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martes, 19 de febrero de 2019

NOTA MENTAL QUERIDO WATSON

Resulta llamativo que el mejor gag de una comedia sea precisamente el que la abre. Como no me gusta destripar ni películas ni adelantar acontecimientos (aunque tal vez podría señalar que esa frase, con el remate de donde precede está a la altura del "viejo proverbio klingon" de Kill Bill vol.1) mejor recapitulemos. Sherlock Holmes, el detective por antonomasia (y no diré el padre, porque tal honor creo corresponde a un tal Poe y su legendario Monsieur Dupin) ha sido un personaje de los que han hecho grande el cine, y como tal, al gual que otras creaciones de altura como Drácula o el Doctor Jekyll, objeto e inspiración de numerosas parodias y comedias, incluyendo películas tan deliciosas como La vida secreta de Sherlock Holmes. Pues bien, Holmes & Watson juega en otra liga.
(Sí, en esta película solo
falta que la Reina tenga
faltas de ortografía...)
Nominada a seis flamante razzies este nuevo acercamiento a una de las parejas inmortales del imaginario colectivo reune nuevamente a los protagonistas de Hermanos por pelotas, Will Ferrel y John C. Reilly  (y de paso en una curiosa continuidad a sus dobladores en aquella, Santiago Segura y Florentino Fernández) bajo la batuta de Etan Cohen (ojo NO Ethan Coen, de los Coen de toda la vida) en una aturullada comedia capaz de meter a la Reina Victoria en el Titanic y a Mark Twain en la cama de la Señora Hudson
Un despropósito en el que no faltan ni los chistes de fluidos, ni la comedia física tipo elefante en cacharrería (ah...cada día te echamos más de menos, Leslie Nielsen) ni alguna coña flojilla a costa de la política actual de los States (como ese fez con el texto "Hacer Bretaña grande otra vez" o alguna referencia a cierto mandamás), y en la que en medio de numerosos chistes sin gracia, guiñitos a las entregas de Guy Ritchie incluidos, echamos de menos un poquito de sentido del ritmo.
Tampoco se puede decir que todo en el resultado total de una película que se nota que aspiraba a mucho más es desdeñable. Sorprende una cuidada dirección artística y vestuario, así como una canción muy bien ejecutada en el momento álgido de la trama (por favor un musical ya...con un guión decente, si no es mucho pedir). Pero lo más destacable son sus secundarios, con un Ralph Fiennes a la cabeza con gran presencia o un Hugh Laurie que nos recuerda a sus buenos tiempos en la muy recomendable serie La víbora negra (para el que le suene algo aquella en la que Rowan Atkinson era el payaso listo y Laurie el tonto a lo largo de los grandes episodios de la historia de Inglaterra), todos más desaprovechados de lo que podría esperarse. Aunque siempre nos quedará esa sorpresa de encontrar a Billy Zane de nuevo a bordo de cierto barco ante el que los propios personajes no pueden menos que exclamar "¡Anda! es el malo de Titanic".
Holmes & Watson es una de esas comedias que si bien en más de un momento pueden arrancar una sonrisa son fácilmente olvidables. Cintas a las que les cuesta menos hacer chistes repetitivos sobre el onanismo (y eso que el tema ha dado grandes gags...ahi está Algo pasa con Mary) que sacarle el jugo (no, esto no va con segundas) a la flema sherlockiana. Una película de esas recomendables para ver con amigos en según que estados de excitación pero a la que, en más de un momento, le queda grande la definición de comedia.


 Holmes & Watson llega a las pantallas españolas el 22 de febrero.

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