No nos cansamos de decir, aunque que me aspen si recuerdo quien lo dijo primero el conflicto es la base del drama. Pero si bien esto se puede aplicar muy bien a una cinta romántica en el caso del fantástico muchas veces podría decirse que un experimento que sale rana es la base del conflicto...y eso ya desde los años de nuestra siempre querida criatura de Frankenstein (eso sí el resultado puede variar en casos como que Igor sea Harry Potter, algo que increíblemente ya se ha dado), y más cuando entramos en el terreno de las inteligencias artificiales...sin ir más lejos es el caso de Morgan.
Morgan, un ser humano sintético provisto de una inteligencia generada por nanobots agrede brutalemtne a uno de los miembros del equipo que la ha creado y supervisa. De mente brillante y amante de la naturaleza ya tiene la constiitución de una joven y su acción provoca que la compañía responsable de su patente envíe a una supervisora y un psiquiatra para evaluar los riesgos de continuar con el experimento. Pero aunque todos los miembros del equipo, incluyendo la víctima, defiendan que lo suceiddo ha sido un simple malentendido la recién llegada especialista no está convencida y cree que hay algo oscuro en este ente con inocente aspecto.
Cuento de ciencia ficción con aroma fatalista Morgan es una cinta poco próciga en alardes con un arranque clásico que conecta con las distopías más oscuras en torno a la inteligencia artificial, eso sí, ligeramente alejada de los tópicos de tobots y ordenadores.
Con una puesta en escena sencilla (podríamos decir casi aséptica, algo a lo que sin duda contribuye su principal paleta de color), sin nada que evoque un futuro (o avanzado presente) excesivamente rico tecnológicamente y un buen puñado de nombres conocidos en su reparto la película tiene un arranque interesante, tras una (confusa) escena que nos muestra el incidente que ha conducido a la evaluación del prototipo llamado Morgan, que a pesar de resultarnos familiar de sobra coincide captar nuestro interés, bajo el prisma de la que es una extraña para el resto de los personajes, la experta enviada para revisar el experimento, un personaje que en el fondo resulta tan desasosegante e imprevisible como la misma Morgan.
Pero pronto la cinta comienza a adquirir el cariz no solo de un argumento con una raíz familiar sino que comienza a convertirse en una trama completamente previsible, tanto en su desarrollo como en sus (pretendidas) sorpresas hasta en el mismísimo giro final (que aquí no desvelaremos, pero a pesar de beber de ese espíritu de series del tipo La dimensión desconocida, por otro ladro completamente recomendable, no consigue ni crear impacto ni realmente sorprendernos), dejando una sensación poco catártica para la que en el fondo es una película más que sobre la inteligencia artificial sobre la inteligencia emocional, y a la que poco ayudan unos personajes que no consiguen establecer una relación empática con el espectador, restando un valor que quizás podría haber matizado un guión poco imaginativo.
Morgan es una cinta que bebe de las raíces mismas del fantástico y que en más de una escena sabe crear un desasosegante clima (el interrogarorio, la despedida de la doctora...) pero que no sabe convertirse como intenta en su segunda parte, en una buena historia de terror, tras desvelar sus mejores bazas demasiado pronto, y sin lograr que el pretendido gran giro al testo de la trama que supone la revelación final rescate el interés del espectador respecto al metraje precedente, dejándonos una cinta estéticaemtne cuidada pero extremadamente flo0ja en su guión y desarrollo, a pesar de tener muchos puntos para haberse convertido en una terrorífica fábula sobre los avances tecnológicos de un ser humano que intenta ser un poco dios.
`Pata completistas de la cinta ficción Morgan es una cinta tan correcta como anodina con ingredientes para dar mucho, peo que mucho más...
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