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miércoles, 11 de noviembre de 2015

DE ALTOS VUELOS

Por poco que te guste el cine o por poco que te guste nn género en concreto hay una serie de sagas fílmicas que son ineludibles. Star wars, las de Indiana Jones y por supuesto por derecho propio una de las más largas, las de James Bond, el carismático espía con nombre de ornitólogo. Es difícil no recordar cual fue nuestro primer encuentro con el personaje, sobre todo si este tuvo lugar en una sala de cine...en mi caso Goldeneye, en unos cines que hoy ya no existen, dejando lugar a una frnnquicia de ropa. Sin ser de las mejores sí es una película que engancha a las aventuras del personaje y es posible que le pase a más de uno con la película de la que hablamos hoy, hoy toca Spectre.
Siguiendo la pista de Marcos Sciarra, un oscuro personaje, por un mensaje de la difunta M James Bond evita un gran atentado en México matando a sus instigadores, incluído el mismo Sciarra, tras una arriesgada y llamativa persecución que le hará presente en todos los canales de noticias. Con su estatus de doble cero en la cuerda floja, mientras el propio servicio secreto sufre una profunda crisis que puede acabar con este tal y como lo conocemos, Bond seguirá la pista del extraño anillo que portaba su última víctima, y este le pondrá sobre la pista de una misteriosa orgnización que parece centrada en sembrar el caos y la destrucción, y cuyos tentáculos parecen abarcar todo el planeta.
Película número 24 de la saga del agente 007 la cinta retoma a Daniel Craig para contarnos una historia plagada de elementos clásicos y que nos devuelve a uno de los villanos clásicos de la saga, la organización Spectra, haciendo que esta sea la lógica continuación (o en algún momento se nos antoja casi culminación) de las anteriores películas protagonizadas por Craig (cuya intervención de la saga, no olvidemos, comenzaba con la obtención del rango doble cero en Casino Royale), con las que, como descubriremos casi al final de la misma parece formar un único bloque (y hasta aquí puedo leer).
Con uno de los arranques más espectaculares de la saga, en un México tomado por un exótico (y un tanto irreal) día de los muertos en el que el propio Bond viste un atuendo digno de la propia muerte (metáfora poco sutil pero impecablemenre visual) la película nos deja desde el primer momento muy claro que este va a ser un film en el que los vehículos, especialmete aéreos (o casi...vuelve el teleférico) van a tener mucho peso, dando lugar a unas persecuciones espectaculares en las que por supuesto también las habrá por mar (o río) y tierra (brillante la que culmina a orillas del Tíber, con un coche a cuyos controles 007 todavía no está acostumbrado).
Se trata además de una cinta que retoma elementos a los que la saga tiene particular aprecio, una vez establecidos M y Mony penny en sus roles clásicos (eso sí, esta más activa que en las cintas del pasado siglo como mostró desde su primera intervención en las aventuras de Craig), como el del matón casi mudo (sólo dice una palabra en todo el metraje, y encima es una palabrota) que persigue a los protagonistas cual búfalo en cacharrería o ese tipo de villano que invita al héroe a su chiringuito con todos los lujos para después contarle sus planes y después intentar acabar con él de la forma más bizarra posible...y esos son solo dos en una película en la que, por no faltar, no falta ni el gran final con cuenta atrás incluída.
Spectre es una película rodada con una estética elegante (ahí estan los juegos de sombras en la priemera reunión de Spectra, o el del cristal en el desenlace), y con un impresionante elenco de secundarios, que ha intentado sustituir el glamour por el exotismo (aquí no encontraremos esas suntuosas fiestas en las que Bond suele infiltrarse pero si lucirá palmito y modelito, al igual que su partenaire a bordo de un tren digno de una novela de Hércules Poirot), pero que nos lleva nuevamente a todo ese catálogo de agencia de viajes con pasta al que nos ha acostumbrado la saga, y en el que vemos que las aventuras de Bond, por sentimentales e íntimas que quieran ponerse (con unos nuevos lazos "afectivos" que aquí no desvelaremos), pueden cambiar...sin que nada cambie. Y hasta se le perdona que lo mejor, y con creces, haya sido lo que hemos visto en su primer cuarto de hora.
Una entrega de tintes bastantes clásicos, que sabe abrir el camino a un interesante segundo acto que suponemos llegará próximamente, y sobre todo entretenida, con más de dos horas de acción que se pasan en un suspiro.

 

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