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jueves, 12 de marzo de 2020

LA HORA DEL ZUMO

Cómo si del círculo de la vida de El rey león setratase en el cine la muerte es tan importante como la vida, y si no que se lo pregunten a toda esa galería de personajes en el limbo como los de El crepúsculo de los dioses, I am a ghost o ¡Que bello es vivir!. El último en unirse al club viene de Italia con La alegría de las pequeñas cosas.
Comedia dramática con espíritu moralista la película tiene un arranque surrealista, presentando a un ingeniero recién fallecido en un accidente de tráfico que descubre que por un error burocrático ha llegado antes de tiempo y todavía puede disfrutar de hora y media más de vida. Devuelto a la tierra la inminencia de su nuevo óbito trae una reflexión, mientras intenta disfrutar de sus últimos momentos con su familia, sobre su vida hasta el momento, descubriendo que qué tal vez no ha vivido su vida como debiera.
La película se convierte así en una sucesión de pequeñas historias, algunas más poéticas como la de sus primeras citas con su actual esposa o la relativa a su madre, otras más banales, pero de las que siempre consigue sacar una pequeña lección de vida, slgunas, no se puede negar con cierto aroma "cuñado". Queda así un relato que a veces parece más literario  que cinematográfico, pero que no consigue enganchar especialmente con un sentido del ritmo irregular y un protagonista, que aún estando cercano a la figura del pícaro, no logra que empaticemos en demasía con él.
La alegría de las pequeñas cosas es una cinta que consigue en ocasiones hacernos sonreír, pero que intenta nadar en terrenos filosóficos que le resultan demasiado procelosos, sin llegar a definirse por la comedia alocada con la que parte ( y que nos deja las mejores partes como ese funcionario celestial bastante humano) o el drama más profundo haciendo de ella una historia que intenta tocarnos el corazón, pero apenas logra rozarlo.
La alegría de las pequeñas cosas llega a los cines españoles el 3 de abril.

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