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viernes, 16 de octubre de 2015

VERANEANDO?

Ya contábamos por estos lares hace un año más o menos que no suele ser buena idea eso de irse de vacaciones...aunque al final tosos lo ignoremos y nos piremos igual...uno de esos destinos fatídicos puede ser las ferias y parques de atracciones, con sus destinos finales, sus psicópatas varios, a los que parece atraerles cual luz a las polillas, y si te descuidas hasta zombies (Ahí está Bienvenidos a Zombieland). Pero hasta llegar hasta ahi puede esperarnos un largo camino...de ello trata la película de la que hablamos hoy, hoy toca Vacaciones.
Rusty Griswold parece haber cumplido todos sus sueños: es piloto y tiene una bella esposa y dos hijos. Pero trabaja en una compañía barata que todos ningunean, sus retoños se llevan como el perro y el gato y su mujer parece decepcionada, y todavía más cuando vuelven a ir de vacaciones donde siempte. Buscando mejorar las relaciones familiares piensa que tal vez la solución sea llevarlos al parque WalleyWorld, donde le llevó su padre de pequeño. Poco puede sospechar en que lío se ha metido.
No sé que tienen las comedias locas de los 80 que casi todo el mundo tiene una favorita, una de esas que si no es delante de los amigos (con los que puede hasta coincida) te da verguüenza hasta confesarlo en público. A ese gremio sin lugar a dudas pertenecía la sega Las vacaciones de una chiflada familia americana (por esos lares National Lampoon's vacation) con Chevy Chase a la cabeza. Con sus protagonistas más creciditos (los niños) o directamente talluditos (aquí lo podremos comprobar con el Chevy Chase y Beverly D'Angelo originales...ups) llega esta suerte de secuela, 30 años después, en este caso protagonizada por la familia de un hijo que sigue sin tener muchas luces.
Auténtica oda al chiste tontaco con un acompañamiento musical de antología ( a mí también me gustaba Kiss from a rose de Seal antes del maltrato que se le da en esta cinta...un diez para el discursito mentando Batman forever y similar) la cinta pasa por toda la gama de colores del humor (la escena de la hermandad podría aceptarse como muestra de humor amarillo) con mayor o menor fortuna.
Así encontramos desde esos gags que se ven venir a dos kilómetros (la resolución del ansiado viaje en montaña rusa, el del mando del coche cuando al fin lo ponen en marcha tras dejarlos tirados) y aquellos que nos suena haber visto en otra parte (el de las 4 esquinas de los estados) a otros que incluso siendo más sutiles funcionna hasta mejor (el momento en que tras enseñarles las llaves y salir disparado de la cocina el padre comprueba que nadie ha dejado lo que estaba haciendo para acompañarles a ver el nuevo coche), pero sin dejar en el tintero chistes de pota, mierda (literal) e incluso pedofilia (no explícitos por supuesto, pero la línea referente al osito del camionero es de antología).
Con buen ritmo y una buena selección de secundarios (además de los protagonistas originales con un "Thor" a la cabeza cuyo personaje, a pesar de su pasta y atractivo -del peinado hablamos otro día- tiene su fotografía al lado de la palabra "capullo" en el diccionario) la película es en el fondo una de tantas comedias defensoras del concepto de familia tradicional, de esas familias que como zurran unidas permanecen unidas (no, no es un asunto de malos tratos: ahi está la pelea en el parque), con unos persoanajes en crisis (y no creo que esto sea ninguna sorpresas) que a pesar de los problemas acaba superándolos todos, en contraste con todas las salidas de tono que quizás no hagan precisamente de esta, irónicamente, una cinta para toda la familia, pero nos deja, si sabemos conectar con ella, hora y media de auténtica diversión...sin justificaciones.
Una comedia ligera que no renuncia al humor grueso, para disfrutar dejando los prejuicios y un poquito de materia gris en casa. Y prohibido irse sin ver los títulos de crédito.

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