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martes, 22 de julio de 2014

CHORREANDO

Hay peículas buenas, malas y regulares. Hay películas terroríficas, divertidas y emocionantes. Y hay películas que uno no sabe muy bien por donde cogerlas...esas palículas del tipo "Me reí mucho...pero no era una comedia". En este último grupo encuadra este pequeño clásico del slasher prehistórico. Antes de Jason, antes de Myers, antes de Krueger (pero después de Norman Bates, todo hay que decirlo) estaba Fuad Ramsés y su Blood feast (1963)
Película de sangrientos crímenes con un tufillo de serie de los sesenta o de teatro filmado (a veces sólo le fasta tomper la cuarta pared) la cinta cuenta la investigación por parte de una pareja de policás sin muchas luces de una serie de sangrientos asesinatos que parecen tener pocos nexos en común (al menos para ellos, hasta que al final a uno se le enciende la bombilla y la resolución cae solita pos su propio peso). Blood feast es una película curiosa,. muy sangrienta haciendo honor a su título (especialmente para la época), con una estética cuidada qu torna el film noir film multicolor (los colores de los vestidos, el tipo de coches y decorados, destacando el motel de uno de los asesinatos o la tienda del asesino, digna de la versión cutre de la Perdición de Billy Wilder), actores sobreactuados (alguno se esfuerza más que recitendo el monólogo del Marco Antonio shakesperiano) y giros...llamémoslo inexperados. Pero sobre todo brilla la figura de Fuad Ramsés, el psicópata cojo (pero que bien sube los muros oiga) dueño de una tienda de catering exótico (así en plata) que usa como tapadera para sus malvados planes. De mirada inquietante (visto por unos cuantos los testigos solo hablan de sus ojos...), sin apenas pestañear (nos recuerda a alguien cuyo nombre no mencionaremos aquí), escritor de bizarros tomos sobre ritos antiguos y adorador de Ishtar (que los quionistas debieron pensar no tenía bastante caché como divinidad babilónica y la convirtieron en egipcia, que les gusta a todo el mundo... para eso podían haberse inventado ellos una diosa nueva), cuya efigie atesora en la trastienda (Puro maniquí del Sepu pintado con purpurina...muy perturbador). Sus situaciones bizarras (el intento de asesinato de Suzzette, la hipnosis durante el encargo de la fiesta), rebuscados diálogos (la explicación de como se dedujo quien era el asesino), su "espectacular" persecución final y sus impagables escenas gore la convierten en un film inolvidable...si no se toma en serio. Divertidísima, para ver con amigos
Así que si quieren descubrir la nueva dimensión del esperpento una cinta para no perderse...y que dió para un par de pseudosecuelas.

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