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lunes, 30 de julio de 2018

EL CLUB DE LAS SÁBANAS BLANCAS

Una chica sola, de respiración agitada y corriendo en la oscuridad mientras una siniestra amenaza la persigue sin prisa, pero sin pausa, es quizás una de las imágenes icónicas del cine de terror. En el caso de Cuando los ángeles duermen se trata de un elemento básico para una acción que se va a desarrollar durante apenas una noche y va a trastocar completamente las vidas de sus protagonistas, precisamente durante esas horas en las que los ángeles que deberian protegernos parecen haberse quedado dormidos.

Perturbadora, aunque más próxima en espíritu al thriller que al terror propiamente dicho, la película consigue convertirse por méritos propios en un auténtico anti rape and revenge, con una heroína a la que no cuesta odiar y un verdugo más merecedor de lástima que otra cosa. Lo mejor, con diferencia es la continua sensación de tensión que consigue transmitir, creando un ambiente malsano para Germán, un hombre de familia que, tras un accidente (y la inesperada reacción de una testigo), se va a enfrentar a toda una noche de pesadilla, y que consigue realmente en algunos momento crear empatía en el espectador. Algo que resulta más difícil en el caso de Silvia, el otro gran peso de la función. Un figura que se revela como un personaje incómodo desde su primera aparición en la cinta, y que llega a actuar como una completa descerebrada (véase la reacción ante el intento de reanimación). Dos caras de la esta moneda de propuesta interesante pero a la que lastra un ritmo mal enfocado aun en su brevedad (a veces nos da la sensación de estar más perdidos por el campo que los propios personajes) y una serie de elementos gratuitos (los intereses del vecino, o esos dos poligoneros que son meras comparsas en el principio y al final, y que salen una miguita en medio para que no nos olvidemos de ellos) que aportan poco o nada a un guión que pretende crear una historia de personajes pero que fuerza en unas cuantas ocasiones nuestra suspensión de incredulidad.
Un buen ejemplo de hasta que limite pueden forzar las emociones de unos personajes en una situación atípica, con  buen pulso pero con lagunas de coherencia. Y quien sabe, quizá centrándose en uno solo de sus protagonistas podrian habernos regalado uno de los grandes thrillers del último cine español. Nos queda un desenlace que resultará controvertido y una grandísima y refrescante inyección de adrenalina.
Cuando los ángeles duermen llega a los cines el 7 de septiembre.

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