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miércoles, 2 de marzo de 2016

STALLONE A LA TURCA

Parecía que nunca iban a llegar pero en algún momento u otro tenían que aparecer por VHZ los que quizás sean los seres cinematográficos más esforzados de todos (y todo aquel que se haya criado de pequeñito con series niponas como Campeones, o esas odas al voleibol que eran Julia o Juana y Sergio en las que se entrenaban hasta con cadenas -!- me dará la razón) sin tener poderes propiamente dichos...me refiero por supuesto a los deportistas, esos seres capaces de poner en auténtico riesgo su salud física y mental con tal de batir a un tipo al que acaban de conocer y con el que, por supuesto, se llevan a matar..cinematográficamente hablando.
Así justo el día en el que Stallone estaba más cerca por llevarse un Óscar en la categoría interpretativa por el que es uno de sus papeles fetiche, Rocky, era el momento ideal para este VHZ dedicado al cine deportivo en general y el de mamporros en particular. Presentado por Carlos "Oso" Palencia y una Vera Montessori enfundada en unas atléticas mallas con las que intentó hacer un amago de lucha libre (en el que por suerte no se lesionó) se desplegó toda una oda al cine deportivo más cutre, entre el que por supuesto brillaban el campo del boxeo y otras luchas pero en el que también había un pequeño rinconcito para el hockey, el fúttbol y esa maldición hecha carne (enfundada en su maiollot fosforito por supuesto) que es el precursor del zumba, el aerobic, dejándonos como aperitivo toda una retahila de tráilers (auténticos) entre los que por supuesto brillanron los dedicados al mundo de los simios deportistas (MPV. Most valuable primate). Por faltar no faltaría ni el mismo Emilio, el cómico cibernético, más que dispuesto a emular a Rocky aunque todavía no sabemos en que archivo guarda los abdominales.
La cosa se puso más peliaguda si cabe con la clase magistral...con la ausencia por una vez de la vertiente porno hubo espacio para zombies devoradores de gimnastas, trogloditas deportistas y por supuesto para un hecho del que ahora se cumplen 10 años, que se dice pronto: el combate entre Carlos "Oso" Palencia y Uwe Boll, el hombre que más ha hecho por cimentar la idea de que no es buen plan adaptar videojuegos al cine (al menos hasta que llegó Silent Hill...veremos que da Assassin's Creed este año), en Estepona. Pudimos disfrutar por fin en pantalla grande de sus vídeos de desentrenamiento, algunos inspirados en el Star Wars turco y del combate propiamente dicho, en el que el incombustible Palencia fue apaleado casi piadosamente por el que además fue boxeador semiprofesional...claro que a mí me da que sus películas duelen más que sus golpes. Y de postre un resumen de los testimonios que dejó tan magna competición deportiva y que , como más de uno imaginará fueron los que dejaron al inefable "Oso" realemente K.O. ( a ver si lo de El renacido va a ser una venganza de un pariente lejano, al menos de nombre,  derivada de esto)
Pero el plato fuerte de verdad llegaba con la versión turca de Rocky.
Auténtico dramón social con más voluntad que medios en torno a una familia en la que mientras el padre hace el crápula con los beneficios que le dan las victorias como boxeador de su hijo mayor la madre reza, el mediano trabaja en un descampado de mala muerte y el hijo menor...bueno el hijo menor anda por ahí, al manos hasta que el mayor muere en un combate y el mediano, un armario ropero en ciernes, decide vengarse, esta película tiene poco que ver con su original salvo el asistir a como un chico con pinta de bruto sale de la nada para someterse a un entrenamiento low cost y acabar enfentándose a mamporro limpio con el campeón de turno, que hasta que llega el combate la verdad, se lo pasa bomba filmando una pelícua (pero no busquen profundidades de "cine dentro del cine) en la que se lo pasa bomba con su chica.
Con un inclasificable montaje, pródigo en primeros planos subjetivos, un logo intermitente de "videos Kalkavan" (o así) y más "nieve" que una cinta rodada en Baqueira gracias a su excelente estado de conservación el Rocky turco es una descacharrante película en la que no falta por supuesto un bizarro entrenamiento en el que nuestro héroe demuestra que corre más que Flash, amén de escalar por un cable tendido de una grúa y corretear enfundado en todas las bolsas de plástico que cuyo precio había que amortizar (que en algún sitio ya van a 10 céntimos, ojo) mientras que. para acentuar el drama, sus contemporáneos se lo pasan teta en la piscina.
Todo un culebrón con tintes conspiranoicos y un final de opereta (y eso que no se ridi il paglaccio sino nosotros) que casi es el heredero espiritual de ese Superman turco del que ya pudimos disfrutar en su día...y al que seguro Serdah, Sardah o como se llamase nuestro querido boxeador inflaba a trompadas, y es que al final las cosas le salen mejor que a su homólogo yanqui.
Y así, prestos a salir corriendo a la ceremonia de los Óscars, de la que lamentablemente salió derrotado Stallone, y es que tal ha sido siempre el signo de Rocky, concluyó VHZ...a esperar el próximo que estará, esperamos como siempre, cuajadito de sorpresas.



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