmo, lento a pesar de su brevedad, que en ocasiones lastra una historia humana llena de seres inhumanos, un cuento poco adecuado para antes de irse a la cama.
En realidad nunca estuviste aquí se estrena el 24 de diciembre en las salas españolas
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