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viernes, 22 de marzo de 2019

PINTANDO VIÑETAS

Se ha heho desear Caravaggio. La gracia. Tras casi cuatro años esperando la continuación de Caravaggio. El pincel y la espada la obra de Milo Manara dedicada al pintor italiano ha llegado para cerrar el díptico de la vida de uno de los artistas más conocidos del Barroco.
Con un dibujo en la línea a la que nos tiene ya acostumbrados y que nos puede recordar a su anterior los Borgia (con guión de Jorodowsky), poblado de hermosas secundarias y con una buena integración de las pinturas del artista (más que correcta la elección del color) esta nueva y definitiva entrega se une a toda una serie de biografías de pintores en formato cómic que ya hemos podido disfrutar de la mano del catálogo de Norma editorial (como Rembrandt de Typex, Picasso de Oubrerie o Monet. Nómada de la luz de Rubio y Efa, a las que se une por derecho propio la fantasía Picasso en la guerra civil de Daniel Torres), con el punto original de que se trata de una de las pocas de artistas previos al siglo XIX.
Aprovechando las numerosas lagunas en nuestro conocimiento de la vida del artista Caravaggio. La gracia se aproxima al tebeo de aventuras, con la continua huída de un protagonista cuyo talento parece ser mejor arma defensiva que su (sin embargo excelente) uso de la espada, sin renunciar a alguna escena erótica marca de la casa, aunque quizás con menor voltaje del habitual en el dibujante italiano.
Caravaggio. La gracia es un bien documentado visualmente viaje al tiempo de Caravaggio (pasajes sicilianos, como el de la cueva la oreja de Dionisio, están recreados con fidelidad e inteligencia) pero es más un cariñoso homenaje al intrépido artista que una fiel visión de su vida. Un tebeo para disfrutar para los amantes del Manara más atípico y aquellos a los que les gusta descubrir como las bellas artes canónicas lidian con el noveno.

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