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martes, 19 de julio de 2022

VOY A PASÁRMELO BIEN. Sufre nostálgico

 

Puede que por nuestras pantallas no haya pasado un "Rocketman" ni una "Bohemia Rapshody" pero es innegable que al espectador de estos lares le atrae el género del musical (Ahí está el superéxito que fue "El otro lado de la cama"), sin hacerle ascos al que gira en torno a grupos ("Dame un poco de amooor...!" a mayor gloria de los Bravos) o solistas concretos ("Explota, explota" con canciones de Rafaella Carrá), aunque en este caso quizás hayan tenido más éxito aquellos representados en el teatro como el dedicado a Mecano. Pero ha llegado el momento de que el cine recupere a uno de los grupos emblemáticos de los 80, los hombres G (con cameo incluído en los títulos de crédito), en una película con el nombre de sus canciones más recordadas: "Voy a pasármelo bien".
Entre el presente y 1989 la película nos cuenta la historia de David y Layla, dos adolescentes amantes de las canciones de los Hombres G que se conocen cuando ella es trasladada a su colegio por un conflicto disciplinario en su anterior centro, y que tras años sin verse vuelven a encontrarse cuando ella regresa a su ciudad, Valladolid, para recibir un premio tan prestigioso como la vez espiga de oro. Encuadrando los números musicales en el pasado (aunque se permita alguna canción en el presente vía karaoke) "Voy a pasármelo bien" es una sencilla historia de primer amor en el que no falta ninguno de los tópicos del cine estudiantil, de los matones al patoso de la clase, pasando por el impagable profesor robaescenas (en cuya piel resulta imposible no ponerse) o las típicas gamberradas propias de la adolescencia. Con un humor blanco (que quizás abusa en demasía de esas frases y latiguillos que, comprensibles en bocas de niños, resultan tan arcaicos como, a la larga, agotadores) que gana en sus puntos más surrealistas (el disparo) el arco de 1989 destaca por unos números en la estela del espíritu del musical clásico (interrumpiendo la trama a modo de ensoñación) con grandes cuerpos de baile y auténticas acrobacias. Unos números que son lo mejor de una cinta en la que, aunque puede llamar la atención por los nombres conocidos de su reparto adulto (Raúl Arévalo, Dani Rovira), destaca en la labor de su elenco más joven, consiguiendo aportar fuertes dosis de naturalidad (la escena del funeral).
"Voy a pasármelo bien" es una cita ineludible para los fans del grupo de David Summers, poniendo incluso el dedo en la llaga (las referencias a la fama de pijos del conjunto) y un cariñoso homenaje a un género que siempre es agradecido. Una película de realización correcta que, aunque no brilla ni por la originalidad ni por el tratamiento de su guión, resulta simpática en su intrascendencia, con algún buen punto cómico y un buen trabajo en la coordinación de sus coreografías. Destinada a un público familiar, que descubrirá o rememorará una época que lleva de moda ya unos años, ni va a revolucionar el género del musical ni se espera pero queda como muestra de que el ejercicio de la nostalgia musical puede tener todavía mucho que decir.

"Voy a pasármelo bien" llega a los cines el 12 de agosto 


lunes, 11 de julio de 2022

CRÍMENES DEL FUTURO. Larga vida al viejo Cronenberg

 

Pasarán los años, nos sorprenderá con biopics y alguna historia de corte más convencional pero Cronenberg, ese Cronenberg que revolucionó el fantástico demostrando que lo desconocido puede estar dentro de nosotros mismos, sigue probando ser fiel a sus principios, y ahí entra en juego "Crimenes del futuro", una película que llega ya con el estigma de causar una impresión tan fuerte en el espectador que más de uno acaba abandonando la sala.
Compartiendo título con otra cinta del autor de 1970, con la que, sin ser remake comparte algunos puntos en común, "Crimenes del futuro" nos lleva a un perturbador futuro en el que algunos seres humanos experimentan mutaciones que les hacen generar nuevos órganos y la manipulación corporal, extrayendo o incorporando partes al cuerpo humano se ha convertido en un nuevo tipo de expresión artística. Una oscura historia que se abre con un episodio tan tabú como puede ser el asesinato de un niño a manos de su madre (y cuyo motivo y relevancia solo descubriremos a medida avance el metraje) y que nos va a llevar de la mano de dos de estos nuevos artistas para conocer una conspiración en torno a una secta que parece querer forzar el último paso de la evolución humana. Cronenberg vuelve así a la " nueva carne" en una película que juega con buena parte de sus filias y nos regala todo un festival de imágenes inquietantes, desde el bailarín con múltiples orejas a una autopsia de inesperado resultado. Y en medio un elenco de actores, entre los que destaca un Viggo Mortensen en un rol frágil y sombrío  que contrasta con sus tres colaboraciones previas con el director, pero que aportan humanidad, tanto por la vía de los sentidos como de los sentimientos en un futuro distópico cuyas raíces no resultan ajenas a nuestro presente.
Entre una belleza propia de una pintura de Bacon y la de objetos grotescos pero fascinantes (e incluso, todo hay que decirlo, un poco ridículos) como aquella silla que facilita la digestión Crimenes del futuro es una cinta de cuidada fotografía y aroma onírico. Aun con una trama de estructura clásica (con su introducción, nudo y desenlace, a pesar de lo que podamos pensar durante los primeros minutos de metraje) la película se mueve entre temas como el deseo, el papel de la obra de arte o la definición del ser humano con una gota de suspense y una pincelada de surrealismo en una cinta más de ideas que de sucesos. Un buen Cronenberg, que probablemente satisfaga más a los fans del autor de toda la vida que a aquellos que se quedaron en Promesas del este o Un método peligroso, con unas escenas para estómagos fuertes (aunque menos cruentas que lo que podemos pensar en un principio). Crimenes del futuro es una propuesta arriesgada que consigue seducir a pesar de algún toque que se antoja tan gratuito como efectista (el episodio de los taladros) y que plantea tantas preguntas como respuestas, dejándonos quizás con una sonrisa tan inquietante como la  de protagonista al final de la historia.

"Crímenes del futuro" llega a los cines el 23 de septiembre.