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lunes, 9 de octubre de 2017

SLOW BUT FURIOUS

Dos hombres y un destino...en coche. Hay muchas maneras de resumirlo pero aunque tal vez el resultado sea menos épico aun sin perder en relevancia ni emoción. El viaje, título que por cierto comparte con una puñado de cintas, es la última película de Nick Hamm, director de origen irlandés ganador del Bafta y que a los amantes del fantático tal vez les suene por la polémica The hole, en torno a un episodio ta anecdótico como decisivo de las negociaciones de paz en Irlanda del norte durante 2007: el viaje de dos importantes representantes de ambos bandos para tomar un avión que llevase a uno de ellos a la celebración de sus bodas de oro, y que supondrá la oportunidad para que ambos den un paso más hacia una paz que se antoja muy, muy lejana.
 Historia de personajes, con un inconfundible aroma teatral que incluso se permite romper la cuarta pared (la cámara en el coche, el papel del chófer...), la película presenta dos actores en estado de gracia que consiguen que, si bien resulta difícil empatizar con ellos, llevarnos desde el primer momento a su terreno. Un Colm Meaney que sabe transmitir calidez desde sus primeras meteduras de pata al dirigirse a un interlocutor que pretende ignorarlo completamente si nadie lo impide y un Timothy Spall que parece haberse especializado en los roles de viejo cascarrabias (casi debería salir su foto en el diccionario al lado del término) y que consigue transmitir toda una gama de emociones que parecían imposibles ante la frialdad con la que ambos inician el film (fruto no del desconocimiento sino de su pasado) son los pilares de esta historia real contada con buen humor y alguna puya francamente inolvidable pero que no olvida en ningún momento el drama ni la sangre derramada en ambos bandosde la Irlanda de los últimos años.
Si bien hay algún episodio que puede parecernos más forzado (la visita a la iglesia, el encuentro con el ciervo moribundo) la película sabe mantener, y es gracias a sus actores, de los principales a los secundarios, una continua sensación de naturalidad. Con su buen ritmo, sabiendo alternar en su montaje las imágenes del coche con los impresionantes entornos naturales por los que avanzan (y que de modo parejo a estas conversaciones inusuales pasan de la lluvia furiosa a un luz casi de cuento...eso sí con una constante amenaza de lluvia que fuerza el cronómetro de este viaje) con duras imágenes reales del conflicto irlandés, la cinta aun en su brevedad (apenas hora y media) logra hacerse todavía más corta, sin confundir nunca lo anecdótico con lo banal, y creando un duelo de personajes de esoss que dan sabor a la historia del cine. Una cinta para aficionados y no aficionados al cine de corte histórico, con una trama entre lo dramático y lo cómico, prueba de ese valor de la risa del que se hablara en El nombre de la rosa, y que llega a emocionar hasta su último segundo.
Una historia para la esperanza que en ningún momento pierde un ápice de actualidad El viaje llega a las pantallas españolas el 6 de diciembre

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