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jueves, 14 de marzo de 2019

SYFYEANDO 2019

Tras el arranque con la superheroica Capitana Marvel el viernes 8 a primerísima hora de la tarde podía considerarse el auténtico arranque de la Muestra SYFY pura y dura.
La sobremesa comenzó con In fabric, un peudogiallo británico en los que el mal reside en unos grandes almacenes entre cuyas paredes sus clientas pueden adquirir un elegante vestido rojo que guarda más de un secreto. Inclasificable comedia (de sus parámetros entre voluntaria e involuntaria en ocasiones se podría hasta dudar) que quizás podríamos definir como Suspiria en el Primark se trata de una película con una estética única, tanto en puesta en escena como en vestuario, con unos (y a veces indescifrables) diálogos de antología ricos en matices absurdos y una curiosa reflexión sobre filias en todos los ámbitos, aunque sin duda nos quedamos con los relativos al campo de las lavadoras. Una de esas películas de las que todo lo que se diga queda corto...es indescriptible, y con final de corte hammeriano y todo.
A continuación se proyectó una de las primeras cintas confirmadas de la muestra, Elizabeth harvest. Film. De arranque terrorífico, con aroma a siniestros cuento de hadas Elizabeth harvest encuentra pronto su camino, sin renunciar a toques de slasher, en el reino encantado de la ciencia ficción, con ecos a la muy recomendable Ex machina, pero por derroteros muy distintos. Sin embargo un ritmo excesivamente irregular, que se mueve entre la parsimonia y el exceso de información de sopetón en determinados momentos de la película restan fuerza a una película que tiene muchos ingredientes para convertirla en una obra más que recomendable, y hasta se le perdona alguna revelación digna de un culebrón de tarde que chirría con su cuidada puesta en escena.
Pero ¿qué sería de toda Muestra SYFY sin una película de venganzas?. Antaño estas propuestas solían llegar de Corea pero en esta ocasión llegan, cual detergente, del futuro. Upgrade es la odisea de un hombre que tras perder a su esposa y quedar parapléjico en un atraco recibe una segunda oportunidad a través de un chip experimental que le permite volver a la normalidad...así como por sorpresa le otorga nuevas habilidades, que usará para encontrar a los culpables. Entretenidísima cinta de acción que a los más veteranos les recordará a El coche fantástico (aunque parece que eso de "no puedo hacerlo Michael" en este caso queda fuera de la ecuación) con buenos giros, incluyendo revelación final esta película es una auténtica carrera sin frenos que sabe salir airosa hasta en los momentos más arriesgados y que se convierte en una de esas propuestas que ningún amante de este tipo de cine debería perderse.
 A última hora se incorporó al programa de la muestra, como alternativa a la comedia El año de la plaga, la japonesa Gintama, tras la proyección del premiado y muy recomendable corto Cerdita. Basada en un manga de éxito esta mezcla de cinta de aventuras y comedia absurda, con ese tipo de humor que entusiasma a los fans del género y a aquellos que todavía añoramos Humor amarillo, es una película que sorprende y sobre todo entretiene, con chistes a costa de clásicos como One piece o Dragon Ball, y un espíritu afín a otros como Bobobo. Aunque pierde algo de fuerza en su batalla final Gintama es una gozada de principio a fin aunque tal vez aquellos que no sean amantes del anime o el manga (en general, no aquel en que se basa esta cinta que reconozco desconocía) se aburran un poco más de la media.
Gintama podrá verse en los cines Palacio de la prensa a partir del 14 de marzo.
Y para finalizar la jornada nada mejor que una racioncita de gore...y su nombre Puppet master: the littlest reich.
 Continuación de la saga original este delirio sobre marionetas nazis que se abre con unos hermosos créditos de animación es un festival gore para paladares exigentes, con escatológicas escenas de auténtica fantasía y un envidiable sentido del ritmo. Una película de premisa sencilla y personajes carismáticos, como ese oso amoroso (literal) que descubre la parte más desagradable de intentar ser un héroe, de esas que se agradecen de madrugada y con ganas de cachondeo. Y con un reparto de secundarios sorprendente.
El madrugón  (tras una sesión que acabó a las dos y media pasadas) dolió menos gracias a la matinal con ese pequeño clásico que es La familia Addams.

 Tras la pausa de rigor Compulsión llegó para amenizar la tarde. Pero este film de prometedor arranque se quedó en un cúmulo de zooms y otros manierismos visuales poco adecuados para colmo para la hora de la siesta. Una historia que habría ganado como corto, sobrándole, a pesar de su brevedad y su remate gore, mucho metraje.
Prospect, intimista fábula de ciencia ficción continuó la tarde con una cuidada puesta en escena y fotografía, pero con una trama que iba perdiendo fuelle a medida avanzaba, merced a un ritmo irregular y alguna escena casi sonrojante. Una película que no pasará a la historia del fantástico, pero que nos deja escenas tan hermosas como la del campamento de noche.
Pero sin duda de las más esperadas era Dragged across concrete. Un buen reparto lleno de caras conocidas es la mejor carta de presentación de esta trama de atracos y corrupción, pero a pesar de un gran punto de partida la cinta se convierte pronto en un cúmulo de repeticiones y muletillas (esos porcentajes) que la convierten en una suerte de Tarantino descafeinado que roza las tres horas de metraje y que se obstina en darle un poso dramático a todos y cada uno de sus personajes que resulta superfluo. Y para rematar todavía nos preguntamos qué tenía de cine fantástico.
La polémica de la muestra tenía un nombre: Assassination nation (Nación salvaje).
Cruda reflexión sobre el poder de los medios en la era de la red omnipresente nos encontramos ante una de esas películas que plantea un debate interesante con imágenes tan hermosas como perturbadoras. Ácida y violenta la película tarda en arrancar, pero una vez encauza la historia de sus jóvenes protagonistas, entre la madurez mental y la inconsciencia absoluta, nos encontramos ante una cinta tan interesante como sorprendente.
Assassination nation llega a los cines el 29 de marzo.
Pero lo mejor del día se hizo esperar...se trataba de la aplaudida cinta One cut of The dead.
Metacine zombi con un ingenioso giro a mitad de su metraje la película tiene una primera media hora divertida y voluntariamente torpe para convertirse después en un auténtico caramelo para cinéfagos del que mejor no desvelar mucho y que pone patas arriba la película hasta el momento. Imprescindible para los amantes de la comedia terrorífica, un placer de inicio a fin con un remate de antología.
Ojerosos llegó el momento de retirarse...eran ya casi las tres de la mañana, pero el día siguiente abría con ganas de animación, con la cinta francesa Dililí en París.
Cinta infantil con intrépida protagonista y un delicioso diseño que combina animación con imagen real la película constituye una hermoso quién es quién de la Belle epoque con numerosos guiños al arte de la pintura, pudiendo descubrir en segundo plano a un buen puñado de viejos conocidos. Lástima un guión más convencional de lo esperado con, eso sí, uno de los villanos con plan más bizarro del último cine para niños. Ideal para los más pequeños, con su mensaje de igualdad (chocando un poco con su obsesión por la moda), aunque los adultos quedamos más deslumbrados por su original estética.
Pero el cuerpo siempre parece pedir mas cine de animación, y Quiero comerme tu páncreas se presentó dispuesta a saciarnos. A pesar de su título y su nacionalidad nipona no nos encontramos ante un bizarro experimento gore sino ante el lacrimógeno amago de romance entre una popular estudiante, enferma terminal, y un marginado compañero de clase. De esas películas que nos hacen plantearnos, y más tras disfrutar de Assassination nation, si los adolescentes japoneses están hechos de otra pasta, la cinta es un auténtico viaje sentimental delicadamente animado, sin huir de los tópicos (hasta fuegos artificiales hay) pero con más de una sorpresa. Una típica historia de amor adolescente con trasfondo siniestro pero que constituye todo un canto a las ganas de vivir.

A pesar de que la muestra SYFY nos ha acostumbrado ya a historias poco convencionales si hay una este año que puede ganarse este año el título de marcianada con mayúsculas esa es Diamantino. Ciencia ficción a la portuguesa protagonizada por un astro del fútbol de pocas luces y tendencia a las visiones con perrillos pequineses tamaño Godzilla la película cuenta como este se ve envuelto en los oscuros planes de un partido de ultraderecha, defensor de la creación de un gran muro para separar Portugal del resto de Europa, que pretende clonarlo. Sorprendente y con un ácido sentido del humor que en ocasiones no llega a sobresalir del todo merced a un protagonista, muy similara a cierto futbolista que por nuestros lares nos suena bastante, más digno de lástima que otra cosa y a un ritmo irregular que va de la comedia pura y dura al drama esperpéntico, falsa monja incluida.
Si hay un género que no puede faltar nunca en una muestra ese es el terror, y más en una de sus formas más básicas, la de los home invaders. Hell is where the home is es la historia de dos parejas de amigos (al menos ellas) que se encuentra en el lugar equivocado, una moderna mansión de alquiler en medio del desierto, en el momento equivocado. Con algún punto interesante como esa sospechosa vecina que viene a pedir un favorcito y se toma cuatro o esos enmascarados cuyas máscaras nos remiten al terror de las mafias mejicanas la película resulta más convencional de lo que pretende, aunque no deja mal sabor a los enamorados del género, que todavía pueden sorprenderse con algún personaje de doble cara.

Y con esta ya solo quedaba el turno de la cinta de clausura que en este caso sería de la anunciada Escape room...de la que hablaremos más adelante. Ha sido una muestra muy variada en la que tal vez se ha echado de menos un poquito más de terror pero que deja con ganas por la que esperamos llegue el año que viene ya por 17º año consecutivo. 


1 comentario:

  1. Coincido 80% en todas las que vi, aquí y en Sitges. Jejeje y la mayor decepción Craig Zahler

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