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lunes, 8 de febrero de 2016

GOYEANDO 2016

¡Premios!¡Premios de cine!. Los hay de todo tipo y tamaño, y con nombre más o menos cinematográfico, pero es ahí, en el proceloso mar que ondea entre Globos de oro y Óscar donde surge la versión patria del asunto. El pasado sábado 6 tuvo lugar la gala de los galardones con nombre de pintor y espíritu de cantante.
Celebrando sus primeros 30 añitos de vida (algo que se vió más en el cartel que otra cosa, repitiendo pensentador y con una nutrida representación política, a los que se unieron invitados de talla internacional nominados (Juliette Binoche y Tim Robbins) o no (Vargas Llosa) esta vea, igual que se hizo el año pasado, se retransmitió someramente la alfombra roja, con alguna sorpresa en forma de amago de disfraz de Alatriste (algo que también tendría chistaco durante la gala) y mucha enseñando pierna a lo Jole.
Pero vayamos al turrón. En Monigotorium no sé como nos las arreglamos pero nunca conseguimos ver la totalidad de las grandes nominadas...la cosa, eso sí como siempre muy repartida. Nos alegró que la magnñifica El clan, que ya entró en nuestra lista de las 10 mejores del pasado año se alzara con el Goya a la mejor película iberoamericana, no tanto que Yo soy tu padre quedara desbancada del destinado al mejor documental (ojo, tampoco he visto el resto de competidoras pero para una vez que salgo en una cinta aunque sea 2 segundos hay que "barer pa casa") o que Macbeth no se alzara con el de mejor película europea (vale, tampoco he visto el resto de nominadas a falta del estreno de la muy esperada Mustang pero es que esta es colosal). Pero entre las favoritas hubo para todas, llevándose los más importantes Truman, si bien hubo también reconocimiento para Nadie quiere la noche (la mayoría técnicos), la lorquiana La novia, Un día perfecto, A cambio de nada, la trepidante El desconocido, Palmeras en la nieve (que amén de una generosa recaudación ha conseguido un Goya para Pablo Alborán...los fans deben estar dando palmas con las orejas)  y un más que merecido premio para la protagonista de Techo y comida, Natalia de Molina, con su brutal papel de mujer arrollada por el mundo tan doloroso como necesario,
Pero por supuesto la cosa no quedó ahí. La gala se abrió nuevamente con un número musical, más alegre que el del año pasado (auqneu se premitieron compararlo con el de los Óscar del año pasado...ese sí que era de antología), con un Dani Rovira, que esta vez libre de nervios prepremio, se reveló bastante suelto en su papel, a pesar de su insistencia de llevar a cualquier invitado que pillase por banda a Málaga, sin importar el océano qeu pillases por medio...algo que al rato se reveló un poco cansino), y que a pesar de un texto irregular y quizás con excesivas referencias a su papel del año pasado supo dejarnos alguna perla del tipo de la dedicada al IVA y los impuestos sobre yates...un tema el IVA al que también haría referencia el Presidente de la Academia pero quizás con menos papal que en años anteriores.
Pero entre discursos más o menos largos cortados tajantemente a golpe de música (en detrimento especialmente de aquellos premios que eran otorgados a un grupo de dos o más personas)  los momentos más emotivos fueron los de los homenajes. Además del vídeo dedicado a los fallecidos este año, que se cerró con la fotografía de Lina Morgan, muy emotiva fue la entrega del Goya de honor a Mariano Ozores, que en su conciso (y dejando en el tintero su leyenda, muy claro) discurso agradeció el premio a los actores con los que había trabajado (una impresionante lista de la que muchos, por desgracia, nos han dejado) y al público.
Poco después también podríamos ver a golpe de tamborrada uno dedicado al siempre universal Luis Buñuel, con un hermoso montaje de secuencias de algunas de sus elículas más célebres.
Dejamos así atrás otra gala de los Goya, a la espera del turno hollywoodense...no sabemos todavía que deparará este año, pero justo hoy acaba de desvelarse trailer y fecha de estreno de la próxima de Almodóvar, Julieta...ya veremos, y de momento a esperar al año que viene, en el que como siempre le deseamos mejor suerte al cine fantástico. ¡Hala! ¡a contar los días!.

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