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martes, 25 de noviembre de 2014

MISTERIO EN LA MARISMA

El cine estadounidense inunda nuestra carteleras...ante tal aluvión no es difícil encontrar un espejo en el que mirarse cuando vemos cines de otras nacionalidades incluyendo la de estos lares...pasó con El niño, pasó con Rec 4 y por supuesto pasa con la que puede ser un éxito en los próximos Goya...y si no al menos está aguantando en cartelera bastante más que la media...hoy hablamos de La isla mínima.
Nuestra cinta nos enfrenta a uno de esos clichés a los que tan bien nos tienen acostumbrados, la investigación de unos horribles crímenes (la desaparición de unas adolescentes que, como intuimos desde el comienzo, han sido asesinadas) por una pareja de policía de talante muy distinto en un terreno hostil, pero si bien este es un terreno conocido el espacio no lo es tanto, ya que no estamos en la América profunda sino en el sur de la península. Partiendo de una original concepción visual ( no sólo la estupenda fotografía sino esa opción de incluir unos abstractos planos aéreos que empequeñecen a nuestros protagonistas frente a la inmensidad de las marismas de Guadalquivir), así como optando por ambientar la película a principios de los 80, con los matices políticos y prácticos que conlleva (la ausencia de gps y móvil vuelven más inhóspito el terreno) la película se revela casi una vuelta a los orígenes del género, con esos policías que sobonan o pegan primero y preguntan después en una investigación en la que hay que mancharse, y mucho, las manos. Es curioso además como una cinta que se encuadra perfectamente en una zona y períodos concretos que no harían ni por asomo confundirla con el cine negro americano nos remita continuamente a este, incluyendo elementos de corte lynchiano de una sutileza que no la alejan en ningún momento del sucio realismo de la cinta, de taberna y feria ambulante, con las escenas del pájaro (sueño diríamos con su luminosidad limpia frente a la suciedad del resto del metraje) o el ambiguo personaje de la vidente (dénle un leño a esa mujer, por favor), y que no dejan de ser una muestra perfecta de como se puede integrar lo local  y lo universal, en un viaje que nos lleva más a explorar en ls psique de unos personajer fuertemente influidos por su enterno que a realmente plantearnos la resolución del misterio, que más lejano se torna cuando más avanza nuestro conocimiento de las marionetaa que lo habitan.Sí, es algo que también hemos visto otras veces pero sin duda es cine de ese amargo que nos alegra el día, y es que en muchos matices una cosa no quita la otra.
¿Puede combinarse una cinta rica en localismos con un rico sabor americano? La isla mínima y sus actores en estado de gracia así lo confirman, para disfrutar.

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