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jueves, 24 de mayo de 2018

EQUIDNAS DEL DESIERTO

Dulce como el veneno de un escorpión. Así es el país que presenta Sweet country, un atípico western, al menos en escenario, ambientado en Australia.
 Dentro del género fantástico el cine australiano ha sabido hacer gala de un buen uso de sus increibles parajes naturales, como las muy recomendables entregas de Wolf creek o la reivindicable El territorio de la bestia, que quizás más de uno recuerde por el trabajo de un Sam Worthington preAvatar. 
Sweet country sigue está linea, haciendo de esta particular road movie una increible inmersión en una naturaleza tan hostil como fascinante, del bosque al desierto de blanca arena cegadora. Pero esto no supone un mero capricho, sino que esta se convierte casi en un personaje más,curtiendo con su dureza a todos y cada uno de los personajes que la habitan. Y lo sabe hacer con una magnífica fotografía que sabe hacer buen uso del formato de la pantalla, permitiéndose jugar incluso con el encuadre tanto en campo abierto como a través de puertas y ventanas, y logrando planos simétricos que imponen algo de orden en un terreno indomable. No asistimos a un catálogo de exóticos animalillos al estilo"mondo", no. Con la salvedad de los caballos y algún alacrán no nos toparemos con ellos. Pero sin duda sin esta temible madre naturaleza de corte romántico (y me refiero en el sentido del Romanticismo del XIX más puro), en la que hasta un hermoso arcoiris puede simbolizar el peor de los presagios, no sería ni por asomo la misma cinta.
Una trama brutal, sin concesiones, que no vacila en mostrar los elementos más duros (incluyendo la agonía de algunos de los personajes) pero que también sabe jugar con la elipsis es la otra gran baza de una película que no podemos vacilar en calificar de western, con una trama que nos aproxima al western crepuscular más puro y unos personajes que quitando matices como la raza (no encontraremos nativos indios pero sí aborígenes australianos) podemos identificar como clásicos, del inflexible representante de la ley al hombre temeroso de Dios al que solo el dolor puede apartar de sus costumbres.
Sería fácil y sin transiciones apenas trasladar la misma historia, con un corte desencarnado que hasta la despoja de música (con la salvedad de alguna canción interpretada por los personajes) y que nos remite a obras recientes tan recomendables como Bone tomahawk, al salvaje oeste...pero por otro lado nos encontramos ante una película con una fuerte identidad propia, de esas que se clavan en la retina del espectador. Una cinta que sabe dar a lo mejor del clásico su propio aroma, consiguiendo satisfacer al espectador veterano y a aquel que busca una experiencia diferente.

 Sweet country llega a las pantallas españolas el 25 de mayo.

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