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domingo, 29 de diciembre de 2019

CLAUSURANDO 2019

2019 pinta como año de secuelas. Los vengadores, Star wars o It han terminado hasta nueva orden su paso por los cines. Y a la fiesta se han unido viejos conocidos como John Wick o las protagonistas de Frozen. Si por haber ha habido hasta la oveja Shawn ha regresado para darse un paseo galáctico por nuestras pantallas.
Pero a pesar de las secuelas, a pesar de los blockbusters en Monigotorium lo que nos gusta es el cine. En general. Y como cada año no podemos evitar subirnos a la moto de los ranking: ahí va lo mejor del año:
  • Parásitos: la última película por el momento de Bong Joon-Ho y flamante ganadora de la palma de oro vuelve a demostrarnos por qué su director es una de las mejores raras avis del cine reciente. Personajes llenos de sorpresas y un humor negro a prueba de bomba para un film que le da una nueva dimensión al concepto cine social. http://monigotorium.blogspot.com/2019/10/aporafobicos-anonimos.html 
  • Border: ¿Es un drama romántico?¿Es cine fantástico? Esta cinta basada en el texto de John Ajvide Lindqvist (Déjame entrar) es esto y mucho más. Nominada al Óscar al mejor maquillaje y al Goya a la mejor película extranjeros esta historia sobre personas que descubren una nueva dimensión de sí mismos nos lleva desde terrenos conocidos a un mundo distinto que sin embargo nos resulta familiar.
  • Joker cine de superhéroes sin superhéroes, un descenso a la locura que no nos suelta hasta su desenlace de la mano de un Joaquín Phoenix que está sencillamente inmenso (a pesar de un agujero de guión que sólo revelaré en persona y que hasta se le perdona). La película que ha arrastrado a ver cine de la franquicia DC a público que solo iba a la filmoteca.
  • Ventajas de viajar en tren: Ni Almodóvar ni Amenábar. La película española de este año, con una historia que consigue absorbernos hasta niveles insospechados y más de un personaje que deja la enajenación del Joker a la altura del betún. Eso sí, se ruega por favor a los espectadores que se dejen la sensación de incredulidad en la puerta: el viaje lo merece.
    http://monigotorium.blogspot.com/2019/10/enajenados-en-un-tren.html.
  • Buñuel en el laberinto de las tortugas: basada en el cómic de Fermín Solís esta película nominada a 4 premios Goya se convierte por derecho propio en una de las propuestas más originales del cine de animación. Una delicia para fans del director y para aquellos que creen (creemos) que los dibujos animados no son patrimonio exclusivo de las historias infantiles. http://monigotorium.blogspot.com/2019/04/tierra-con-cine.html
  • One cut of the dead: aunque Zombieland: mata y remata es un entretenimiento más que recomendable nos encontramos ante la gran cinta de zombies de este año. Una de las piezas de metacine más divertidas de este año y de los anteriores: no se dejen embaucar por la primera media hora, solo queda lo mejor. http://monigotorium.blogspot.com/2019/03/syfyeando-2019.html
  • The breadwinner: de los creadores de El libro de Kells y La canción del mar esta pequeña joya de la animación nominada al Óscar en 2017 no ha llegado a nuestras salas hasta este año pero la espera ha valido la pena. Dolorosa fábula sobre una niña en la Siria asolada por la guerra nos encontramos ante una película tan capaz de cautivarnos con sus imágenes como de remover la conciencia más dura.
  • Midsommar: la Madre! de este año, la madre de todas las polémicas. Sin ser la película más inclasificable de este año (este honor creo lo merece la fantástica Ventajas de viajar en tren) sí nos encontramos ante una auténtica rareza con ecos de The wicker man y la anterior película de su director, Hereditary. Fotografía exquisita y una historia que exige complicidad para una de las grandes películas del fantástico (lo siento, no puedo llamarlo terror a secas) de este año. http://monigotorium.blogspot.com/2019/07/y-en-arcadia.html
  • Retrato de una mujer en llamas: historia de amor de delicadeza sorprendente que merece paladearse con entrega y tiempo. Un poema de imágenes y un hermosísimo homenaje al mundo casi desconocido de las mujeres artista del siglo XVIII.
  • Érase una vez en Hollywood: Una de las películas más controvertidas del año y a la vez una de las que más comentarios han suscitado, con un sus continuos homenajes y un desenlace que no deja indiferente a nadie. Cinta para fans que se quieran meter en el juego que da lo mejor de Tarantino con una historia que según su director, será la penúltima de su filmografía. http://monigotorium.blogspot.com/2019/07/y-comieron-palomitas.html

Y hasta aquí lo mejor. Se quedan en la puerta unas cuantas y algún delicioso placer culpable como Vengadores Endgame. Para lo peor siempre hay tiempo y si no, como se suele decir, si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada...
¡Feliz Navidad y próspero año nuevo de parte de Monigotorium!. Y el año que viene...más cine


domingo, 22 de diciembre de 2019

NAVIDADES DE MIEDO


Ahora que llegan las navidades solo  queda desearos felices fiestas con un pequeño homenaje a nuestro género favorito... ¡FELIZ NAVIDAD!



miércoles, 18 de diciembre de 2019

EL ARCOIRIS DE LA GRAVEDAD

Vivimos una época dorada cinematográficamente hablando para los biopics de artistas musicales. Ya en su momento películas como Ray dieron mucho de sí, Óscar mediante, pero en los últimos años merced a películas como Rocketman y sobre todo Bohemian Rhapsody han abierto la caja de los truenos para lanzarse a la conquista del público. Pero por un momento dejemos el género abiertamente musical. La película dedicada a una de las grandes de la música y el cine es, ni más ni menos, un drama con interpretaciones. Se trata de Judy.
Biografía de una Judy Garland en sus últimos meses de vida nos encontramos ante una película que se mueve entre dos niveles temporales. Por un lado una joven que tras su contrato para ser el rostro, o casi mejor dicho la voz, de El mago de Oz se enfrenta a las altas exigencias del estudio que la ha convertido en su nueva estrella. Por otro una Garland madura, en un período especialmente difícil a nivel profesional y personal, que comienza a hacer una serie de espectáculos en Londres para conseguir el dinero suficiente para vivir con sus hijos.
Dos historias paralelas con una misma protagonista con elementos sobrecogedores, entre los que es posibles sorprendan a más de uno las imposiciones del estudio para una joven que apenas acababa de dejar de ser una niña, y que en ocasiones consiguen incluso robar interés a la parte de la historia protagonizada por la Judy adulta, quizás más convencional, aunque no olvide aspectos tan interesantes como la importancia de la artista como icono gay o la relación con sus hijos menores (la mayor, Liza, ya se estaba fraguando una carrera).
En medio del ojo del huracán un nombre: Renée Zellweger. Aunque se puede cuestionar el parecido de la actriz con el personaje o su timbre de voz no se puede negar que en esta película realiza un auténtico trabajo de transformación. Pasados los ecos de su (tal vez primer) Óscar y el éxito de la saga Bridget Jones Zellweger nos regala una interpretación desgarradora, en la que canta (ya demostró de sobra que podía hacerlo en Chicago), sufre y sabe añadir la gota frívola necesaria a un personaje agradecido que podría darle más de una agradable sorpresa de cara a futuras entregas de premios. Una actuación que consigue levantar realmente una película con un sentido del ritmo en ocasiones irregular, pero que sabe sacar el mejor partido de su estrella, en especial en aquellos momentos musicales que parten de una Garland casi vacilante a otra que devora el escenario.
Judy es un biopic puramente emocional. Un desenlace que, sin hacer spoilers, recordará a más de uno a cierto clásico del cine de profesores, y un guión de origen teatral que deja mucho en el tintero mostrando esporádicas pinceladas de las circustancias que contribuyeron notablemente a hacer de la cantante el juguete roto que era en su madurez no hacen de esta película una experiencia realmente sorprendente, pero sí un film que sabe crear un vínculo entre el espectador y una de las actrices más queridas de todos los tiempos, una mujer para el que el final del arcoiris quedaba muy, muy lejos.

 Judy llega a las pantallas españolas el 31 de enero.

domingo, 15 de diciembre de 2019

YO FUI UNA ADOLECENTE ADOLESCENTE

 Pasan los años y cada generación sigue teniendo su Mujercitas. No importa que pasen los años y el mundo cambie para bien o para mal que la historia de estas cuatro adolescentes y su madre durante su evolución hacia la madurez durante la Guerra de Secesión americana sigue siendo material de primera para películas, series e incluso dibujos animados... total solo han pasado 151 años desde su publicación, que se dice pronto.
Greta Gerwig, directora cuyo nombre se hizo conocido a raíz de Lady Bird, nominada a cinco Óscars incluídos película y directora, regresa para contar una historia de mujeres con fuerte calado generacional y con la protagonista de aquella, Saoirse Ronan, en el rol de Jo March. Mujercitas es una historia que no cambia que se ve con otros ojos a medida evoluciona la sociedad, con unos personajes cuya rebeldía impactaba mucho más en anteriores generaciones (y que aquí se acentúa en algún momento que llegan literalmente a las manos, algo impropio aún de las más descocadas damas del siglo XIX) pero que a pesar de su abnegación y comportamiento, puesta de largo mediante, son hijas de su tiempo siguen resultando cercanos al espectador.
Estas nuevas Mujercitas están tratadas con mimo. No solo nos encontramos ante una gran puesta en escena con un gran vestuario y dirección artística, una delicada fotografía (sorprende el cuidado de las gamas cromáticas, especialmente en escenas como la del día en la playa) y unas escenas bien planificadas (el paralelismo entre los despertares, unos alegre y uno trágico) sino también ante una película que pretende dar un paso más al tratar unos personajes que no son ya las mujercitas del título, sino una mujeres jóvenes que ante una desafortunada circustancia del destino (la enfermedad de una de las hermanas) se enfrentan al recuerdo de unos tiempos más duros pero también más felices.
Nos encontramos así ante una película que se mueve entre el presente y el pasado, tomando como base el libro original Mujercitas y su continuación, Aquellas mujercitas (dos volúmenes que muchas veces se han editado en forma de tomo único con el título de Mujercitas, aunque en realidad hay dos partes más, Hombrecitos y Los muchachos de Jo, todos de la autora original) presentando unos personajes que van evolucionando en una narración no lineal, algo que si bien nos lleva a conectar más rápidamente con los personajes lastra en más de un momento el ritmo de la trama, hasta conducirnos a un desenlace como el que describe uno de los personajes de la historia sobre como debe acabar una novela...y que aquí no desvelaremos para aquellos que todavía no conozcan una historia que no ha cambiado sustancialmente respecto a sus predecesoras, aunque si podamos apreciar cierta nueva modernidad en el parlamento de algunos personajes como Amy March. Y por supuesto hay que destacar el trabajo de unos actores que demuestran estar cómodos en sus roles, no solo las protagonistas, sino especialmente los secundarios, como una Laura Dern que brilla en el que quizás uno de los personajes menos agradecidos (la madre de las hermanas, sin fisuras en su carácter) o un Timotheé Chalamet que parece haber nacido para este Teddy-Laurie lleno de contradicciones, por no hablar de una Meryl Streep que como Lobezno es la mejor en lo que hace.
Mujercitas no deslumbra pero tampoco lo necesita. Es una historia que siempre funciona, a poco que se respete el material original, algo respecto a lo que esta versión demuestra no tener problema alguno. Una historia encantadora que a pesar de no ser estrictamente una historia de navidad se disfuta como tal, con buenos sentimientos y una puerta abierta a la esperanza.
Mujercitas llega a las pantallas españolas el 25 de diciembre.

miércoles, 11 de diciembre de 2019

EL AMOR EN TIEMPOS DEL FORTNITE

Cuando el reboot de Jumanji llegó a los cines hace un par de años no puedo negar que me pareció una idea genial cambiar el juego de tablero por un videojuego. Una idea tan sencilla como interesante, independientemente del resultado final esta secuela que retoma este mundo...aunque con alguna sorpresa.

Sabiendo que uno de sus mayores aciertos fue la importancia de los avatares en su predecesora está nueva Jumanji intenta añadir el toque de sal al asunto dando una nueva vuelta a los cambios de cuerpo con dos nuevos personajes, una sigilosa ladrona oriental y un caballo, y un elenco que se readapta a unos roles que no son necesariamente los de la anterior entrega.
Este se convierte en uno de los principales motores de una cinta que vuelve a ser un combinado de aventura y comedia orientado al público más joven, si bien parece apuesta más, a pesar de las imprescindibles escenas de persecución y lucha, por esta última, retomando algunos de los aciertos de la primera (aunque a veces abusa, como pasa con la "mirada pasional" de Dwayne Johnson, prima hermana de la "acero azul" de Derek Zoolander) amén de otros quizás menos digeribles ( los amaneramientos de Jack Black y especialmente de Awkwafina dependiendo del personaje que controla su avatar...nos hacen desear más caballos en el reparto).
A nivel general nos encontramos ante una película que supone una continuación digna de Jumanji: bienvenidos a la jungla. Una odisea que sigue los mismos pasos que la primera, con unos escenarios exóticos a los que suma, además de la jungla, el desierto y la nieve (¿alguien ha dicho Uncharted?) y unos protagonistas que, aunque más adultos (ya han empezado la universidad) han evolucionado poco en cuanto a carácter se refiere. Pero si hay algo destacale en ella es la presencia de dos veteranos: dos Dannys, DeVito y Glover, que se convierten en los verdaderos robaescenas de la cinta en las contadas ocasiones en las que aparecen (después serán sustituídos, con mayor o menor fortuna, por sus respectivos avatares en el juego) y que nos regalan algunos de los mejores momentos de la película, y cuyos personajes se esfuerzan en mantenere con desigual éxito, a pesar de su química como dúo cómico, Dwayne Johnson y Kevin Hart.
Sin polémicas de si estamos ante una segunda, tercera o cuarta (parece ser que Zathura, una aventura espacial sería en realidad la segunda parte) entrega la nueva Jumanji puede verse sin lastres o problemas de continuidad respecto al resto de películas. Una historia intrascendente, aunque también tenga sus gotitas de moralina y moraleja, especialmente en su tramo final, que, aunque en algún momento pierde un poco de ritmo (el diálogo respecto al eunuco, o las excusas para que los personajes se encuentren al final empatados a una vida y, en consecuencia, en peligro de muerte si fracasan), consigue entretener así como dejar la puerte abierta a una continuación que puede prometer puntos en común con el Jumanji de 1995. El tipo de película que se agradece de cara a las inminentes sobremesas de Navidad con toda la familia que llegan en breve, y eso no es moco de pavo...o si se tercia, de avestruz.

Jumanji: siguiente nivel llega a los cines el 13 de diciembre

martes, 10 de diciembre de 2019

JAQUE MATE

En una película una llamada de teléfono puede cambiarlo todo. No importa si es la de un marcianito que desea volver a casa, la de un espíritu vengativo que anuncia una muerte inminente en una semana o un timbre que simplemente queda sin respuesta, como inquietantemente sucede en Midsommar. Una llamada puede incluso hacernos viajar en el tiempo: es el caso de Moira.

Hay planos de apertura de un film que, sencillamente, están planeados con inteligencia. Una mujer con los ojos vendados en el asiento trasero de un vehículo sin duda hace que la inquietud planee en la mente del espectador, especialmente para aquel que ya sabe que esta cinta tiene como trasfondo la terrible realidad de los desaparecidos durante la dictadura argentina. Sin embargo hasta aquí, nada más lejos. Moira empieza con una escena feliz, ya que la chica en realidad se dirige a una celebración sorpresa de cumpleaños. Pero no: no nos hemos equivocado de película, ya que una llamada desde el otro lado del océano provocará un infarto súbito en uno de los protagonistas, que deberá enfrentarse una vez recuperado a las decisiones que tomó en su juventud y a la gente que dejó atrás en su Argentina natal.
A partir de aquí nuestra historia comenzará a moverse entre dos líneas temporales distintas: por una el pasado en Argentina, en la que vemos como el padre se enfrentó al horror durante sus años universitarios (y que concluyen, sin hacen spoilers, en un plano tan inquietante como terrible), por otro el presente, en el que el padre descubrirá la existencia de alguien relevante para él cuya existencia ignoraba o más bien decidió olvidar mientras la hija descubre unas raíces a las que no había dado antes excesiva importancia.
Moira es una película difícil, de una dolorosa melancolía que se acentúa a medida avanza su metraje gracias en parte a una fotografía cuidada en la que la gama cromática contribuye a crear un clima muy especial y a unos actores que enfocan unos roles difíciles con gran naturalidad.
Proyecto asociado a la tesis doctoral de Nerea Lovecchio, protagonista y guionista de la cinta, dirigida por su padre Daniel Lovecchio que también encarna a su padre en la ficción, la historia supone una aguda reflexión sobre el valor de la familia y la asunción de responsabilidades, sobre como superar los retos de un pasado ante el que no se pueden cerrar los ojos.
Un drama que nos recuerda como hace no tanto Argentina vivió unos años terribles que todavía muchas personas ni han podido olvidar ni están dispuestas a darlo todo por perdido. Una película sobre como tender nuevos tiempos y que demuestra que aunque hay cosas irreparables siempre se puede abrir una puerta a la esperanza.

 Moira llega a las pantallas españolas el 13 de diciembre.

jueves, 5 de diciembre de 2019

FELIZ CUMPLECUADROS

Para aquellos que acaben de salir de una cueva sin wifi o simplemente acaben de bajarse de una columna en medio del desierto que sepan que este año el Museo del Prado cumple 200 añazos. Una excusa ideal para que el séptimo arte se apunte al homenaje, con documentales tan interesantes como El cuadro, dedicado a una de las obras imprescindibles de la pinacoteca, Las meninas. Pero no es el último coletazo, ahora llega con con un título revelador Pintores y reyes del Prado.
 Este documental de producción italiana emprende una ambiciosa cruzada: hablar de las obras expuestas en el Prado como fruto de las colecciones reales desde Carlos V. Con un comienzo que puede descolocar al principio al espectador, presentando el paisaje al que se enfrentó el otoñal emperador cuando decidió retirarse al Monasterio de Yuste, al que se llevó en su retiro la impresionante La gloria de Tiziano, que puede verse en el Museo, la película es un recorrido no cronológico por las obras de algunos de los pintores más representados en sus fondos, en especial Tiziano, Velázquez, Rubens y Goya, pero con alusiones también a obras tan increíbles como Rogier van der Weyden, Luca Goiordano o Antonello de Messina.
En realidad, si obviamos ese nexo común que es el Prado en sí, nos encontramos ante un producto inconexo, que aunque cede voz a algunos de los profesionales que trabajan al frente de la pinacoteca también a personajes de otros ámbitos como bailarinas, arquitectos o familiares de figuras tan relevantes como Saura o García Lorca, dando una visión multifacética de la importancia de este centro cultural, pero sin incidir en exceso ni en la relación, como parece indicar el título, entre mecenas y creadores ( resulta más adecuado su título original, The Prado Museum. A Collection of Wonders) ni aportar datos esclarecedores en torno a su historia con la salvedad de un proceso de creación por el que pasa casi de puntillas, tornándose más una enumeración de sensaciones que una verdadera investigación de una pinacoteca que oculta secretos y anécdotas como para hacer mil documentales.
Pintores y reyes del Prado se antoja más una entusiasta carta de presentación al mundo de un museo imprescindible que un auténtico análisis de la figura. Siempre es maravilloso poder disfrutar de los detalles de la obra en pantallas grande así como la mención de otros lugares tan importantes como el monasterio de El Escorial o el convento de las Descalzas reales (dos opciones más que recomendables para visitar...y revisitar) pero nos encontramos ante un producto que pasa de puntillas, como no queriendo hacer ruido, por sus salas, bajo la impresionante voz de un Jeremy Irons que amén de haber hecho crecer el interés respecto a este documental constituye la perfecta definición de un narrador subjetivo. Una película para recrearse en el arte pero sin profundizar en él pero, que esperemos, consiga animar a más de uno a ver estos auténticos tesoros en persona.
Pintores y reyes del Prado llega a los cines el 9 de diciembre.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

LA PASIÓN DEL SUEGRO


Existe en el mundo de la comedia un territorio donde siempre brilla el sol. No me refiero a la comedia en general pero hay un mundo donde no importan los problemas económicos o las crisis políticas...aunque parta de la situación actual o haya algún gui´ño más o menos punzante la sangre jamás llegará al río y todos volverán a ser tan felices o más de lo que eran. En fin, me encantaría saber que piensan de ello los personajes que pueblan películas como Ventajas de viajar en tren. Y a veces este buenrollismo da hasta para secuela como sucede con Dios mío ¿pero que te hemos hecho...ahora?.
 Continuación cronológica de Dios mío ¿pero que te hemos hecho? (sí, se han currado el título un poquito más que añadir un dos al final pero tampoco demasido) la película nos devuelve a la familia multicultural de la primera entrega recuperando además algún secundario de antología como ese nuevo consuegro más cabezota que ese padre de la novia encarnado por un Christian Clavier que parece haberse hecho ya al rol de madurito rancio (como pudimos ver en la relativamente fresquita Un verano en Ibiza). Con todas las hijas ya casadas, esperando además la pequeña su primer hijo fruto de la boda con que se cerraba la primera parte, es hora que el matrimonio protagonista se enfrente a nuevos retos en forma de unos yernos que parecen más que dispuestos a volver a sus respectivas patrias chicas (una iniciativa que en la mayoría de los matrimonios viene de parte de ellos dejando a sus partenaires femeninas, unos personajes que quedan mucho más desdibujados en esta entrega, limitadas a decir que sí...ay) mientras que, por eso de no dejar mucho el leivmotiv que nos llevó a las locuras de la primera part, el consuegro André se las promete feliz ante la inminente boda de su hija sin sospechar que el novio es otra mujer.
Dios mío ¿pero que te hemos hecho...ahora? es una comedia con mensaje ambiguo, no incidiendo en la pluralidad de culturas frente a la intolerancia sino más bien defendiendo una serie de valores pretendidamente franceses que acaba siendo lo que acabe decidiendo el futuro de los personajes. Destacando su sentido del ritmo y algún gag realmente bueno (la nueva obsesión de la madre con la marcha nórdica o las puyas respecto a las oportunidades para los actores de color, referencia a Omar Sy incluída), nos queda una película que hace reir al espectador con más de un chiste políticamente incorrecto, aunque se desaprovechan personajes como Arash (que queda practicamente eliminado de la función al poco de su aparición) o situaciones como el tour por los países de los consuegros, que solo conoceremos de manera oral, y más de una broma que en otro cotexto podría dar problemas a más de un tuitero se oculte bajo una pátina de buenas intenciones y humor blanco.
Aunque ligeramente inferior, también debida a la pérdida del factor sorpresa, Dios mío ¿pero que te hemos hecho...ahora? no es precisamente una hija del movimiento de los chalecos amarillos. Es una película afín al mundo de la alta comedia, en la que todos los equívocos se pueden solucionar con dinero y/o por vía culinaria y en la que los protagonistas no cambian...si pueden hacer cambiar a los demás. Una cinta que sin duda gustará a aquellos que disfrutaron de la primera entrega, con sus personajes con carisma y un humor con toques absurdos a prueba de bomba. Pero también una advertencia: esto no es cine social. Para esto nos quedan Los miserables.
Dios mío ¿pero que te hemos hecho...ahora? llega a las pantallas españolas el 19 de diciembre.

martes, 3 de diciembre de 2019

IL DIVO

Aunque mentar a Ron Howard supone casi inmediatamente pensar en nominaciones a los Óscar, códigos da Vinci y ¿por qué no? el tan polémico Han Solo que tantos dolores de cabeza a dado a la franquicia el director tiene otra faceta más: el documental musical. En 2016 llegó The Beatles. Eight days a week, la apasionante historia de los primeros años de uno de los grupos clásicos por excelencia. Y ahora llega la de otro clásico muy distinto: Pavarotti.
Nos hemos malacostumbrado a los documentales sobre músicos controvertidos. Biografías reveladoras en las que descubrimos la terrible realidad vivida por divos del género que sospechábamos...pero que en la película de turno adquieren su completa dimensión. Pavarotti es muy distinta en este sentido. Aunque como en cualquier documental hay sombras (el efecto en el tenor de la reacción de la opinión pública respecto a sus coqueteos con el mundo del pop o su relación con Nicoletta Mantovani, casi cuarenta años menor que él y mientras el seguía casado) la sensación que nos queda tras ver esta cinta es asistir a la historia de un hombre feliz, de una persona que disfrutó de la vida todo lo que pudo y al que fuera del escenario era casi imposible imaginar sin una sonrisa en la cara.
Pavarotti es un documental tremendamente clásico. Si obviamos un prólogo en pleno Amazonas que casi se nos puede antojar un poquito fiztcarraldiano y algún guiño humorístico (el primer plano gallináceo) nos encontramos ante una biografía cronológica, desde su debut a su muerte en 2007, en el que huyendo de recursos tan habituales como recreaciones asistimos a episodios más o menos comodidos de la vida del artista, cediendo los últimos minutos a su espectacular interpretación del Nessun dorma de Turandot, tan célebre que aun hoy el vídeo figura como primera opción al buscar el nombre de este aria en la red (y que recomendamos como aperitivo al aproximarnos a la figura del maestro). Una historia en la que no se deja fuera a nadie, ni al propio Luciano (sorprende escuchar su voz si solo le hemos oído cantando), ni a sus esposas e hijas ni a muchos de los artistas con los que colaboró, desde estrellas del bel canto a Bono de U2, y que gana enteros gracias al carisma de su figura central, un personaje que sigue resultando magnético (y que consigue todavía arrancar al espectador una sonrisa cómplice).
Nos encontramos ante una historia que no nos mostrará grandes revelaciones. Si nos ayudará a comprender mejor la figura de uno de los tenores más grandes de los últimos tiempos, si no el más grande, incidiendo en un carácter tan alegre como contagioso que parecía saber anteponerse a cualquier adversidad, sumándole el lujo de poder recuperar algunas de sus mejores interpretaciones. Un documental recomendable tanto para los fans de la ópera como para aquellos que no tengan un particular aprecio por el género, dando un prisma que si bien no es nuevo, sí es tan brillante que logra hipnotizarnos.
Pavarotti llega a los cines españoles el 10 de enero.

lunes, 2 de diciembre de 2019

HERMANO AHMED HERMANA LUNA

Al cine de acción de Hollywood, ese que cambiando poco o nada su lenguaje súper regresa para entretenernos le da por elegir los enemigos de sus héroes en bloque. Hay temporadas en que todos son antiguos nazis y nuevos simpatizantes, otras en que les da por monstruos alienígenas y en algunas por terroristas islámicos. Claro que en los tiempos que vivimos las cosas se han puesto muy serias para bromear, en un género que es entretenimiento puro y duro, con según que asuntos (¿Quien aprobaría ahora la producción de una cinta tan recomendable como Mentiras arriesgadas?...aunque todavía hay un paso más allá y ese es 4 lions...hay que verla para creerla). La bofetada de realidad llega con cintas como.ls belga El joven Ahmed.
 Hay personajes que suscitan compasión por su juventud. Por hallarse en esa edad convulsa cuyas hormonas les hace convertirse en auténticas esponjas susceptibles de acabar adaptando un mal camino. Este es el caso de Ahmed, un estudiante cualquiera al que su relación con un imán integrista trastoca completamente su carácter, convirtiéndole en una persona obsesionada con la higiene y los horarios de oración, que empieza a condicionar su relación con las personas que lo rodean, algo que en realidad es solo la superficie de una certeza más terrible: se empieza a convertir en alguien capaz de cometer un asesinato en nombre de su fe.
Acercamiento realista a un mundo que nos muestra de resulta ajeno El joven Ahmed es una película que duele, con un protagonista que consigue crear poco a poco repulsión en el espectador y un desenlace que nos deja más de una duda.
Una película que resulta a la vez mosaico de una comunidad fuertemente enraizada en Bélgica (revelador la discusión en torno a los métodos de enseñanza del árabe) que se debate entre la tradición y la modernidad, viendo además como la amenaza fundamentalista se cierne sobre unos jóvenes que han nacido y se han criado allí.
Con su trama dura que sabe crear un buen clima de suspense (en el sentido más hitchcockiano del término, pincho artesanal mediante) nos encontramos ante un guión conciso, rodado con fluidez pero sin estridencias, que sabe remover conciencias. Cierto que se echa de menos alguna faceta ( no queda más que preguntarse qué habría pasado de hacer que nuestro protagonista entrase en contacto con un imán de talante diferente al cobarde manipulador con el que trata) pero resulta un excelente pie para el debate que no da tranquilidad al espectador en ningún momento.
El joven Ahmed llega a los cines el 5 de diciembre.



sábado, 30 de noviembre de 2019

PÁNICO EN ESCENAS

La iniciativa Panic in frames apuesta por el terror y ¿qué mejor manera de hacerlo que con tres historias?. El pasado 27 de noviembre la Sala Artistic Metropol acogió el estreno, tras pasar por festivales como Sitges y previo a pasar por muchos más, de Hora de comer de Alberto Fernández Peláez, Asesinarte de Víctor Paniagua y Víctor Galiano y Pornovenganza de Ignacio López Vacas. Un auténtico descenso a la parte más oscura de unos seres humanos dispuestos a superar la última frontera
Tres historias que aunan hemoglobina, tabúes y cariño por el género. La de una receta con sorpresa, un artista que deja el episodio de la oreja de Van Gogh a la altura de un mal día de pelo y un sangriento vídeo con secreto.
Tres historias que intentan sorprender y lo consiguen.
Mucho más en los perfiles de Panic in frames en redes sociales...y próximamente en su festival de cortos más cercano. Seguiremos acechando...digo informando.

viernes, 29 de noviembre de 2019

LA GUERRA DE LOS STEWART

No hay nada que una mujer no pueda hacer. Con este mensaje, con el que no puedo estar más de acuerdo, se abre la nueva entrega ( estoy tentada de llamarlo reboot, pero un detallito del argumento indica otra cosa) de Los ángeles de Charlie. Pero aunque los tiempos cambien, esperemos que para mejor, el cine en ocasiones no lo hace tanto...y para más inri algún producto de higiene íntima también ha usado frases similares y no precisamente para pasar a las historia del feminismo.
Nunca viví el boom de las ángeles originales, a pesar de las reposiciones. Pero entiendo el impacto que pudieron causar en su momento, de tal modo que han quedado como precedente de tantas heroínas de armas tomar en la pequeña y gran pantalla como Xena, la novia o Wonder woman por citar algunas. Esta nueva entrega, con nuevo equipo y bajo la batuta de una Elizabeth Banks que se reserva el papel de Bosley en la trama ( haciendo que habitual trío casi mude en cuarteto) tiene todos los ingredientes de sus antecesoras en cine y televisión. Asi nos encontramos protagonistas fuertes y atractivas (hasta le sacan buen partido a una Kristen Stewart que parece tener serios problemas con su peluquero), destinos internacionales, persecuciones mortales y un largo etcétera que ya nos resulta familiar del cine de agentes secretos, dobles agentes y villanos con tensión erótica incluidos (aunque en este caso pasando por el supervestidor, y no es metáfora). Pero tras un prólogo que intenta dejar su mensaje muy claro (tal vez excesivamente) y que tiene un punto divertido e incluso circense nos encontramos con una trama tópica y, aunque de ejecución correcta (se han gastado pasta y se nota), que va perdiendo ritmo a medida avanzada película, hasta llegar a un final menos catárquico de lo esperado.
Los ángeles de Charlie es un producto de manual. Una película que provoca en el espectador una continua sensación de déjà vu, y no precisamente por tratarse de parte de una franquicia. De esas con cliente en peligro que hay que llevar al punto A y que descubren en realidad tienen que ir al C no sin luchar en el B. Cinta con muchos ingredientes para convertirse en un blockbuster (y seguramente dará para secuela) se queda en la puerta, alcanzando cotas de vergüenza ajena en su concepción del sentido del humor (el show de las pelucas para colarse en los laboratorios de turno), con algún guiño ligeramente incomprensible (las fotos del personaje de Stewart con las anteriores ángeles...parecen obra del cuñado de alguno practicando para el curso de photoshop) y sin llegar al grado de espectacularidad que hemos encontrado en otros films de hornada similar. Es fantástico encontrar personajes femeninos llenos de recursos (y que pasan de sobra el test de Bechdel, por supuesto) en el cine, pero eso no basta para dar entidad a un guión que ni aporta nada al género ni consigue el grado de complicidad que tanto beneficia al cine de acción. Aunque hay que reconocer que estos ángeles si hacen honor a su primera escena: una mujer lo puede todo, hasta decepcionar como alguna otra película cargada de testosterona.


Los angeles de Charlie llegan a los cines el 5 de diciembre.

jueves, 28 de noviembre de 2019

APOCALÍPTICOS Y ELECTROCUTADOS

Nuestra historia comienza con una imagen épica: la silueta de un hombre en medio de lo que parece ser una tempestad de hielo. Una imagen épica que podría pertenecer a cualquier adaptación fiel a la novela de Frankenstein, pero nada más lejos. O nada más cerca. Nuestra historia incluye electricidad, muerte e incluso,p considerar, monstruos.  Es, ni más ni menos, La guerra de las corrientes.
La figura de Thomas Alva Edison no vive buenos tiempos, al menos en cuanto a popularidad se refiere. La reivindicación de la figura de Tesla, un nombre que adquirido peso con su mencion en series como The big bang theory o su aparición como personaje en películas como El truco final (interpretado por nada menos que David Bowie). En esta película Tesla es prácticamente un Deus ex Machina en medio de una historia centrada en el conflicto entre Westinghouse, un nombre que tal vez nos suene menos a pesar de su peso histórico, y Edison, encarnado por un Benedict Cumberbatch que desde Sherlock se ha hecho a los personajes peculiares, por el monopolio de la explotación eléctrica.
Sin entrar en motivaciones de los personajes ni en los métodos empleados en esta guerra de patentes nos encontramos ante una trama estimulante, de esas que estimulan la curiosidad del espectador. Aunque en ocasiones el ritmo resulta irregular e incluso se pierde en metáforas excesivamente dilatadas en el tiempo (el episodio de la guerra civil) la historia no pierde en ningún momento del todo el interés de la historia. Aun siendo un nuevo montaje de su director de una versión estrenada en 2017 y que no contó con su aproximación hay partes que resultan atropelladas (la enfermedad que conduce a la muerte de uno de los personajes) y sus protagonistas poco definidos, dando la sensación de ser material más apto para una miniserie que para un film de apenas hora y media.
Pero también nos encontramos ante una película de magnífica dirección artística y hermosa fotografía, con un cuidado acabado que nos ayuda a transportarnos a otro tiempo, con soluciones visuales tan interesantes como la pantalla triplemente partida del desenlace onel mapa de bombillas de dos colores para mostrar el avance de ambos genios. La guerra de las corrientes es una película, valga el símil fácil, de luces y sombras, de dioses y monstruos. Una cinta que debería verse en colegios e institutos, pero que queda para el espectador medio como una entretenida aproximación a un episodio relativamente desconocido,  pero relevante, para conocer el mundo de hoy.

La guerra de las corrientes llega a los cines el 10 de enero.

martes, 26 de noviembre de 2019

CITTÀ DE DIO

Corren buenos tiempos para la mafia. Perdón, para la cosa nostra. Al menos en materia de cine. Acaba de llegar a los cines El irlandés, la esperada cinta de Martín Scorsese, una buena muestra del cine de gangsters en torno a la figura de Jimmy Hoffa a la que la crítica, por supuesto, le sonríe. Pero la cuna de la mafia, cinematográfica o no, es Italia. Y de allí, también basada también en hechos reales, nos llega El traidor.
 Dirigida por Marco Bellocchio, esta coproducción recorre tres países de tres continentes distintos durante dos décadas para contarnos la historia de Tommaso Buscetta, un miembro de la familia que tras ser detenido en Brasil fue extraditado a Italia y allí tomó la decisión de colaborar con la policía, llegando a ser un testigo clave en el macrojuicio contra los cabecillas de la mafia siciliana orquestado por el juez Falcone.
Historia dura sin paliativos la película nos regala parte de los tópicos del cine mafioso como las grandes fiestas (en este caso con motivo del día de Santa Rosalía) o la vida de lujo, pero no pierde veracidad ni crudeza al mostrar tanto los crímenes más terribles como los cuestrionables métodos de interrogatorio policiales (impresionante el realizado a bordo de dos helicópteros), destacando el atentado que acabaría con la vida del juez Falcone, mostrado como si estuviéramos a bordo del asiento trasero del vehículo en el que moriría el tristemente famoso magistrado. Un microcosmos terrible que sabe partir de lo concreto (la vida y detención de Buscetta) a lo plural (el juicio) para volver a la parte que suele quedar en el tintero, la vida fuera de la familia mafiosa pero, para desgracia de nuestro "héroe", nunca lejos de ella.
El traidor es una película de esas que consigue enganchar al espectador desde el primer momento hasta una conclusión casi dos horas y media después que no se hace larga. Cine rodado con inteligencia nos encontramos ante un impecable ejercicio de estilo, con un inteligente uso del montaje y de una banda sonora que no se limita a ser un mero acompañamiento (el coro de Nabucco durante la sentencia o esa canzona que despierta los demonios del pasado durante lo que prometía ser una agradable velada familiar). Un gran envoltorio para unos personajes fuertes brillantemente interpretados desde un protagonista que descubrirá de la manera más dura posible la importancia de la familia a unos secundarios inolvidables como ese mafioso que solo sabe expresarse en siciliano profundo o esa dolorida viuda que promete el perdón...solamente si los culpables se suicidan primero.
Películas como esta El traidor demuestran que el cine centrado en la mafia italiana todavía tiene mucho que decir, hermana en espíritu a otros retratos de controvertidos personajes reales como la muy recomendable Il divo o Loro, ambas de Paolo Sorrentino. Puede que las familia italoamericana del tronco de Sopranos y Corleone nos hayan conquistado, y que los cárteles latinoamericanos hayan creado tendencia en la pequeña pantalla pero El traidor, una película que consigue tanto hacernos sonreir como inquietarnos profundamente, ha llegado dispuesto a dar la palmada sobre la mesa, y lo consigue.
El traidor llega a las pantallas españolas el 6 de diciembre.

domingo, 24 de noviembre de 2019

FUNDIR LA FLOTA

Hablar de Roland Emmerich es hablar de cine coral con catástrofe al fondo. Cierto que desde ese pelotazo con mayúsculas que fue Independence day ha llovido mucho (más de 20 años, que se dice siempre) y que Emmerich ha salido en más de una ocasión del tópico de la acción desviándose sobre todo al campo del cine histórico con cintas como El patriota o Anonymous. Pero ha llegado el momento de que ambos mundos se unan y ¿que mejor campo de batalla que la II Guerra Mundial?. El resultado: Midway.

Todas las constantes que solemos identificar con el cine de Emmerich están aquí: un múltiple reparto, con nombres más conocidos como Woody Harrelson o Patrick Wilson y otros menos como Ed Skrein (aunque lo hemos podido ver en taquillazos como Deadpool), enfrentado a la amenaza nipona en el frente del Pacífico, con todos los aviones, acorazados y por supuesto explosiones que uno se pueda imaginar, añadiendo al cóctel de la batalla propiamente dicha el bombardeo de Pearl Harbor (pero no se asusten, poco o nada tienen que ver con la película homónima de Michael Bay).
Pero, en contra de lo que podríamos pensar al encontrarnos con esta cobinación de tema y director, el trabajo de Emmerich, un autor que sigue demostrando, nos gusten sus historias y no, su buen hacer combinando escenas de multitudes y elaborados efectos especiales, demuestra haber dejado ligeramente atrás esa suerte de patriotismo barato que nos pasmó en la película más conocida, Independence day, para acceder a un cine más adulto. Aun sin evitar que hablamos de una película de bandos bien definidos no encontraremos banderitas a cascoporro ni inflamados discursos patrióticos sino que la película prefiere adoptar una mirada más global para explorar el trabajo tanto en el frente propiamente dicho como detrás de la línea de combate, en especial de los servicios de inteligencia. Aunque por supuesto el enemigo japonés tiene mucha menos voz y voto que su homólogo estadounidense (y, quitando en la primera escena, ambientada en un banquete en el que participan soldados de ambos bandos años antes del conflicto, pecan en exceso de arrogancia, así como se ajustan al tópico del perfeccionismo y honorabilidad nipones), cediendo el protagonismo y por supuesto la victoria a un ejército en el que no hay tonos grises.
No es lo único que el nuevo trabajo de Emmerich ha dejado atrás. Huyendo de la exaltación de lazos familiares de sus anteriores trabajos en la línea (y es que las familias se prestan mucho al cine de catástrofes) Midway se mete directamente en harina, con un ritmo ágil en el que, aunque no cuesta adivinar material cortado (y eso que hablamos de una película de cerca de dos horas y media...aunque en la filmografía de su director no es de las largas), destacan las impecables escenas de combate aéreo. No renuncia a muchos de los tópicos del cine bélico, como ese personaje que coloca la foto de su familia y de paso se come un chicle cada vez que sube a su avión o aquel que en pleno fragor de la batalla se baja del coche, emite una exclamación horrorizado y vuelve a subir a su vehículo metiendo prisa, para más inri, al conductor, así como recursos algo manidos como ese final en el que nos cuenta el destino de los personajes reales con fundido a sepia de algunos fotogramas de la película. Pero logra un resultado entretenido y equilibrado acorde a una historia como la que desea contar.
Midway es una más que correcta cinta bélica, con buenas dosis de espectacularidad y un envoltorio de calidad, aunque lejos de esos clásicos del género al que nos ha acostumbrado la meca del cine. Una película que quizás no llegue a conquistar con las historias personales de sus personajes, movidos entre el deber y la enganza, pero plenamente recomendable para disfrutar de combates aéreos en todo su esplendor, un aspecto en el que la cinta consigue dar un altísimo do de pecho.
 Midway llega a los cines españoles el 5 de diciembre.

viernes, 22 de noviembre de 2019

ARRÁSTRAME A ELIZONDO

Para aquellos que se quedaron con hambre, y tal vez algo desencatados, tras El guardián invisible, la nueva película protagonizada por la inspectora Amaia Salazar, Legado en los huesos, llega para  sumergirnos en lo que se revela como auténtica saga, con una historia con muchos puntos en común con su predecesora pero que oculta más de un as en la manga.

Fruto lógico del boom de la trilogía del Baztán, libros que además de para películas han dado para una nueva entrega en forma de precuela, editada recientemente, así como para adaptación en cómic, Legado en los huesos es la continuación estricta de su primera parte, presentando a una protagonista que se enfrenta, tras finalizar su baja maternal, a un caso de profanación así como las consecuencias de otro que resolvió en el pasado pero que en realidad ocultan un asunto mucho más siniestro y que nuestra protagonista apenas empieza a adivinar.
Planteada como auténtico nudo de una historia que promete mucho más (sin arriesgarme a hacer spoilers diré que termina con un prometedor continuará) esta secuela, con menos lagunas que la película original (en la que intuíamos un trasfondo que probablemente conoceríamos mejor en las novelas), retoma a una protagonista de pasado turbulento que descubrirá nuevas claves de este a lo largo de la trama, un pasado con ecos sobrenaturales cercano al universo de la brujería que sabe beber del folklore y resultar convincente sin horadar en exceso (aunque sin dejarlo del todo de lado por supuesto) en esos ya populares psicópatas de elaboradas puestas en escena a los que nos ha acostumbrado el cine de Hollywood y producciones patrias recientes como El silencio de la ciudad blanca.
Pero ante todo nos encontramos ante una historia de misterios, de esos que aunque parecen varios acabarán apuntando en la misma dirección. El guión sabe administrar sus claves con buen ritmo, logrando una historia envolvente para cuyo disfrute no resulta imprescindible (aunque sea recomendable) haber visto la primera parte, aunque adivinamos no sea así de cara a una tercera que ya está rodada.
Sin arriesgarme a hablar de su fidelidad a un texto original que desconozco de primera mano Legado en los huesos supone una trama de misterio entretenida, con falsos sospechosos y revelaciones bien dosificadas así como un desenlace que aunque podría haber tenido mayor fuerza gracias a un recurso tan agradecido como la inundación que sufre el pueblo en el que discurre buena parte de la historia, consigue enganchar al espectador lo suficiente para desear conocer el final definitivo, gracias a una protagonista con carisma y unos villanos que pueden dar mucho juego.
Una película más que recomendable para los amantes de los misterios sangrientos con toque sobrenatural, una vertiente que ya ha conseguido convertirse en subgénero por méritos propios, y que aun sin ser una gran innovadora consigue regalarnos un par de horas entretenidas con una historia bien orquestada que supera a la primera parte y que deja en el tintero lo justo para que volvamos a por más.
Legado en los huesos llega a los cines el 5 de diciembre.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

EL ODIOSO UNO

No hace mucho se estrenó Sordo, una curiosa cinta que conseguía, con mayor o menor fortuna, trasladar el espíritu del western a la época de la Guerra Civil. Aunque en los años cuarenta la guerra como tal empezaba a quedar atrás parece que hay algo en la aridez de los campos y el clima de violencia latente que invita a pensar en el género cinematográfico norteamericano por antonomasia. Y es que es inevitable pensar en en ello al disfrutar de una película como Intemperie.
Basada en la novela homónima de Jesús Carrasco Intemperie es una particular road movie en la que un niño huye de la casa de el capataz, un poderoso terrateniente que le había adopatado, para encontrar una nueva vida en la ciudad. Lleno de recursos pero solo y vulnerable a las acciones de los adultos el niño tendrá la suerte de toparse con un rudo pastor que intentará ayudarle mientras su antiguo patrón les pisa los talones.
Tormentoso viaje iniciático en un mundo asolado por la sequía y en la que la amenaza puede ocultarse en cualquier esquina Intemperie podría ser fácilmente un western de manual o incluso una cinta de corte apocalíptico. Villanos de gatillo fácil y territorios comunes, como el pueblo de braceros del que parte nuestro protagonista o la estación de tren abandonada en la que se desarrolla el desenlace, son buenos punto de anclaje.
Pero este sería solamente el referente cómodo de una película que tiene mucho de fábula moral, con unos personajes que no tienen siquiera nombre, como mucho un apodo, y que constituye una inquietante reflexión sobre la bondad, aquella de los extraños de la que hablaba Blanche Dubois, y la maldad, esta encarnada por uno de los villanos más terribles que nos ha dado el cine más reciente. Un hombre que aunque en principio puede hacernos dudar con alguna pincelada de amabilidad (el episodio de la liebre) se revela rápidamente como un hombre sin corazón capaz de grandes bajezas morales y que oculta un secreto más terrible todavía.
Intemperie es una película que engancha gracias a unos personajes que rápidamente consiguen hacerse tanto con las simpatías como con las antipatías del espectador. Desde los personajes adultos, unos Luis Tosar y Luis Callejo que saben convertirse en unos atípicos pero poderosos ángel y demonio, al niño interpretado por el joven Jaime López que ya dió muestra de su buen trabajo en Techo y comida, sus actores consiguen con brillatez hacer real una historia tremendista de esas que conmueven al espectador y que eclosionará en un final digno del mejor western con tiroteo incluído en el que resulta fácil incluso dejarse llevar y advertir al héroe de la función de la presencia de un armado villano.
Benito Zambrano no es un lego en materias de historias de posguerra: La voz dormida es buen testimonio de ello. Y un trabajo como Intemperie es una prueba más de sus buenas formas. Una historia en la que la sombra de un pasado terrible no abandona el alma de sus personajes, pero en la que estos deciden si seguir dominados por lo que han dejado atrás.
  Intemperie llega a los cines el 22 de noviembre.