Existen directores que con una serie de títulos relativamente pequeña han sabido labrarse un hueco en el corazoncito de los aficionados. Entre ellos no puede menos que figurar Don Coscarelli, el padre del hombre alto...sí, con dos años de retraso y tras su paso triunfal por varios festivales llega John dies at the end.
Es complicado hablar de este comedia de acción sobre una pareja de cazadores de demonios que se enfrentan a un apocalipsis interdimensional con la única ayuda de una droga que les permite comunicarse con los muertos (entre otros factores). Nos encontramos ante una cinta muy potente visualmente y de un ritmo enloquecido ( y no es lo único enloquecido que tiene) con un guión que en muchas ocasiones se nos antoja una sucesión de gags visuales (el demonio de congelados, el bigote volador) pero que sin embargo saben interconectarse con un sentido sorprendente (más mérito en una película en que la palabra sentido parece haber saltado por la ventana)...el problema está en si el espectador está dispuesto a comulgar con este tipo de humor (a veces parece remitirnos a las partes más descacharrantes de Dogma de Kevin Smith), pero si lo hace nos encontramos ante una cinta llena de momentos míticos, como la narración del origen de los cambios en la dimensión paralela o la compra del perrito caliente, que no duda en apostar en ocasiones por un humor más o menos escatológico ( como la transformación del pomo de la puerta en...mejor véanlo ustedes mismos) pero siempre absurdo, con la coartada de que la mayoría de los sucesos vienen propiciados por el consumo del protagonista de la droga "salsa de soja", aunque si bien parece no únicamente inducidos por esta, como parece demostrar su primer enfrentamiento con el demonio del sótano, en una película que no deja de ser un alucinante viaje psocotrópico (valga la redindancia) que da un pasito más allá....una auténtica fiesta para los cerebros más divergentes. Se agracece además un final (primer final que después hay otro que deja muy claras las intenciones de los protagonistas) que a pesar de tener sorpresita no invita tanto a replantearse el resto del film..o será que nos estamos inmunizando. Y para el recuerdo especialmente sus primeros cinco minutos que nos abren el camino al resto de la cinta (casi diríamos el tercer ojo) con un momento casi zen de la talla del árbol que cae solitario en el bosque (¿hace ruido o no hace ruido?) pero con un punto que lo convierten casi en lo mejor de la película (una pena como también pasa en la reciente Relatos salvajes que deja lo mejor...para el principio). Un delicioso caramelo de soja...si se atreven a degustarlo.
La locura llama a tu puerta...tú decides si le abres.
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