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martes, 5 de marzo de 2019

ATRACO A LAS CUATRO

Antes de meternos en harina conviene aclarar un par de detalles. 70 binladens como tal es un título llamativo donde los haya, pero, y tal como se explica al comienzo de la película, es el término empleado para referirse en argot a la nada desdeñable cifra de 35.000€. O lo que es lo mismo 70 relucientes billetes de 500€. Aunque en este thriller de atracos no es, como podríamos haber pensado al conocer su sinopsis, la cifra del botín, sino algo muy distinto: la cifra que necesita Raquel (Emma Suárez) para no perder la custodia de su hija. Y en pleno proceso de solicitud del crédito que precisa se encontrará cara a cara con una pareja de delincuentes dispuestos a amargarle el día...solo que Raquel tiene muchos más recursos de los que aparenta.
70 binladens es una de esas películas que tienen un gran arranque. Una mujer en un momento límite, en plena cuenta atrás para recuperar a sus hija, y un golpe del destino que la coloca en una situación todavía más límite, en medio de un atraco que comienza rutinariamente pero que pronto se revela, tras la muerte de un personaje que parecía iba a dar mucho más juego a lo largo de la trama, como firme candidato a baño de sangre.
El espectador se encuentra ante una cinta en la que no tiene que dar nada por sentado. Detalles que se nos pueden antojar absurdos en un comienzo pueden ser clave de cara al desenlace, y personajes a los que creemos conocer ocultar una as en la manga. Pero sobre todo es un duelo en toda regla entre dos actrices, una salvaje Nathalie Poza heredera del cine quiqui licenciada en la universidad de la calle, y una aparentemente sosegada Emma Suárez que por suerte consigue encontrar en el equipo de negociadores un oído atento a descubrir que en una serie de exigencias puede ocultarse un secreto...y no revelaré más de una cinta que tiene en su capacidad de sorprender tanto una gran baza como un equeño handicap.
Así podríamos hablar de una extensa primera parte, la que se mueve prácticamente en la regla de las tres unidades manteniendo como escenario la sucursal bancaria, que consigue mantener en todo momento el interés del espectador con un gran sentido del ritmo y algunas pinceladas de humor cañí ( de ese que no desentonaría en el cine de Álex de la Iglesia, que aquí ejerce labores de productor) que le sientan francamente bien, como esos ertzaintzas que parecen más preocupados por el partido de fútbol que otra cosa o ese director bancario capaz de casi cualquier cosa por una indemnización. Pero cuando está todo el pescado vendido y este juego de gato y ratón ha dejado buen sabor de boca la cinta, como sus personajes, oculta mucho más. Retorciendo una vez más la trama la película intenta revisar varios de los momentos clave de la misma en un ambicioso giro que, más que aclarar las cosas, nos deja casi en tinieblas y que no beneficia al resultado de una película que ya nos había satisfecho.
70 binladens es un film de ejecución eficaz, con ecos del cine de los 70 (atención a esa banda sonora) y un buen reparto (además de sus dos protagonistas sorprende un Hugo Silva en su papel de yonqui enamorado) pero que no puede resistirse a pecar en más de un momento de ambiciosa, aunque su frenético rirmo hace que esto hasta se le perdone un poco. Un thriller fresco, rabiosamente entretenido, de esos que esperamos lleguen más de manos del cine español.
70 binladens llega a las pantallas el 8 de marzo.

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