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lunes, 21 de octubre de 2019

APORAFÓBICOS ANÓNIMOS

Se pueden decir muchas cosas del cine de Bong Joon-ho menos que es convencional. Aun no habiendo visto al 100% su filmografía es uno de esos autores cuyas películas descansan en nuestras retinas mucho tiempo, con propuestas arriesgadas e incluso surrealistas. Su nueva cinta, Parásitos, es un gran colofón, por el momento, de esta trayectoria.
Galardonada con la Palma de oro en Cannes Parásitos plantea un juego de salón entre pobres y ricos a raíz de una oferta de trabajo que trae cola. Dos familias de cuatro miembros, una nadando en la abundancia y otra en notables apuros económicos de esos que agudizan el ingenio, que se unen en un terreno común, la increíble mansión de los primeros. Personajes que saben resultar simpáticos, en ocasiones dignos de lástima, en otras admirables por sus recursos pero sobre todo terriblemente humanos.
La película se mueve con inteligencia en unos escenarios que en ocasiones tienen mucho de metafórico, pasando casi del cielo a un infierno que, por supuesto, está bajo tierra, lindando con la sátira y la fábula moralizante. Algo de lo que consigue salir airosa gracias a un guión tan inteligente como divertido y unos actores que caminan con naturalidad por la escarpada línea del humor negro.
Un afilado espejo de cualquier crisis del mundo actual a través de una actualización sin tabúes del género picaresco en el que no hay buenos ni malos. Solo una clase que parece hecha de otra pasta (como menciona uno de los personajes en uno de los diálogos " rica pero maja") y otra que, a pesar de ser inteligente y trabajadora, se ve obligada a recurrir a engaños para lograr algo que a otros parece serles dado por derecho. En realidad nunca llegaremos a saber quienes son los parásitos del título, no es una película de buenos y malos sino de necesidad y prejuicios.
 Rodada con elegancia, sacando el mejor partido posible de sus escenarios (como esa bajada al sótano a la que sólo le falta el proverbial cartel de "abandonad toda esperanza") Parásitos es una lección de cómo hacer buen cine. Puede que su premisa inicial nos haga pensar en su compatriota Hide and seek pero no nos encontramos ante un cuento de terror sino ante una cinta que, valiéndose de la comicidad, nos muestra una cara del ser humano que muchas veces pretendemos ignorar. Sería fácil proyectarla en programa doble con un Joker con la que temáticamente parece establecer una terrible simetría, pero es más fácil reconocer lo que realmente es: una experiencia auténtica y sin duda una de las mejores películas de este año.
Parásitos llega a las pantallas españolas el 25 de octubre.

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