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lunes, 6 de julio de 2015

...Y NADIE SE BAJA

Existen películas que por unas razones u otras no apenas vieron la luz...películas que no pasaron del guión, que no sobrevivieron a sus primeras fases de rodaje o que, simplemente se filmaron y la propia industria las engulló. Algunas se rodaron por una mera cuestión de conservación de derechos para distribuirse de mala manera y esperar a momentos en que su contenido pudiera ser mejor recibido (y en este momento más de un apelativo superheroico acude a la mente), otras cayeron en las garras de la censura. El caso de la película que tratamos hoy es cuando menos "peculiar". Una película que aguantó hasta la última criba y se topó con un vacío económico y una distribución absurda que hizo que sólo se proyectara en el cine Buenos Aires de Bilbao, una película de la que muchos han oído hablar pero muy pocos han visto. Y yo me desde hoy estoy entre las afortunadas, aunque muchos podrán serlo a partir de este mismo viernes 10, en el que se estrenará en varias salas de la península, incluyedo los cines Verdi de Madrid y Barcelona. Tras casi 50 años en el limbo y un espectacular lavado de cara hoy hablamos de El mundo sigue, una película de Fernando Fernán Gómez
En el Madrid de los 60 una familia humilde y tradicional se desgarra por los continuos conflictos entre las dos hijas. Eloisa es una antigua reina de la belleza que se enfrenta a diario a su marido, un camarero miserable obsesionado con las quinielas y que apenas pisa el hogar, para que aporte algo para mantener a sus hijos pequeños. Luisita es una resuelta dependienta de una tienda de postín que flirtea continuamente con hombres adinerados para mejorar su nivel de vida, para vergüenza de su familia y vecinos. Sus continuas peleas se unirán a la caída de la primera, atormentada por un concepto de la honra que choca directamente con el modo de vida de su hermana,  y el ascenso de la segunda, cuyo dinero parece servir para comprar su propia reputación, desencadenando una tragedia de la que nadie saldrá indemne.
Con todos los elementos del melodrama (el culebrón de tarde para los amaigos) El mundo sigue es una oscura historia que, sin referencias concretas a la situación económica ni política de su tiempo, se revela como un aterrador espejo, por desgracia no deformante como los de las barracas de feria sino terrorificamente realista, de un casi interminable período de nuestra historia en el que la sociedad en general y las mujeres en particular se ceñíana una serie de normas muy concretas.
Así encontramos un tándem de hermanas (en un hogar que han abandonado o están a punto de abandonar pero con el que siguen relacionándose, de inquebrantable padre policía que soluciona los problemas con la palma abierta, dulce madre ama de casa y hermano exseminarista que parece encotnrar en la religión su solución a cualquier problema) antagónico, cuyo progreso en la sociedad se revela inversamente proporcional a su respeto por las normas establecidas (Eloisa se verá obligada a ponerse a servir ya que su propia conciencia no le permite ni entregarse a otro hombre incluso en los límites de dejar a sus propios hijos sin comer, Luisita es capaz de fingir un embarazo para conseguir dinero para un pretendido aborto. Y en el fondo ninguna de las dos es una mala persona si bien se dejan ahogar por sus propios odios), en un clima en que la mujer es el último eslabón de la cadena, sometida a los deseos de los hombres y a los diretes de sus propias compañeras de sexo,
A su alrededor todo un grupo de personajes de rico sabor costumbrista, tanto en tipos (la criada, el intelectual, el hombre de negocios...) cuyas ricas expresiones no desentonarían en el universo de la Zarzuela aportando un particular color a una cinta tan negra como esta.
Entre ellos destacan sin duda el que podemos calificar de tercer pilar y de villano de la función, aspecto que ya atisbamos en su casi mefistofélico nombre, Faustino, (por mucho que el resto pueda realizar malas acciones este es el único que las comete por su único beneficio llegando hasta el crimen, si bien en algún instante pudiera atisbarse un destello de generosidad como cuando hace planes con su esposa sobre el premio de la quiniela), camarero y esposo de Eloisa, que no se rinde ni cuando se ve acorralado por sus propios actos.
Otros, con un papel menor, nos dejarán algunos de los mejores momentos de la cinta, como la mujer que pide perdón a Eloisa por su relación con Faustino, o el vecino y autor teatral, un jovencito Agustín González (antológica su conversación con un colega sobre el talento).
Un reparto en auténtico estado de gracia, rodados con una maestría que se permite eficaces juegos como el montaje del ascenso por la escalera de Eloisa (entre el presente y los recuerdos) que contrasta con el posterior y agridulce de su hermana ( reflejo de un amor casi platónico) o el recorte gracias a las combras del rostro de Eloisa mientras llama cobarde a su marido, y que dotan a la película de una gran frescura y cuidado por los detalles (para muestra cuando uno de los personajes, cuya identidad no destriparemos, sufre un accidente con un vehículo...el encuadre de la escena nos permite leer como primera palabra del cartel de uno de sus laterales, Elo, el diminutivo de Eloisa que en esta cinta se emplea con frecuencia).
Oscura y extremadamente moderna, teniendo en cuenta el momento en que fue rodada, El mundo sigue es una película desgarradora tanto en su desarrollo como en su desenlace, y un excelente trabajo de Fernando Fernán Gómez, una fábula sobre un período que algunos no hemos conocido pero que no dejará indiferente a nadie.
La sesión, realizada en la Academia de Cine se remató con un distendido coloquio sobre la película, que tuvo su momento más emotivo con el testimonio de una de sus protagonistas, Gemma Cuervo (que en la cinta encarnaba a Luisita), que recordó con cariño este descorazonador reflejo de las vidas de las generaciones de la posguerra, contando más que muchos discursos.
El mundo sigue llega a los cines el 10 de Julio.

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