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miércoles, 30 de marzo de 2016

ENEMIGOS FRATERNALES

"No es bueno que el hombre esté solo..." pero ¿se puede decir lo mismo del superhéroe?.Sí, es cierto que solo, solo nunca está, entre parejas en aputos, ayudantes varios y más de un villano que no le deja en paz, pero también que el ponerle un acompañante a la altura puede ser un elemtnento distorsionante de su propia realidad...y si no, por bien que les vaya a los casi siempre victoriosos Vengadores, siempre merodeará entre nuestros recuerdos esos dolorosos Batmans de Joel Schumacher en los que Robin interrumpía la serenidad del hombre murciélago. Sin embargo a veces más...es más y aquí llega dispuesta a dar su visión del asunto, tras mucha promesa y aun mayor polémica Batman v Superman.
Mientras Metrópolis sucumbía bajo el ataque de Zod, antes de que Superman lograse derrotarlo, Bruce Wayne dedicaba sus esfuerzos a salvar las vidas de los trabajadores de la sucursal de sus empresas presente en esta urbe. Meses después, Superman a pesar de ser reconocido como salvador de la ciudad sigue enfrentándose a los numerosos prejuicios que le juzgan una amenaza con superpoderes mientras que Batman, un misterioso encapuchado, lucha contra el crimen en los barrios más sórdidos de Gotham, a pesar de lo cual muchos también le consideran un loco peligroso que marca a fuego a aquellos que detiene. Un nuevo elemento se añadirá a esta peligrosa ecuación cuando el multimillonario y filántropo lex Luthor pida al gobierno que le dejen experimentar con los restos de la nave kriptoniana y sus tripulantes, para tener un as bajo la manga en caso de que aparezcan nuevos habitantes del planeta o el mismo Superman se convierta en un peligro...todo acabará detonando en violento enfentamiento entre dos de los seres más poderosos de la tierra, uno con poderes sobrenaturales y otro cuyas habilidades y gadgets le pueden convertir en una amenaza incluso para alguien que es casi un dios.
Continuación estricta de El hombre de acero, la película que Zack Snyder dedicó a los orígenes de Superman, la película parte de dos de los traumas más profundos en la existencia de los dos superhéroes del universo DC, la pérdida de los padres del futuro Batman y el enfrentamiento con los últimos representantes de su especie de Superman para exponer las diferencias entre el que quizás sea el más poderoso y el único que carece de superpoderes (aunque lo palie a base de coco, labia y todo lo que el dinero puede comprar) y así reflexionar sobre un nuevo enfrentamiento entre lo divino y lo humano.
 Tremendamente grandielocuente y ambiciosa, adornada por un apabullante diseño de producción y una banda sonora que, si bien el heredera de la última película de Superman nos deja los épicos destellos de Junkie XL (al que tal vez reuerden de Mad Max. Furia en la carretera) la cinta es toda una disección de las psiques de unos héroes atormentados y casi paranoicos, y que se manifiesta en unas virulentas pesadillas  (algunos de los mejores momentos de la película como aquella que los enfrenta en pleno desierto) que se harán realidad cuando, bajo la presión de las amenazas externas y la desconfianza que inicialmente se profesan, tengan que enfrentarse el uno al otro en un combare en el que cada uno tiene sus propios recursos y que acabará desencadenando un nuevo enfrentamiento que apenas si pueden concebir...y que nos devolverá a uno de los grandes villanos del iniverso DC (cuyo nombre aquí no desvelaré pero que no es precisamente Lex Luthor, que en esta ocasión se comporta más como un adinerado Joker que como el Lex de siempre...claro qeu Wonder Woman aparece en inicio en la cinta más como una ladrona Catwoman que otra cosa).
Nos encontramos así ante una cinta con dos partes bien diferenciadas, una primera casi más propia del cine político que indaga en las repercusiones morales y sociales de los actos de sus dos protagonistas, a pesar de sus buenas intenciones y a veces incluso con cierto tono mesiánico (el rescate de la niña tras el que Superman es recibido por el grupo que celebra el día de los muertos) , y cuyo ritmo, a pesar de los buenos diálogos (las puyas de Luthor) y algún momento sorprendente (el desenlace de la intervención en el Capitolio) no logra calar tanto en el espectador como una segunda parte más lúdica y de mejor ritmo, que si bien carece de la profundidad de la primera, si consigue arrastrar al espectador ávido de emociones fuertes.
Con un buen puñado de secundarios (magníficos el nuevo Alfred, de los pocos que añaden un toque de humor, o una Wonder Woman quje nos deja ganas de más o el mismo Luthor), alguna escena de antología (la entrevista entre Bruce Waye y Clark Kent, que desonocen todavía sus identidades secretas) y algún buen quiño a los cómics (ese breve momento en que la sombra de Batman se recorta ante un relámpago que es puro Miller) la cinta es una visión bastante libre del universo de Batman y Superman, que revela a su mitad su carácter de mero primer acercamiento a la que puede ser una gran franquicia, pero que deja relativo buen sabor de boca a pesar de algún elemento que por resultón no deja de ser absurdo (el destino de Zod) y un ritmo irregular, así como un excesio recreamiento en imágenes espectaculares que se ha convertido en todo un sello de su director.

Para seguidores de sus protagonistas en particular y de los superhéroes en general, una cinta espectacular en la que tras tanta polémica, Ben Affleck está mejor como Batman de lo que cabría esperar, claro que no le conviene dormirse...ahora solo queda esperar, siguiendo su subtítulo, e mediodía de la Justicia...la cosa promete.


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