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lunes, 23 de febrero de 2015

OSQUEANDO

Anoche fue una noche aciaga para Batman. Tanto Michael Keaton, el hombre murciélago timburtoniano, como Everithing is awesome, la canción de La LEGO película, en cuya trama y número musical en la gala, tenía importante peso, se fueron de vacío en la ceremonia de los Óscars a cuya retransmisión en los Callao City Lights (Cines Callao de toda de la vida para los amigos) pudimos ver la pasada madrugada (tras más de dos horas de cola, pero con refresco y palomitas por cuenta de la casa, lo cual se agradece sobremanera). Tampoco tuvieron muchas suerte otros superhéroes de la casa rival, Marvel, cuando las correspondientes entregas del Capitán América y Los guardianes de la Galaxia se vieron relegadas en las categorías en las que estaban nominadas...pero por supuesto esto no fue todo en una noche en que Birdman y El gran hotel Budapest, con el permiso de Whiplasth, se quedaron con todo lo gordo. Ahí vamos.
 Planteada en un inicio como una lucha sin cuartel entre Birdman y Boyhood, que en su momento había sido la gran triunfadora de los Globos de Oro, la gala empezó con lo mejorcito de la noche, un número potagonizado por el anfitrión, Neil Patrick Harris, al que se siumarían Anna Kendrick , repitiendo su rol (y traje) en la también nominada en varias categorías Into the woods, y un más roquero Jack Black que acabó casi recibiendo un zapatazo, en el que cantó, bailó, jugó en un precioso efecto con sombras familiares y se coló gracias a la magia del croma en películas como Ghost, La guerra de las galaxias o Los Vengadores, y todo acompañado por un cuerpo de baile en el que no faltaron ni stormtroopers (como diría uno de los tristemente fallecidos el pasado año "No hemos reparado en gastos"). Sólo volvería a brillar, y no tanto, en un breve gag en el que el actor de Mil maneras de morder el polvo se vió inmerso en el mismo problema que el protagonista de Birdman (con un toquecillo de Whiplash) y que le llevó a aparecer en el escenario sin esmoquin amén de otras prendas...yo la verdad me quedé esperando algo similar relativo a otras de las facvoritas por parte del señor Harris, pero sólo hubo espacio para algún chascarrillo más (me quedo con el relativo al vestuario de una de las ganadoras, rico em pompones, o la alusón a los extras que rellenan los huecos de la sala) y un presuntamente gran final mágico que quedó algo más descafeinado de lo esperado.
¿Y en medio qué? Premios y más premios, con unos discursos reivindicativos bastante acertados y un momentillo de locura en el caso de los galardonados por el mejor guión adaptado y mejor actor ( un Eddie Redmayne eufórico hasta extremos estratosféricos y al que en vez de darle por llorar le dió por reir)....así como un momnto pelín chocante cuando el triplemente premiado Alejandro González Iñárritu habló de sus "calzoncillos de la suerte".Y hubo para todos, o al menos para casi todos con las excepciones de la muy recomendable Foxcatcher o la magnífica Mr. Turner (que se fue de vacío en las que eran todas categorías técnicas ante El gran hotel Budapest que literalmente arrasó en este campo), hasta Interstellar, una de las grandes olvidadas, se llevó la pedrea en forma de Mejores efectos especiales (de Perdida mejor no hablo, que su olvido parcial me duele, pero habría sido curioso si hubiese ganado en una de las pocas nominaciones que arañó, perdonen el medio spoiler, ver en el escenaro juntos al presentador y a Rosamund Pyke, después de lo que le hace en esta cinta...). Y un pleno en categorías de animación para la Disney, que aun siendo apabullante a nivel formal, triunfó como película de animación en unas nominaciones que habían olvidaddo descaradamente la maravillosa la LEGO película, que se tuvo que conformar con un número musical en el que se regalaron estatuillas de bloques a otros que tampoco llegarían a llevárselo.
Y por supuesto todo aderezado con momentos clásicos como el minireportaje de los premios honoríficos, ahora Premios Gobernador (una pena su destierro en las últimas galas y más un año como este en que se lo han llevado entre otros Maureen O'Hara o el maestro Miyazaki), el recuerdo de los fallecidos este año o las interpretaciones de las nominadas a la Mejor canción, entre la que destacó, incluso antes de alzarse con el premio, un Glory de Selma, que era puro musical, y de los caros. Por supuesto no podemos olvidar la brillante interpretación de Lady Gaga de algunos fragmentos de Sonrisas y lágrimas, homenajeada en su 50 aniversario (que se dice pronto)...claro que una se pregunta ¿Tienes a Lady Gaga, y una película con monjas y nazis, y sale esto?...quedó precioso pero algo falla aquí, nos han dado el cambiazo.
En resumen una gala correcta, con premios muy repartidos, y que difícilmente quedará para el recuerdo como muchas otras. Además dejó para el olvido los que habrían sido los premios más merecidos de la noche, el de maquillaje para el maquillador de Uma Thurman y el de efectos especiales para el cirujano de Renée Zellweger...y es que los Oscars, con su glamour y oropel saca lo peor de nosotros mismos...¡mañana volvemos con las pseudocríticas de siempre!...permanezcan atentos a este canal.

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