Ser científico en un Blockbuster no es buena idea. Condenado casi siempre al ser el listo de la función que simplifica el quid de la cuestión para que el héroe de turno se luzca acabando con la amenaza de marras, otras opciones tampoco son muy halagüeñas como acabar convertido en grotesco villano o en secundario cómico sin muchas luces...aunque siempre hay honrosas excepciones. Los protagonistas de "No mires arriba" son un poquito de todo esto, atrapados en una sátira quizás más complaciente de lo que podamos pensar en un principio. En la linea de ese cine de catástrofes con reparto coral de relumbrón la película nos presenta una amenaza apocalíptica en forma de cometa (algo que ya nos suena de películas como " Deep impact" o "Armageddon") que puede acabar de un plumazo con toda la vida del planeta...si la estupidez humana no lo logra primero.
No es la primera vez que Hollywood intenta poner el dedo en la llaga fusionando ambos géneros, como ya hemos vista en cinta de "Mars attacks!", pero llama la atención un reparto que acumula un buen puñado de Oscars y nominaciones (y que parece aquí aspira a más)...solo que aquí parecen convertirse prácticamente en sus propias caricaturas. Y eso que cuenta con un Leonardo DiCaprio que a pesar de habernos dado algunos de sus mejores momentos a través de un histrionismo puro y duro como pudimos disfrutar en "El lobo de Wall Street" aquí llega a saturar al espectador, por no hablar de unas Meryl Streep y una Jennifer Lawrence que en más de una ocasión parecen completamente desubicadas.
Pero para salvar los trastos nos queda una ácida trama que intenta no dejar títere con cabeza, desde la burocracia (algo que ya se planteó pero con más acierto en la muy recomendable "Shin Godzilla") al poder de las redes sociales, pasando por la administración Trump, nepotismo y gorrita incluidos. Si bien no es el culmen de la originalidad la película sí tiene un par de buenos giros que consiguen reactivar el interés de un espectador que se enfrenta a una película de dos horas y pico de duración con un ritmo que flaquea en más de una ocasión.
"No mires arriba" es una película ambiciosa, y consigue salir relativamente airosa gracias a algunos buenos chistes (otros que no tenían gracia ni al principio se repiten sin embargo más que el ajo como el del cobro de los aperitivos), un más que correcto montaje y un puñado de secundarios que se reservan algunas de las mejores réplicas (como ese Ron Perlman que podría haber dado mucho más juego). Adam McKay regresa a dos terrenos que conoce bien, el de la comedia y el de la crítica política, y los lleva un paso más allá apocalipsis mediante, aunque lo que logra realmente es dejarnos la ligera sensación de que menos, a veces, es más.
Solo una cosa...en plena tradición del MCU "No mires arriba" no cuenta con uno, sino con dos finales poscréditos. Quédense a verlos: puede que sean los que les haga levantarse del sofá con una sonrisa.
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