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martes, 6 de octubre de 2015

TROLEANDO

No sé por qué pero el terror es un género que parece pedir a gritos que experimenten con él. Desde que en el siglo pasado a alguien se le ocurrió que era una buena idea (y por una vez y sin que sirva de precedente lo era, aunque en realidad tampoco era algo tan novedoso, y si no que se lo pregunten a los responsables de Holocausto caníbal) rodar una película como si fuera un trabajo universitario, darle una estructura de (falso) documental y ponerle el nombre de El proyecto de la bruja de Blair se abrió una peligrosa caja de los truenos que contendría películas de toda clase y que nos han llevado a través de programas televisivos (Grave encounters), vídeos caseros (Paranormal activity) y trabajos de instituto (la todavía fresquita La horca), asuntos que, como supondrán, salieron bastante rana, al menos para sus incautos protagonistas. Pero con el devenir de los tiempos a cámaras y videocámaras se han unido móviles y webcams, y, no sabemos por qué esa pantalla del ordenador como la que ahora yo y los que me leéis estamos observando tiene ese puntito de cercanía empática que tanto nos gusta a los fans del terror...hace aproximadamente un año Open windows demostró que el medio daba para mucho, y recientemente también se ha acogido bajo su ala la película que tratamos hoy, hoy hablamos de Eliminado.
 Laura Barns se suicidó hace aproximadamente un año pero una noche que sus amigos están conectados chateando alguien con su cuenta se une a la conversación. Desconcertados en un principio, pensando que podría tratarse de una clase de virus, estos inrentan solucionarlo pero poco a poco descubren que una amenaza se cierne bajo el nombre de su difunta amiga y parece capaz de ponee a prueba su amistad primero e incluso en peligro sus propias vidas a continuación.
Eliminado nace de una curiosa premisa. Sin ser, como hemos visto, una propuesta totalemnte original, la cinta nos reduce durante la práctica totalidad del metraje a un único y subjetivo punto de vista en tiempo real, el de la pantalla de un portátil, para contarnos la aterradora historia de un grupo de adolescentes que se enfrentan a un desconocido que parece querer acabar con ellos uno a uno a raíz del suicidio de una amiga común.
Con un punto de partida bastante ambiguo, sin saber si en un principio nos enfrentamos a una persona real que entroncaría la cinta con el slasher (las muertes, que las hay, dejan abierto mucho margen, y hasta el final no veremos a su responsable) o a un ente sobrenatural, tal y como parece anunciar el artículo que vemos casi al principio de la cinta sobre el peligro de contestar a los mensajes de los muertos (Ghost tweet...no suena mal para un título de película...directo a vídeo, eso sí) y que parece ponerlo en una sintonía más cercana al cine de terror japonés (ahí está la muy recomendable Kairo, Pulse para los amigos occidentales), su premisa, habitual en el terror, resulta inicialmente interesante, pero su medio, el del ordenador, su original gancho, contribuye notablemente a restar ritmo a una cinta que a pesar de su brevedad tarda bastante en despegar, mermando el interés de un espectador que se enfrenta a inacabables escenas de redacción de textos y cliqueo de ventanillas.
Con unos personajes con los que cuesta notablemente empatizar, principalmente por la frialdad qeu demuestran enrre ellos (por mucho que lloresn y moqueen a los supervivientes parecen importarles muy poco los compañeros que ya han caido) y la falta de sentido común que parecen mostrar (ni uno solo decide colgar y buscar la ayuda de una persona física, ni siquiera dejar su vivienda...todos se quedan ante la pantalla hasta el final, esperando caer como moscas) la cinta pronto pierde el interés que había ganado en un principio, y nos deja argumentalmente otra historia más de adolescentes que no hicieron y no hacen lo que deben, y que por ello en la más rancia tradición moralista son castigados, eso sí, a través de las redes sociales (al villano, llamemosle así solo le falta hacerles un unfollow), dejándonos una historia completamente típica con un lenguaje nuevo, pero que francamente daba para mucho más.
Una propuesta muy original con puntos de interés lastrada por su falta casi total de ritmo y empatía, una breve curiosidad para completistas.

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