Stefan Zweig es de esos autores que en frío suele resultar más conocido pr su nombre que asociado al título de una obra concreta pero aun así en un primer momento puede resultar llamativo leer su nombre en el título de una película. Esta sorpresa inicial para el espectador se vuelve otra, agradable, en forma de Stefan Zweig. Adiós a Europa.
Si bien ese "adiós a Europa" que corona la traducción de esta biografía del autor austriaco parece hacer eco de las muchas sombras que visitan diariamente diarios e informativos es la terrible aura del nazismo la que sobrevuela este atípico biopic en forma de breves capítulos de abrupto final que nos llevan a conocer el conflicto moral e intelectual de un hombre que veía impotente como se derrumbaba el mundo que había conocido.
A través de seis años y en tres paises la película nos lleva de los fastos de las reuniones multitudinarias de intelectuales a la pequeña casa en Petrópolis (Brasil) en la que el escritor uso fina sus días para contarnos como un hombre que no pretende involucrarse más allá de lo necesario mientras corre 1936 se ve atrapado a pesar de los miles de kilómetros entre él y su país de origen or un mal que empieza a hacer mella en sus familiares y amigos, y que va a condicionar profundamente su existencia.
Asistimos a una propuesta que tiene elementos para acercarse a la desnudez documetal, como la ausencia de música extradiegética (toda la que escuchamos de principio a fin se justifica por su interpretación en escena) o los catteles con la fecha y lugar de cada fragmento de la misma, pero que hace gala de una cuidadísima puesta en escena no solo a través de sus acertados vestuario y dirección artísitca (con el contraste entre grandes mansioes y viviendas más humildes en Estados Unidos o Brasil) sino gracias a sus excelentes encuadres (la casi simétrica) conversación del protagonista co su exmujer), algunos de gran originalidad y belleza (la carrera de caballos), esecialmente cuando juega con el plano fijo como en ese último y desolador episodio que, jugando con la ruptura de la cuarta pared nos introduce en la escena a través del espejo de un armario, y que resulta sencillamente magistral.
Stefan Zweig. Adiós a Europa resulta una compleja mezcla de géneros. por una parte la biografía de un escritor del que apenas nos dan notas sobre su labor artísitica (sí hay referencias a su afán de escribir y a la planificacióny críticas recibidas por sus obras, pero es un asunto en el que la cinta apenas ahonda), por otro una visión de la II Guerra Mundial desde la periferia del conflicto (aunque sin referencias a hechos o fechas concretos) y por último un eficaz drama que sabe moverse entre lo público (el discurso en el foro de escritores) y las intimidad (como la deliciosa escena en la que Zweig descubre su regalo de cumpleaños), entre lo trascendente y lo anecdótico. Una película que en su arranque y en algunos momentos puede resultar algo más espesa, e incluso de espíritu frío (las primeras declaracines de Zweig a los periodistas) pero que a medida que avanza su trama logra meternos en la angustiada piel de sus protagonistas hasta un desenlace tan impactante como descorazonador.
Stefan Zweig. Adiós a Europa llega a las pantallas españolas el 21 de abril.
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