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viernes, 30 de diciembre de 2016

LOS MUERTOS NO SE TOCAN

Aunque aquí nos gusta más hablar del cine en la pantalla grande es innegable que el universo de las series se ha ido abriendo camino poco a poco con bastante fortuna, y la verdad he de reconocer que una de mis favoritas sigue siendo, aunque ya tenga unos añitos, A dos metros bajo tierra, una historia que demostraba cuanta vida puede haber en un negocio de pompas fúnebres con drama, comedia y buena dosis de surrealismo. Pero el tanatorio, la morgue y el negocio funerario siempre ha sido el campo de recreo del terror con películas como El vigilante nocturno o la todavía muy reciente El cadáver de Anna Fritz...y ahora dentro del Sitges Tour de A contracorriete llega La autopsia de Jane Doe.
 Durante la investigación forense de una escena del crimen en la que se hallan varios cuerpos salvajemente asesinados uno de los cadáveres no parece tener relación con el resto, de modo  que ens enviado a la pequeña morgue local para que investiguen las causas de su fallecimiento. El cuerpo de una joven de unos 30 años no presenta marcas ni lesiones externas pero cada avance en la autopsia genera nuevas preguntas sin respuesta mientras algo de origen desconocido parece empezar a abrirse paso por los pasillos del edificio, y su origen parece estar en la difunta.
Con un arranque que parece más cercano al cine de misterio que al género del terror La autopsia de Jane Doe se abre con un jugoso enigma: una casa llena de cadáveres que han sufrido  una muerte violenta, pero cuya causa parece más o menos clara, con la salvedad de uno de ellos encontrado semienterrado en el sótano, sin conexión alguna con una familia bien conocida, lo que provocará que apremiados por la prensa el cuerpo de policía no tenga otra opción que solicitar una autopsia urgente que aclare mínimamente su procedencia.
Y será este cuerpo de una hermosa desconocida el que abrirá la caja de los truenos de una pesadilla en toda regla que tiene su mejor baza en su terrorífica ambientación, un microcosmos en el que tiene lugar la práctica totalidad del metraje y que la película ha mostrado en sus primeros minutos que es un entorno en el que sus protagonistas se sienten particularmente incómodos, pero que poco a poco va a convertirse en un pequeño pasaje del terror en el que puede pasar cualquier cosa, sin renunciar a elementos como los apagones (fruto de una terrible tormenta que se desecadena casi al comenzar el proceso) o el humo (procedente de inexplicables sucesos en el crematorio), e incluso permitiéndose alguna inquietante escena de oscuridad total en la que el mero sonido puede ser fruto de cualquier ente terrorífico.
La autopsia de Jane Doe es una película que revela amor por los clichés. desde el personaje que se encuentra allí accidentalmente al gato inoportuno pasando por la siniestra cancioncilla de aire infantil y letra poco inocente, pero lo hace con inteligencia, y logra generar un estado de tensión que irá creciendo paralelo al nerviosismo de los propios protagonistas, encarnados por dos actores que saben estar en su salsa en sus roles de aprendiz y veterano, y que saben dar credibilidad a una historia que pasa poco a poco de lo natural y lógico a una auténtica demencia, en la que el más inocente sonido puede esconder un horror casi recién salido del infierno, consiguiendo que entremos en un juego en el que hasta le perdonamos un final (que aquí no desvelaremos) quizás más tópico del esperado, salpimentado eso sí, con una buena dosis de gore gracias a un gran maquillaje que probablemente eche para atrás a aquellos aficionados de estómago más debil, pero que a su término deja, especialmente al amante del fantástico, la sensación de un desasosegante paseo en la montaña rusa que deja ganas de repetir..y más de una incógnita.
Pesadilla en tres unidades con más de una sorpresa La autopsia de Jane Doe llega a los cines el 13 de Febrero

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