Dos hombres. Una carretera. Media neurona. Este podría ser el resumen de una saga que ya cumple veitne años y que ha decidido volver cuando menos se esperaba (sí, hay una precuela de la que, por suerte, pocos se acuerdan). Sí, hoy hablamos de Dos tontos todavía más tontos (el título debe ser una metáfora de como te sientes tras pagar la entrada).
Recapitulemos. Harry y Lloyd, dos amigos con intereses culturales comunes, partieron en uno de esos viajes más grandes que la vida misma para devolverle una maleta al amor platónico del segundo, a la que apenas había visto unos minutos, y se vieron envueltos en una orgía de violencia con malos resultados especialmente para el reino animal. Buena selección de banda sonora, buen ritmo y algún chiste de antología (al salto desde la escalerilla del avión y el periquito decapitado me remito) hacían de ella una tontería pero a mucha honra.
Pero ahora ha llegado la secuela, que ha decidido tomar algunas de las marcas de la casa como el carácter de road movie con un desfile de vehículos impresentables (no a la altura de la minimoto de la cinta inaugural pero vuelve la perroneta o como la hayan querido llamar), el acto final en un ambiente en el que los protagonistas claramente desentonan (aquí una convención de genios), el recurso de los desmadrados sueños despierto (que cada vez más parecen fruto del estilo de la saga "como puedas" pero con menos estilo...aquí hay hasta ninjas) o los chistes a costa de animales (el gato y los loros...un plus para el homenaje de la cacatúa a Marlon Brando), algo habitual en la filmografía de los Farrelly (el perro de Algo pasa con Mary, la vaca de Yo, yo mismo e Irene, con un a Renée Zellweger de antes de su mutación...). Pero también se han dejado en el camino el ritmo y la relativa originalidad de la primera (recoge a mi juicio mejor su "espíritu" Hermanos por pelotas, otro film con una pareja de genios que se enfrenta a la ardua tarea de madurar), creando una cinta que debe demasiado a la original y en exceso inconexa...sí, hacen lo de siempre, pero ya no funciona, en parte por un abuso de elementos irreales (sí en la primera eran cosas tontas pero posibles, pero el chiste del gato drogado, guiño a Breaking bad incluído o el del camuflaje, que por cierto destripan en el tráiler, ya se salen del tiesto). Nos quedan "para el recuerdo! la acertada elección para el papel de Kathleen Turner y algún buen chiste (incluso más fino de lo que nos tienen acostumbrados, como la réplica de un personaje al solicitarle esta última la entrada para la convención a cambio de sus favores sexuales o el nuevo modo de viajar con bici en un autobús) pero el conjunto ha conseguido algo que no sabemos si pretendía: convertir por contraste a la primera en una obra maestra del humor.
Para amantes de la comedia tontaca sin muchos reparos...quedense hasta el final de los créditos que hay sorpresita.
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