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jueves, 21 de abril de 2016

MÁS MADAME QUE BOVARY

Como lectora más o menos voraz tengo que reconocer que hay personajes y obras que, independientemente de su calidad literaria, consiguen sacarme literalmetne de mis casillas...y ente ellos se llevan la palma títulos tan conocidos como Tartufo o La Regenta...aunque claro, es un material que cuando nos aproximamos a ese cine que tanto nos gusta, nos da incluso para alguna perla adicional como ese delicioso Tartufo de Murnau protagonizado por el siempre enorme Emil Jannings...veamos que pasa con otro personaje que me gusta añadir a mi particular lista...hoy hablamos de la última Madame Bovary.
La joven Emma abandona el internado para casasrse con el Señor Bovary, un sencillo médico rural. Libre de las rígidas normas de las religiosas conocerá poco a poco lo que significa el amor de un hombre y los pequeños lujos provenientes de la gran ciudad, y abandonará su primitiva inocencia por una vida cada vez más desenfrenada, en la que los deseos de lujos, nuevos amores y un ascenso en la escala social empiezan a cobrar cada vez más peso en su caótica existencia.
Basada en el clásico literario la película nos presenta una falsa heroina que, frente a monotonía y monogamia, aboga por una desesperada búsqueda de amor y esplendor que cree encontrar en una serie de amantes y bagatelas materiales que no son más que meros placebos que acabarán minando su existencia.
Protagonizada por una correcta Mía Wasikowska, que parece haber hecho del polisón y el miriñaqie su particulara campo de batalla cinematográfico la película es una fría aproximación al material original, que se deshace más en unas lánguidas y frías miradas y ademanes que en pasional e hiriente diálogo, minando la empatía que pudiésemos sentir ante una historia en la que su protagonista poco a poco va abandonando las normas y convenciones sociales para caer poco a poco en el rechazo generalizado de aquellos que forman su entorno (hasta la Iglesia misma, que le pide que se retire amblemente).
Así, con una absoluta falta de ritmo la película se pierde entre unos grandes dirección artístic ay vestuario, plasmados con una hermosa fotografía que va mostrando como, a medida que estos se vuelven más recargados y luminosos se va volviendo más negrá el ánima de nuestra protagonista, y que quizás sean lo más destacable de una función mucho menos catárquica de lo que pretende, y por supuesto menos  generadora de emociones.
Madame Bovary es una película visulamente deslumbrante, pero muy pobre en otros niveles..ignoro lo que opinarán los amantes de la novela homónima respecto a su correspondencia con la misma, pero esta nueva Bovary se revela poco digna de lástima a pesar del dramastismo de su historia, dejándonos todo un abanico de personajes tan miserables como poco profundos, en unas escenas livianas incluso cuando más realistas y tremendistas pretenden ser (la operación del pie, el pago de la deuda), en una cinta  que a pesar de pretende crear un círculo a través de sus paralelismos (el (el bosque, el pelo suelto con el que sepresenta y se despide del vendedor...) muy lejos está de ser perfecta y que nos deja un regusto amargo ante una de esas obras que de vez en cuando vuelven a acudir a nuestras pantallas con nuevos rostros.
Frío drama de época Madamae Bovary se estrena el 20 de mayo en las salas españolas.

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