Cine y literatura son un dúo casi indisoluble, pero a la hora de presentar en el primero no ya un puñado de clásicos o superventas literarias sino la vida de uno de los padres del arte de las letras el asunto suele ser un pelín más peliagudo. Así resulta más fácil optar por construcciones casi fantásticas (Shakespeare enamorado, Miguel y William...) o combinar la biografía puramente dicha con historias ajenas (Las horas) que ir directamente al meollo de la vida de un creador literario (Truman Capote)...veamos que ocurre con Neruda.
Pablo Neruda es un reconocido poeta, pero también senador y cabeza del partido comunista. Chile, 1948. Tremendamente crítico con la dictadura de Videla, presidente en el poder Neruda, ante la imposibilidad de abandonar el país, se verá obligado a esconderse junto a su esposa, mientras sigue militando activamente y escribe poemas de fuerte cargareivindicativa. Pero tras sus pasos se encuentra el cominasario Peluchoneau, un policía joven pero inplacable que perseguirá con todos sus medios a un hombre califidado de traidor pero adorado por el pueblo.
Atípica revisión biográfica de un episodio de la vida del poeta Pablo Neruda la cinta adopta el lenguaje del cine negro para contarnos la historia de dos personajes antagónicos sin ningún nexo de unión, a los que la situación política de su país unen en un onírico juego del gato y el ratón.
Con un comienzo que pone pronto pone sobre la mesa su carácter de película poco convencional (una discusión entre políticos en el baño del senado sin perder apenas ni las formas) la película abandona pronto su vertiente más realista para convertirs en un thriller, siempre bajo la mirada y voz del falso narrador omnisciente que es el policía que sigue la pista a un Neruda que consigue convertirse en un símbolo más por la belleza y fuerza de su pluma (es más ante la perspectiva de dejarse encarcelar ante la perspectiva de un juicio que seguramente ganará o la de convertirse en un fujitivo alguno de sus compañeros de partido le aconseja la segunda ya que mientras esté en la cárcel no podrá hacer circular sus escritos) que por sus propias acciones, viviendo incluso escondido una vida regalada con la que muchos de sus compatriotas apenas si pueden soñar (como le echa en cara en un revelador diálogo una camarera en una fiesta).
Neruda no es complaciente con sus protagonistas. Es en el fondo un ejercicio de cine negro con un antihéroe que cae simpático (casi podríamos decir que hipnotiza, como en la entrevista a su exmujer o el interrogatorio al cantante) y un héroe, en realidad el villano de la función y esbirro del poder, que a veces se antoja poco humano, y que a medida que avanza la película se van volviendo más y más personajes prototípicos del cine y la literatura negra, a lo que contribuye sin duda su deudora y por otro lado hermosa estética (atención a los primeros planos de vehículos y los juegos de sombras).
Una película hermosa, con cuidada dirección artística y vestuario, y a la vez una poética reflexión sobre realidad e irrealidad en unas circustancias que están minando a todo un país,una obra que se deja contaminar por una poesía poco habitual que, sin bañar a sus personajes (por mucho que declamen con una oratoria que se revela casi forzada en la extraña realidad que habitan) pero inundando una trama que pierde realidad a marchas forzadaa a medida avanza el metraje, pero que consigue arrastrar a un espectador que se ha ido introduciendo en ella poco a poco hasta un límite que linda entre el cine y la literatura más clásicos.
Un extraño viaje con poesía e intriga, Neruda llega a los cines el 23 de septiembre
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