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martes, 28 de agosto de 2018

TODO EL DINERO DEL BARCO


Dejar en tierra todos los problemas, solo centrarse en disfrutar...es un magnífico consejo que quiebra, aunque no rompe, la cuarta pared con el que se abre Yucatán, la última película de Daniel Monzón, un director que no le hace ascos a los géneros y que regresa  a la comedia (El robo más grande jamás contado) para contarnos una historia de delitos en alta mar, aunque lejos del tipo su última cinta estrenada hasta el momento, El niño.
Con el triángulo amoroso formado por Rodrigo de la Serna, Stephanie Cayo y un habitual del director, Luis Tosar, como cabeza de cartel la película nos presenta el microcosmos de un yate de lujo que realiza una ruta con escalas entre Barcelona y la Yucatán del título convertido en el campo de recreo de una banda de timadores de altos vuelos que se va a encontrar con la posibilidad del golpe de sus vidas, encarnado por un viudo enriquecido recientemente gracias a un desmesurado premio de la lotería.
Es dificil hablar de buenos y malos en una película que sabe sacar el mejor partido (incluso el lado sexy de Luis Tosar, con su interpretación acompañado de un ukelele...y no, no es coña) de unos personajes carismáticos que hacen casi de todo, hata cantar y bailar, y más, cuando tras una larga presentación del trío protagonista y de las circustancias que les han llevado a su (complicada) relación, poco a poco se va introduciendo el que va a ser el meollo de la cinta: el intentar conseguir el mayor botín posible, cada uno con su propio método, de un dulce viudo que en un principio parece no terner muchas luces (Aunque esto es algo que piensan sobre todo sus avariciosos yernos, que junto a sus hijas le acompañan en el crucero) pero que poco a poco casi va relegando al resto de personajes a segundo plano y apoderándose de la trama. Interpretado por el más conocido por su labor como actor de doblaje, Joan Pera (cuya  inconfundible voz podimos oir hace poco también a bordo de un transatlántico muy distinto, en la tercera entrega de Hotel Transilvania), su papel constituye tanto una agradable sorpresa como todo un golpe en la mesa a favor de estos magníficos profesionales cuyo rostro muchas veces desconocemos, y que aquí llega en momentos a eclipsar al resto del reparto.
Yucatán es una comedia elegante, con mucho de clásico, desde sus diálogos a su ambientación y vestuario, pasando por su tipo de humor (la preparación del "drama" que presenta el personaje de Tosar al de Pera sobre su hijita enferma...y que acabará desembocando en un alocado guiño a El cazador...y no diré más). Una producción ambiciosa, pero hecha con mimo y que incluso se permite aproximarse con desenvoltura al género del musical (usando como coartada los numerosos espectáculos que suelen darse a bordo de este tipo de navíos, y a veces como espejo de los sentimientos de los personajes...ahí está esa cacofónica interpretación de Noelia al piano), y que consigue tanto arrastrar al espectador con una trama con más de un giro inesperado como conseguir su carcajada (aunque quizás resulten más forzosos aquellos momentos de comedia más física como la carrera contrarreloj en autobús o el número de danza con sonora sorpresa), aunque quizás resulte más interesante como cinta de género que como comedia al uso. Simplemente una película con buenos ingredientes, bien hecha y con buen sentido del ritmo, algo que parece sencillo, pero como los timos maestros planificados al dedillo, no lo es en absoluto.
Yucatán llega a las pantallas el 31 de agosto.

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