Translate

miércoles, 16 de julio de 2014

EL ATAQUE DEL HOMBRE BETA

Precedida por numerosos premios y pocas pistas por fin llegó...exhibiéndose en un único cine de Madrid (además lleno hasta la bandera...creo que éramos diez. En otras ciudades no me quiero ni imaginar). Ante tal multitudinario estreno de la ganadora de Sitges 2013 hoy hablamos de Borgman.
Con un comienzo enigmático qur enseguida engancha al espectador (un puñado de extraños hombres que se ocultan bajo tierra en una suerte de zulos indivuduales son perseguidos por otros tres hombres armados hasta los dientes, uno de ellos sacerdotes) la película se revela pronto como una suerte de home invader poco común. No, no es uin personaje enmascarado que se introduce en un chalet a golpe de machete, sino que poco a poco se introduce en la vida de sus víctimas poco a poco, valiéndose de su ingenio y su capacidad para motivar compasión, logrando su plena inmersión cuando más a cara descubierta (o afeitada debiéramos decir) va. Frente a gente como Los extraños o los asesinos de You're next Borgaman se mueve más en el terreno de individuos como el instalador de antenas de Un loco a domicilio (The cable guy) o la niñera de La mano que mece la cuna, generando un clima malsano en la familia que le acoge que en algún momento casi nos remite a esa marcianada que es Canino (esa obra de teatro del final). Pero ¿quién es Borgman?. ¿Es un loco, que afirma que sólo quiere jugar? ¿es un indigente amante de los baños? ¿es un mafioso de baja estopa, con ese extraño grupo que cumple ciegamente sus órdenes? ¿o acaso es un ser sobrenatural, un íncubo capaz de meterse en los sueños de la gente y manipular sus pesadillas?. En una cinta que en ningún momento renuncia a la ambigüedad, concepto que administra de modo muy inteligente, nunca nos quedará claro, y un final que nos recuerda ligeramente a The woman, huyendo de las espectaculares confrontaciones finales propias del género, no ayuda en absoluto, dejándonos con más incógnitas de las que había en un principio.
La película nos deja un buen puñado de buenos momentos, algunos casi (el destino de los cadáveres del jardinero y su esposa) o totalmente oníricos (los sueños de Marina, en los que la posición de Borgman nos remite al cuadro La pesadilla de Füssli), creando un conjunto que no renuncia en ningún momento a la sorpresa si bien en ocasiones pierde un poco de ritmo...sin ser perfecta ni aportar nada al género, una cinta que merece la pena, con mucha imaginación y buenos destellos de humor negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario